Recibido: 25 de julio de 2021; Revision Received: 29 de junio de 2022
MUJER, DEPORTE Y DISCAPACIDAD. RELATOS DE VIDA DE JUGADORAS DE LA SELECCIÓN COLOMBIA DE TENIS DE MESA ADAPTADO
WOMEN, SPORT AND DISABILITY. LIFE STORIES OF PLAYERS OF THE COLOMBIAN ADAPTED TABLE TENNIS TEAM
MULHERES, ESPORTE E DEFICIÊNCIA. HISTÓRIAS DE VIDA DE JOGADORES DA SELEÇÃO COLOMBIANA DE TÊNIS DE MESA ADAPTADO
Resumen
En este artículo se presentan relatos de vida de dos jugadoras de la selección Colombia de tenis de mesa. A partir de sus propias narrativas, se reflexiona en torno a la experiencia de ser mujer y deportista de alto rendimiento con discapacidad motora, en un contexto de limitaciones socioeconómicas. De esta manera, se concluye que las narrativas de las protagonistas ponen en cuestión el discurso hegemónico de los medios de comunicación, según el cual las limitaciones económicas y sociales que viven las deportistas con discapacidad no son relevantes siempre que estas no tengan “limitaciones mentales”. Dicho discurso oculta las profundas desigualdades que experimentan las personas con discapacidad en general y los deportistas paralímpicos en particular. Por lo tanto, las deportistas paralímpicas demandan mayor apoyo económico y mejores condiciones laborales; también, demandan disminuir la brecha de reconocimiento social entre los deportistas masculinos sin discapacidad y las mujeres deportistas con discapacidad; además, invitan a los periodistas -y la sociedad en general- a que abandonen la actitud de lástima que a menudo tienen respecto a las personas con discapacidad y, en consecuencia, dejen de pensar la discapacidad como una suerte de tragedia. Los datos fueron recolectados mediante entrevistas en profundidad. El artículo tiene cuatro partes: 1) se presenta una introducción a los estudios sociales sobre discapacidad; 2) se esboza un panorama histórico del deporte adaptado y los estudios sobre deporte y discapacidad; 3) se detallan los relatos de vida las protagonistas del artículo; y 4), se esbozan algunas conclusiones.
Palabras clave:
mujer, deporte, discapacidad, tenis de mesa adaptado.Abstract
This article presents life stories of two players from the Colombian adapted table tennis team. Through their own narratives, we reflect on the experience of being a woman and a high-performance athlete with a motor disability in a context of socioeconomic limitations. In this way, it is concluded that the narratives of the protagonists question the hegemonic discourse of the media, which suggests that the economic and social limitations experienced by athletes with disabilities are not relevant as long as they do not have “mental limitations”. This discourse hides the profound inequalities experienced by people with disabilities in general and paralympic athletes in particular. Therefore, paralympic athletes demand greater financial support and better working conditions; also, they demand to reduce the gap in social recognition between male athletes without disabilities and female athletes with disabilities. Furthermore, they invite journalists - and society in general - to abandon the attitude of pity that they often have towards people with disabilities and, consequently, to stop thinking of disability as a kind of tragedy. The data were collected through in-depth interviews. The article is divided into four parts: 1) an introduction to social studies on disability is presented; 2) a historical overview of adapted sport and studies about sport and disability is outlined; 3) the life stories of the protagonists of the article are detailed; 4) some conclusions are outlined.
Keywords:
sport, disability, woman, adapted table tennis.Resumo
Neste artigo apresentam-se relatos de vida de dois jogadoras da seleção colombiana de tênis de mesa adaptado. A partir de suas próprias narrativas, se reflete sobre a experiência de ser mulher e atleta de alto rendi mento com deficiência motora em um contexto de limitações socioeconômicas. Dessa forma, conclui-se que as narrativas das protagonistas questionam o discurso hegemônico da mídia, segundo o qual as limitações econômicas e sociais vividas por atletas com deficiência não são relevantes, desde que não tenham “limitações mentais”. Tal discurso esconde as profundas desigualdades vivenciadas pelas pessoas com deficiência em geral e os atletas paralímpicos em particular. Portanto, as atletas paralímpicas exigem maior suporte financeiro e melhores condições de trabalho; também, el exigem a redução da lacuna de reconhecimento social entre atletas masculinos sem deficiência e atletas femininas com deficiência; além disso, elas convidam aos jornalistas - e a sociedade em geral - a abandonar a atitude de pena que muitas vezes têm para com as pessoas com deficiência e, consequentemente, a deixar de pensar na deficiência como uma espécie de tragédia. Os dados foram coletados por meio de entrevistas em profundidade. Oartigo está dividido em quatro partes: 1) é apresentada uma introdução aos estudos sociais sobre deficiência; 2) uma visão geral histórica do esporte adaptado e estudos sobre esporte e deficiência é delineada; 3) as histórias de vida dos protagonistas do artigo são detalhadas; e 4) algumas conclusões são esboçadas.
