Lúdica pedagógica
0121-4128
2462-845x
Universidad Pedagógica Nacional
https://doi.org/10.17227/ludica.num37-18231

Recibido: 29 de marzo de 2022; Revision Received: 13 de diciembre de 2022

LA CONVIVENCIA PACÍFICA A TRAVÉS DEL FÚTBOL: APORTES DE UNA EXPERIENCIA EN URABÁ, ANTIOQUIA2


PEACEFUL COEXISTENCE THROUGH SOCCER: CONTRIBUTIONS FROM AN EXPERIENCE IN URABÁ, ANTIOQUIA


A CONVIVÊNCIA PACÍFICA ATRAVÉS DO FUTEBOL: CONTRIBUIÇÕES DE UMA EXPERIÊNCIA EM URABÁ, ANTIOQUIA

J. Soto-Atehortúa, 1

Magíster en Motricidad. Especialista en Psicología de la Actividad Física y el Deporte (Psicología). Docente ocasional, Universidad de Antioquia: Apartadó, Urabá. jluis.soto@udea.edu.co, https://orcid.org/0000-0002-4971-216X Universidad de Antioquia Universidad de Antioquia Apartadó Urabá Colombia

Resumen

Este artículo plantea el análisis de los impactos percibidos sobre la convivencia pacífica del proyecto de deporte para la paz “Construir Jugando con Bancolombia” desarrollado en la región de Urabá, Antioquia, a partir de las perspectivas de sus líderes deportivos y coordinadores en el marco de un estudio de caso que utilizó la revisión documental y las entrevistas semiestructuradas como estrategias de recolección de datos. El análisis arroja importantes impactos en el desarrollo moral y de la inteligencia emocional en sus componentes de autoconciencia y autorregulación, a partir de las metodologías de creación de acuerdos de convivencia, momentos de aprendizaje en el juego, así como la autoevaluación de acuerdos y sesión deportiva, los cuales son evidenciados en la manifestación pacífica de la convivencia durante el contexto de la práctica deportiva. Además, se identifican impactos referidos a la configuración de proyectos de vida aislados del conflicto armado y/o juvenil regional y en la formación en liderazgo, promovido esto por el énfasis en la participación activa de la construcción de acuerdos de convivencia, así como en el ejercicio reflexivo de autoevaluación.

Palabras clave:

deporte, fútbol, convivencia pacífica.

Abstract

This article presents the analysis of the perceived impacts on peaceful coexistence of the sport for peace project named “Construir Jugando con Bancolombia” developed in the Urabá region, Antioquia, from the perspectives of its sports leaders and coordinators within the framework of a case study that used documentary review and semi-structured interviews as data collection strategies. The analysis shows significant impacts on moral development and emotional intelligence in its components of self-awareness and self-regulation, from the methodologies of creating coexistence agreements, moments of learning in the game, and the self-evaluation of agreements and sports session, which are evidenced in the peaceful manifestation of coexistence during the context of sports practice. In addition, impacts related to the configuration of life projects that are isolated from the regional armed and/or regional youth conflict, as well as leadership training are identified, promoted by the emphasis on active participation in the construction of coexistence agreements and reflective exercise of self-assessment.

Keywords:

sport, soccer, peaceful coexistence.

Resumo

Este artigo propõe a análise dos impactos percebidos na convivência pacífica do projeto de esporte pela paz “Construir Jugando con Bancolombia” desenvolvido na região de Urabá, Antioquia, a partir das perspectivas de seus dirigentes e coordenadores esportivos no âmbito de um estudo de caso que utilizou a revisão documental e entrevistas semiestruturadas como estratégias de coleta de dados. A análise mostra impactos importantes no desenvolvimento moral e na inteligência emocional nos seus componentes de autoconsciência e autorregulação, com base nas metodologias de criação de acordos de convivência, momentos de aprendizagem no jogo, bem como na autoavaliação de acordos e sessões esportivas, que se evidenciam na manifestação pacífica de convivência durante o contexto da prática esportiva. Além disso, são identificados impactos referentes à configuração de projetos de vida isolados do conflito armado e/ou juvenil regional e na formação de lideranças, promovidos pela ênfase na participação ativa na construção de acordos de convivência, bem como no exercício reflexivo de autoavaliação.