Palavras-chave:
esporte, deficiência, mulher, tênis de mesa adaptado.INTRODUCCIÓN
En este artículo se presentan dos relatos de vida de jugadoras de la selección Colombia de tenis de mesa adaptado: Sara León y Manuela Guapi. A partir de sus narraciones, se reflexiona en torno a la experiencia de ser mujer con discapacidad motora a la vez que deportista de alto rendimiento en un contexto de limitaciones socioeconómicas. Los datos fueron recolectados entre agosto de 2019 y febrero de 2020, mediante entrevistas en profundidad, realizadas de manera virtual, vía Skype. También se mantuvieron conversaciones con las interlocutoras a través de chats de WhatsApp y Facebook. Se acudió a las mediaciones virtuales para la recolección de datos, debido a que durante el curso de la investigación residía en Ciudad de México, mientras que las interlocutoras vivían en Bogotá y Envigado, respectivamente. El artículo tiene cuatro partes. Primero, se presenta una introducción a los estudios sociales sobre discapacidad; segundo, se esboza un panorama histórico del deporte adaptado y los estudios sobre deporte y discapacidad; tercero, se detallan los relatos de vida las protagonistas del artículo; cuarto, se esbozan algunas conclusiones.
LOS ESTUDIOS SOCIALES SOBRE DISCAPACIDAD
Los estudios sociales conciben la discapacidad como una construcción social. De este modo, constituyen una crítica al reduccionismo biologicista que ve la discapacidad como un asunto netamente orgánico. Independiente del tipo de discapacidad que padezca una persona, lo que define la discapacidad como categoría social es la relación que tiene con los cuerpos estandarizados, normativos, legítimos (Susman, 1994; Holzer, 1999).
Los estudios sociales de la discapacidad han aprovechado el potencial analítico de la dicotomía normalidad-anormalidad para caracterizar las relaciones de poder que atraviesan las clasificaciones de los cuerpos “normales” de los cuerpos “anormales”. Rosato et al. (2009) sostienen que estas formas de clasificación, que usan como referencia un cuerpo “normal” para describir a los cuerpos con discapacidad, expresan y refuerzan una ideología que legitima relaciones de desigualdad y discriminación contra las personas con discapacidad.
En el campo de la antropología social, Reid-Cunningham (2009) identifica tres conceptos que han sido utilizados con mayor frecuencia en los estudios sociales sobre discapacidad, a saber, desviación, estigma y liminalidad. Los tres conceptos fueron desarrollados en estudios antropológicos cuyos contextos etnográficos no estaban centrados en la discapacidad.
La desviación se refiere a las manifestaciones de la diferencia frente a lo normativo (Becker, 1983). El concepto se ha usado especialmente para estudiar conductas sociales fuera de lo “moralmente correcto”, tales como el robo o el pandillismo, por ejemplo. En los estudios sobre discapacidad, la desviación ha sido usada como concepto para describir la diferencia que caracteriza el cuerpo con discapacidad.
La liminalidad es un concepto acuñado por Van Gennep (2013) para describir un momento ambiguo de los “ritos de paso”,1 donde las personas aún no han abandonado plenamente su estatus anterior, ni han adquirido el nuevo estatus. Es una suerte de umbral del estatus social de la persona. En los estudios sobre discapacidad se ha empleado la noción de liminalidad para caracterizar el proceso que viven las personas que adquieren la discapacidad (cuando no nacen con ella) y experimentan paulatinamente un cambio de sus identidades y estatus sociales.
El estigma es un concepto que propone Erving Goffman (1970) para describir atributos que desacreditan a las personas en un determinado sistema de interacción social. El autor identifica tres tipos de estigmas: de la conducta (violencia, robo, etc.), tribales (color de piel, nacionalidad, etc.) y de las malformaciones de cuerpo (discapacidades, malformaciones estéticas, etc.). Este concepto se ha usado en los estudios sobre discapacidad para describir las formas en que las discapacidades se convierten en atributos que desacreditan a las personas en diferentes sistemas de interacción social.
De acuerdo con Reid-Cunningham (2009) , estos tres conceptos pueden ser entendidos como partes del proceso de la constitución de la persona con discapacidad. En principio, el individuo adquiere una diferencia que es valorada negativamente por la ideología de la “normalidad”, esto es, una desviación; posteriormente, la persona que adquiere la discapacidad experimenta un momento liminal en el que construye una nueva identidad basada en su nueva diferencia y, finalmente, dicha diferencia se convierte en un atributo desacreditador en algunos sistemas de interacción social, un estigma.
No obstante, sostengo que dicha teorización -como toda teorización- corre el riesgo de reducir profundamente la diversidad de la experiencia de las personas que adquieren una discapacidad. Además, es un modelo que no tiene en cuenta la experiencia de personas cuya discapacidad es congénita o inició desde la más temprana infancia. Las dos jugadoras de la selección Colombia de tenis de mesa adaptado que protagonizan este artículo nacieron con discapacidad, por tanto, es importante conocer sus relatos de vida para ver que, en algunos casos, conceptos como desviación o liminalidad carecen de relevancia para describir las experiencias de las personas con discapacidad.
Por ello, prefiero apelar a una actitud antiteórica (Magazine, 2019) y privilegiar los relatos y explicaciones que ofrecen mis interlocutoras sobre su propia experiencia. Es por este motivo que en el texto se seguirá hablando de la discapacidad como algo que se detenta, dado que la expresión con la que las protagonistas del relato se identifican es personas con discapacidad.
DEPORTE ADAPTADO: DEVENIR HISTÓRICO Y ESTUDIOS SOCIALES
El deporte adaptado es aquel que modifica algunas reglas del deporte convencional para adaptar su prática a las capacidades de las personas con discapacidad. A finales del siglo XIX en Europa emergieron las asociaciones de deporte para personas con discapacidad. En 1888 se llevaron a cabo las primeras competiciones organizadas de deportes para sordos. Para la década de 1920 ya había varias federaciones de deportes para sordos en varios países del viejo continente. En 1948 el médico alemán Ludwing Guttman organizó en Inglaterra las primeras competencias deportivas para personas con limitaciones motoras, particularmente con lesiones en la médula espinal. El evento estuvo dirigido especialmente a veteranos de la segunda guerra mundial que perdieron su movilidad en las extremidades inferiores como consecuencia de los vaivenes de la guerra. En 1960 se llevaron a cabo los primeros Juegos Paralímpicos oficiales en Roma; sin embargo, solo incluyeron a atletas en silla de ruedas. Fue hasta los Juegos Paralímpicos de Toronto 1976 donde se reunieron atletas de diferentes disciplinas deportivas con diversas discapacidades y se establecieron varias categorías de competencia, atendiendo a los tipos y grados de discapacidad de los competidores. Desde 1988 se celebran los Juegos Paralímpicos de Invierno y se distinguen de los Juegos Paralímpicos de Verano. Un año después, el 22 de septiembre de 1989, se constituyó oficialmente el Comité Paralímpico Internacional, máximo órgano mundial que hasta la fecha regula el movimiento paralímpico.
La institucionalización del deporte paralímpico en Colombia tiene como antecedente la visita al país de Ludwing Guttman durante el III Congreso Nacional de Fisioterapia en 1972, donde ofreció pistas para la posterior construcción del movimiento paralímpico en el país. No obstante, tuvieron que pasar 29 años para que se constituyera oficialmente el Comité Paralímpico Colombiano el 3 de febrero de 2001. En la actualidad, esta es la entidad rectora del deporte paralímpico en el país.
El crecimiento del movimiento paralímpico y su proceso de profesionalización a nivel global han llamado la atención de las ciencias sociales. De acuerdo con Duarte (2010) , el deporte constituye un importante medio para la transformación de una persona en condición de discapacidad. Algunos investigadores han indagado los motivos que movilizan a las personas con discapacidad a convertirse en atletas. Los estudios destacan los siguientes motivos: 1) la posibilidad de socializar frecuentemente con otras personas que comparten la discapacidad y el gusto por el deporte; 2) el mejoramiento de la condición física; 3) el fortalecimiento mental y emocional para afrontar las situaciones en que sufren discriminación por su diferencia; 4) al sensación de autosuficiencia, 5) el mejoramiento de la autoestima (Page et al., 2001; Goodwin et al., 2009; Huang y Brittain, 2006; Smith y Sparkes, 2012).
Otros estudios han centrado su atención en la forma en que son representados los atletas para límpicos en los medios de comunicación. A menudo son presentados como personas que padecen una situación trágica pero que, a partir de una extraordinaria disciplina y tenacidad, han superado las diferentes dificultades de la vida y han conseguido logros dignos de admiración. Hardin y Hardin (2004) llaman a este proceso la constitución del “héroe discapaci tado”. Algunos autores critican estas narrativas ya que, según ellos, reproducen una visión trágica de la discapacidad y limitan el reconocimiento de las personas con discapacidad a la obtención de grandes triunfos y hazañas, poco convencionales en la vida cotidiana de la mayoría de personas con discapacidad (Berger, 2009).
Ferrante (2014) sostiene que en el campo del deporte paralímpico los atletas y entrenadores tienden a instituir un “cuerpo discapacitado legítimo”. Para el caso argentino, esta autora asegura que el deporte paralímpico constituye una suerte de “profesionalización del estigma” que lleva a la persona con discapacidad a construir una identidad y un cuerpo nuevo.
Otros estudios se han dedicado a la identificación de variables que dificultan a las personas con discapacidad realizar actividades deportivas con finalidad recreativa o de alto rendimiento. Las más frecuentes son la falta de adaptación de los sistemas de transportes locales y de las instalaciones deportivas a las necesidades de las personas con diferentes discapacidades. A esto se suman las limitaciones económicas personales de algunos atletas y la actitud negativa y la falta de apoyo que reciben por parte de las personas sin discapacidad.
Con todo, algunos autores sugieren que el deporte paralímpico, pese a sus grandes conquistas en materia de inclusión, aún reproduce el cultivo de habilidades físicas y mentales típicas de los deportes convencionales y, en consecuencia, de los cuerpos sin discapacidad (Finkelstein, 1993). No obstante, en el seno del deporte paralímpico también han emergido nuevos deportes que no se limitan a la adaptación las reglas de los deportes tradicionales, sino que promueven creativamente el aprovechamiento de las habilidades de las personas con diferentes discapacidades.
RELATOS DE LAS JUGADORAS
Manuela Guapi Guzmán, oriunda de Envigado, Antioquia, con tan solo 18 años integra la Selección Colombia de Tenis de Mesa Adaptado de mayores. Allí comparte entrenamientos, viajes y competencias con Sara León Darabos, deportista Bogotana de 23 años y estudiante de Licenciatura en Deporte de la Universidad Pedagógica Nacional. Ambas se conocieron en 2012 en el marco de una competencia juvenil en Cúcuta y, desde entonces, han consolidado fuertes lazos de amistad. Manuela tiene una lesión muscular completa que le impide sentir su cuerpo desde el abdomen hasta la punta de sus pies. Sara tiene mielomeningocele, una malformación de nacimiento que le impide caminar. Ambas juegan tenis de mesa en silla de ruedas desde hace varios años, Manuela en cate goría 4 y Sara en categoría 5.2
Sara comenzó a jugar tenis de mesa a los 12 años gracias a su mamá, quien es entrenadora de este deporte: “cuando era chiquita mi mamá no tenía con quien dejarme y me llevaba a los entrenamientos, allá me ponía una raqueta y un ping pong, no como algo serio, sino como para que me distrajera” (Sara, tenista de mesa). Un par de años después, en el colegio donde estudiaba, hubo una convocatoria para juegos interescolares de tenis de mesa en los cuales Sara participó. En dicha competencia, la mayoría de los jugadores eran personas caminantes, ante las cuales Sara obtuvo resultados notables que la motivaron a sumergirse de lleno en esta disciplina.
Manuela tuvo contacto con el tenis de mesa por primera vez a los ocho años. Un día estaba en un parque de Envigado y un señor en silla de ruedas la invitó a jugar. Su mamá la llevó a jugar en varias ocasiones y pronto vio un talento especial en Manuela confirmado por su entrenador: “el entrenador le decía a mi mamá que yo tenía mucho talento, que podía llegar lejos en el tenis de mesa, que me siguiera llevando a entrenar con constancia para que yo lo pudiera lograr. Yasí fue, ya llevo diez años practicando este deporte” (Manuela, tenista de mesa).
Comenzar a practicar tenis de mesa de forma competitiva fue complicado para ambas. Tenían que entrenar varios días a la semana y los desplazamientos eran muy costosos, ya que la falta de adaptación de los buses del transporte público las obligaba a tomar taxi frecuentemente. En el caso de Manuela, la situación ha sido aún más difícil, debido a que ella vive en Envigado y los entrenamientos con la selección de Antioquia son en Medellín. Desplazarse de una ciudad a otra es muy complicado y costoso: “ha sido difícil porque uno no siempre tiene los recursos económicos para entrenar. Mi mamá, de todos modos, siempre ha hecho todo el esfuerzo, y nos íbamos muchas veces caminando, en transporte público, como sea” (Manuela, tenista de mesa).
Figura 1: Sara y Manuela (de izquierda a derecha) vistiendo los colores del Comité Paralímpico Colombiano
La etapa del colegio para Sara y Manuela fue un poco difícil, dado que algunos de sus compañeros tenían actitudes negativas hacia ellas producto de su diferencia. Sin embargo, resaltan que ello se convirtió en una oportunidad para hacerse más fuertes ante los desafíos de la vida:
a esa edad uno no piensa ni en lo que dice ni en lo que hace, entonces hay personas que son muy crueles con uno. Fue una etapa dura, pero las cosas hay que afrontarlas y salir adelante. Eso también me hizo tener un carácter más fuerte para ahora ser la persona que soy. (Sara, tenista de mesa)
Manuela está en su último año de colegio, señala que generalmente las personas caminantes con las que interactúa no tienen una actitud discriminatoria explícita frente a ella, pero sí una actitud de “lástima”, como si la discapacidad que ella tiene le hiciera vivir una suerte de tragedia. Por ello, prefiere socializar más con las personas con discapacidad, ya que entre ellos no existen este tipo de actitudes y, por consiguiente, las interacciones son más espontáneas:
Yo en el colegio no es que en realidad tenga muchos amigos o me comunique mucho. Es que no es lo mismo hacer un chiste sobre la discapacidad con una persona caminante a hacerlo con una persona que entiende y se puede reír de lo que pasó; por ejemplo, si uno se cae, uno puede hacer el chiste con ellos. En cambio, las personas caminantes le tienen como pesar a uno porque dicen “qué pesar, se cayó”, todo es… Entonces, me siento mejor con una persona con discapacidad porque tengo la oportunidad de ser yo misma, me siento más libre que con una persona caminante. Es que los jóvenes caminantes solo están pensando en rumba, en salir, en beber, en cambio uno tiene otra mentalidad. (Manuela, tenista de mesa)
En la universidad, Sara ha experimentado un cambio positivo en materia de socialización con las personas caminantes. Sus compañeros de clase son muy abiertos con ella y no hacen de su discapacidad un estigma. Las experiencias negativas vividas en el colegio se convirtieron en cosa del pasado. Su grupo de amigos está conformado principalmente por personas caminantes con las que ella se siente libre y aceptada:
La etapa en la universidad ha sido muy alegre desde el principio, ya que todas las pruebas de admisión eran adaptadas.3 Actualmente, también compito con personas sin discapacidad. Lo hago sobre todo como entrenamiento para corregir algunos aspectos de mi técnica. También comparto con ellos la mayoría de tiempo. Mis amigos sin discapacidad han aprendido a compartir conmigo y no me discriminan, más bien hay un gran apoyo y una gran colaboración de ellos. (Sara, tenista de mesa)
A nivel paralímpico no existen competencias oficiales donde personas con discapacidad compartan equipo o enfrenten a personas sin discapacidad -o con discapacidades de otros niveles-. No obstante, en torneos universitarios y escolares dicha interacción a veces acontece, las reglas del torneo se adaptan a particularidades de los participantes. Manuela relata cómo fue su experiencia cuando compartió mesa con caminantes, durante un torneo dobles en unos juegos intercolegiados realizados en Medellín:
Es un poco difícil porque yo tengo que quedarme en una parte de la mesa y la persona de atrás si tiene que moverse y golpear una y una. La experiencia en mi caso fue súper chévere porque nunca lo había hecho, pisé a mi compañera con la silla, fue muy difícil, no ganamos, pero nos divertimos mucho. (Manuela, tenista de mesa)
Sara también ha vivido este tipo de competencias donde los equipos se organizan más allá de la distinción entre caminantes y no caminantes. En su caso, también se adaptaron las reglas. Sara y su compañero caminante se repartieron la mesa en dos. Quien iba a la parte derecha de la mesa se encargaba del revés y quien estaba a la izquierda contestaba el drive. Cada dos servicios se rotaban de posición. Sara relata con especial emoción la ocasión en la que vivió esto en un torneo de la Asociación Colombiana de Universidades ascun, pues fue la primera vez que ello aconteció en la historia de estas justas:
Eso nunca había pasado, fue el boom. Fue algo muy interesante tanto para mí como para mis contrincantes, ya que cambia mucho el juego. Jugar contra una persona en silla de ruedas es diferente. También hubo inconformidad. Algunas chicas con quienes jugué y les gané pelearon al final. Yo lo tomé como algo gracioso porque si me hubiesen ganado seguro no habrían peleado que por qué me dejaban jugar. Tampoco le presté mucha atención a eso. En los juegos universitarios nunca había participado una persona en silla de ruedas. Conozco el caso de Argentina donde la liga convencional y la liga paralímpica están conjuntas y hacen torneos mixtos incluyendo atletas con y sin discapacidad. Una persona en silla de ruedas y una persona caminante hacen el equipo. Aquí en Colombia, lastimosamente, no se hace. (Sara, tenista de mesa)
Figura 2: Sara compitiendo en dobles mixto en el torneo ascun
Ser deportista de alto rendimiento demanda mucha disciplina, gran preparación física y psicológica, una modificación de los hábitos alimenticios y hacer varios sacrificios en materia de socialización con los seres queridos:
La vida le cambia a uno mucho porque ya no tienes mucho tiempo para estar con la familia, tienes que sacrificar cosas que antes hacías porque ahora estás en torneos, competencias, concentraciones. Ha habido cumpleaños de mis familiares que no he podido participar por estar en competiciones. En la universidad ha habido semestres en que he tenido que inscribir menos materias para poder entrenar y eso me atrasa un poco en la carrera. (Sara, tenista de mesa)
Dichos sacrificios se vuelven gratificantes para las deportistas gracias a las victorias. Manuela es campeona panamericana juvenil y actual subcampeona panamericana de mayores. A sus dieciocho años, ya se colgó la medalla de oro y de plata de la máxima competencia deportiva del continente:
En los panamericanos de São Paulo yo estaba muy nerviosa porque nunca había salido del país, y yo tampoco creía que me fuera a ganar una medalla tan pronto en mi primera competencia internacional. Fue una gran experiencia porque conocí a muchas personas de diferentes países, conocí amigos, fue muy chévere. Mi mamá y toda mi familia lloró porque nadie lo podía creer, fue mucha alegría. (Manuela, tenista de mesa)
Figura 3: Manuela en los Juegos Parapanemericanos de Lima 2019.
Sara obtuvo medalla de plata en los Juegos Parapanamericanos Juveniles de São Paulo 2017. También ha obtenido medallas en Juegos Paranacionales y locales. Recuerda, con especial afecto, cuando, en una competencia internacional de dobles, un miembro del Comité Paralímpico Colombiano que tenía una discapacidad visual las apoyó durante el encuentro: “el señor no nos podía ver, pero estaba sentado junto a mi mamá y, dependiendo de su estado de ánimo, el señor se emocionaba y nos apoyaba. Eso fue muy emocionante” (Sara, tenista de mesa).
Figura 4: Sara compitiendo en los Juegos Parapanamericanos Juveniles de Sao Paulo 2017
El Ministerio del Deporte, máxima entidad estatal del deporte en Colombia, tiene un sistema de incentivos económicos a los deportistas que ganan medallas en las competencias internacionales. El monto de estos incentivos varía de acuerdo con la competencia; por ejemplo, el mayor incentivo se entrega a los campeones de los juegos olímpicos y paralímpicos de verano e invierno. En todas las categorías, los deportistas paralímpicos reciben exactamente el mismo monto que sus pares sin discapacidad. Manuela y Sara han obtenido estos apoyos gracias a sus triunfos internacionales, lo cual las llena de satisfacción, pues sienten que todos los esfuerzos por fin se ven recomenzados. Sin embargo, sostienen que eso les genera mucha presión, ya que para mantener el apoyo mensual que reciben -dos salarios mínimos-, ellas deben ganar al año al menos una medalla en una competencia internacional. Sara tuvo ese apoyo, pero lo perdió, dado que no es nada fácil mantenerse todos los años en el top 3 de las competencias internacionales. Manuela, actualmente, lo mantiene, pero la presión de la victoria no desaparece:
La presión es muchísima porque uno va a un torneo con una meta que es ganar, a nadie le gusta perder, uno siempre quiere ganar, entonces la presión es muchísima porque siempre tienes que ir a ganar. Yo le meto mucha diversión porque la vida se trata de divertirse y no de estar presionado, trato de no presionarme tanto, pero cuando uno está en un partido y sabe que tiene que ganar una medalla para no perder el sueldo de Coldeportes ya no es tan fácil porque esa es una ayuda muy grande para uno y la presión entonces se vuelve muy grande. (Manuela, tenista de mesa)
Sara y Manuela coinciden en que el sistema de apoyos de Coldeportes es bueno porque el dinero que reciben les facilita movilizarse para sus entrenamientos. Sin embargo, sostienen que es profun damente injusto que dichos rubros estén sujetos exclusivamente a la obtención permanente de medallas. Ellas enfatizan en que una condición fundamental para obtener medallas es haber tenido una excelente preparación física, mental, técnica y táctica. Para estar en la máxima condición no basta la disciplina y el esfuerzo del deportista, es necesario el apoyo económico para garantizar una correcta alimentación, buenos preparadores físicos, condiciones para movilizarse a los entrenamientos, etc. No obstante, el Ministerio del deporte solo otorga apoyo económico una vez el deportista ha obtenido una medalla.
Esto indica que el ministerio espera que algunos talentos silvestres excepcionales se destaquen en las condiciones más adversas. Las narrativas mediáticas fortalecen este discurso neoliberal al presentar a esos atletas como ejemplos de que en la vida las limitaciones económicas no son importantes siempre y cuando las personas no tengan limitaciones “mentales”. Dichas narrativas suelen ser más exaltadas cuando se trata de deportistas con discapacidad. Sara y Manuela bien podrían ser ejemplos de esta idea, pues ante limitadas condiciones económicas se han logrado destacar deportivamente. No obstante, ellas resaltan enfáticamente que eso no basta, pues el Estado debe apoyar a los deportistas sin importar las victorias. Ellas se sienten en profunda desventaja con tenistas de mesa de Asia y Europa, quienes poseen las mejores condiciones para dedicarse de lleno al deporte, lo que se ve traducido en sus medalleros:
Dentro del deporte paralímpico en Colombia, apoyan más al atletismo y al baloncesto porque son los que más medallas ganan, el tenis de mesa casi no lo apoyan porque dicen que cuando vamos al exterior no ganamos casi medallas de oro. Lo que ellos piden es medallas de oro para supuestamente apoyarnos más. Mi opinión es que el apoyo no debe depender de si es una medalla de oro o de plata, debe haber más apoyo. Si a nosotros no nos apoyan para ir a varios torneos y coger experiencia no entiendo ellos cómo piensan que uno va a llegar con medallas. Es que a uno a veces le ganan otros competidores porque manejan mejor los nervios y eso se aprende participando en más torneos, para eso se necesita más apoyo. El nivel en Europa y Asia es mejor que el de nuestros países porque allá si se puede vivir del deporte, aquí no. Colombia no le mete mucha plata al deporte, menos al paralímpico. (Manuela, tenista de mesa)
Sara y Manuela señalan que los medios de comunicación colombianos le prestan excesiva atención al fútbol de hombres caminantes y descuidan otras disciplinas deportivas, especialmente del deporte paralímpico femenino. Consideran que los medios deberían diversificar sus transmisiones deporti vas y reconocer a las deportistas paralímpicas del mismo modo que lo hacen con los deportistas sin discapacidad:
Siempre ha sido igual el deporte en el país, apoyan más el fútbol, los deportes más “importantes” de los caminantes. A nosotros no nos paran muchas bolas porque en televisión, en las noticias, presentan siempre es a los caminantes. Sí, son medallistas de oro, eso está bien, pero uno también merece reconocimiento porque para una persona con discapacidad es más complicado ir a demostrar que puede y representar bien a su país para que uno venga aquí y no lo presenten. No es que uno quiera ser famoso ni nada, sino que es importante que reconozcan y apoyen a los deportistas con discapacidad. (Manuela, tenista de mesa)
Pese a este difícil panorama institucional, Sara y Manuela aseguran que el deporte, en general, ha transformado positivamente sus vidas. Les ha permitido tener una mejor condición física, emocional, ha enriquecido su socialización y se ha convertido en un elemento central de sus proyectos de vida:
Antes de practicar deporte no era una persona hábil con mi cuerpo, no podía mover bien mi silla, tenía muchas falencias que si no mejoraba me iban a afectar en el futuro. Ya con la práctica del deporte he ido mejorando mucho la parte motriz y motora. Por ello he logrado ser una persona más independiente. Para mí el deporte ha sido de gran ayuda para volverme una persona más sociable. Gracias al deporte he podido conocer otras culturas, otras personas de diferentes partes del mundo. Si yo no hubiera empezado a hacer deporte no sé qué sería de mi vida ahora. He tenido muchos beneficios por hacer deporte. (Sara, tenista de mesa)
Manuela enfatiza que en Colombia hay una profunda desigualdad de oportunidades educativas, laborales y recreativas para las personas con discapacidad. Ve en el deporte de alto rendimiento un espacio en el que, pese al limitado apoyo institucional, puede tener más oportunidades para tener una mejor calidad de vida.
Lastimosamente, en este país las personas con discapacidad no tienen los mismos beneficios de una persona de pie. El tenis de mesa me ha dado mucha disciplina, me ha enseñado a ser perseverante, ser muy responsable. Me gusta mucho hacer un deporte que me genera mucha alegría porque también hay mucha gente que está en silla todo el tiempo triste, aburrida, no hacen nada por la vida, no estudian, no hacen nada, entonces yo tengo el privilegio de haber conocido este deporte que ha marcado mi vida. No todas las personas han conocido los países que yo he conocido, no han ganado las medallas que yo he ganado, el deporte es lo mejor que me ha pasado en la vida. (Manuela, tenista de mesa)
CONCLUSIONES
En este artículo se visibilizaron algunos relatos de la experiencia de ser mujer con discapacidad motora y deportista de alto rendimiento en un contexto de limitaciones económicas. Las narrativas de las protagonistas ponen en cuestión el discurso hegemónico de los medios de comunicación, según el cual las limitaciones económicas y sociales que viven los deportistas con discapacidad no son relevantes siempre que estos no tengan “limitaciones mentales”. Dicho discurso oculta las profundas desigualdades que experimentan las personas con discapacidad en general y los deportistas paralímpicos en particular. Las deportistas paralímpicas demandan mayor apoyo económico y mejores condiciones laborales. También demandan disminuir la brecha de reconocimiento social entre los deportistas masculinos sin discapacidad y las mujeres deportistas con discapacidad. Esto invita a los medios de comunicación a diversificar sus transmisiones deportivas y visibilizar más las justas de deporte adaptado y a sus protagonistas. También es importante que los periodistas -y la sociedad en general- abandonen la actitud de lástima que a menudo tienen respecto a las personas con discapacidad y, en consecuencia, dejen de pensar la discapacidad como una suerte de tragedia.
Los estudios sobre deporte adaptado constituyen un reto para los estudios socioculturales del deporte, pues estos típicamente se han centrado en competencias de hombres sin discapacidad. Dicha falta de interés de este campo de estudios frente al deporte paralímpico reproduce la invisibilización que estos deportistas experimentan en la sociedad y los medios de comunicación. Los estudios socioculturales del deporte pueden contribuir a visibilizar la diversidad de experiencias que viven las personas con discapacidad a partir de las prácticas deportivas y ofrecer pistas para la formulación de políticas públicas que dignifiquen la vida de los atletas paralímpicos.