Palavras-chave:

esporte, futebol, coexistência pacífica.

INTRODUCCIÓN

El Deporte para el Desarrollo y la Paz (DDP) es concebido como el uso intencional de las prácticas deportivas para impactar positivamente “la salud pública, la socialización de niños, jóvenes y adultos, la inclusión social de los desfavorecidos, el desarrollo económico de las regiones y los estados, y en el fomento del intercambio intercultural y la resolución de conflictos” (Lyras y Welty, 2011, citados en Spaaij et al., 2018, p. 25), representando una “poderosa herramienta para apoyar la prevención de conflictos y los esfuerzos para construir la paz, tanto simbólicamente en el ámbito global como de forma muy práctica dentro de las propias comunidades” (Organización de las Naciones Unidas [ONU], 2003, p. 5).

En los últimos treinta años, muchas experiencias, programas e instituciones a nivel mundial y nacio nal se han instalado en esta lógica, como el caso de la estrategia Baloncolí en 1993 en Antioquia (Amaya, 2010); el proyecto Fútbol por la Paz en Medellín en los años noventa (Islas, 2018); el proyecto Golombiao a nivel nacional en los años 2000 (Vega, 2017); el programa Goles para una vida mejor de la ONG Colombianitos en 2002 (Colombianitos, 2018), y las muchas instituciones que hoy en día conforman la red nacional Gol y Paz (Gol y Paz, s.f.) que a través del fútbol abordan e intervienen fenómenos como el reclutamiento armado forzado, la exclusión social, la violencia, la desigualdad (Cárdenas, 2015).

Estas experiencias no solo se han servido de la práctica deportiva convencional, sino que han desa rrollado e implementado diferentes estrategias metodológicas para el logro de sus objetivos sociales, tales como la realización de juegos cooperativos, seminarios, talleres y otras actividades pedagógicas (Cárdenas, 2013) o como la metodología Fútbol 3 tiempos del proyecto Fútbol por la Paz (Islas, 2018), la cual ha sido adoptada por diferentes entidades y proyectos de deporte para la paz a nivel nacional en Colombia y a nivel regional en Antioquia y el Urabá.

En el presente artículo se analizan (desde la voz de los actores) los impactos en la convivencia pacífica del proyecto Construir Jugando con Bancolombia, desarrollado en la región de Urabá, Antioquia, entendiendo que la convivencia implica a “dos o más personas o grupos que son diferentes en una relación en la que siempre intervienen otros” (Romero, 2005, p. 10), y requiere, para que sea pacífica, “tolerancia, normas comunes y regulación del conflicto; [acuerdos] y reglas del juego [que sean] aceptadas y cumplidas por todos; [si bien] no es algo opuesto al conflicto ni significa ausencia de conflictividad, […] sí requiere regulación o resolución pacífica de los conflictos” (p. 10). Para esto, se describen los aspectos metodológicos que lo constituyen, a saber:

Construir Jugando con Bancolombia basa sus actividades deportivas para la convivencia pacífica en la metodología denominada Fútbol 3, originaria del proyecto Fútbol por la Paz desarrollado en los años noventa en la ciudad de Medellín. Tenía como propósito “generar procesos de convivencia entre los jóvenes de los barrios más afectados por la inseguridad, la violencia y la pobreza” (Islas, 2018, p. 2), allí los encuentros deportivos poseían elementos no convencionales, como la ausencia de un árbitro que promoviera la autorregulación de la actividad y la construcción de acuerdos de convivencia previo al juego, entre otros. Así, el método Fútbol para el Futuro (FPF), de la fundación que ejecuta el proyecto, utiliza esta metodología, pero constituye algunos elementos que la hacen propia de esta fundación, manteniendo un “modelo pedagógico con enfoque vivencial y constructivista, utilizado por la fundación para enseñar a los niños beneficiarios todo lo relacionado con valores humanos y morales, utilizando el deporte como vehículo de aprendizaje” (FPF, 2020).

Así, la metodología FPF se constituye en sesiones de entrenamientos, talleres psicosociales y festivales deportivos en los que buscan generar que los niños, niñas y adolescentes (NNA) aprendan las habilidades para la vida y la paz que promueve la fundación como objetivos formativos. En este artículo se hace énfasis en la descripción, fundamentalmente, de las sesiones de entrenamiento, las cuales constituyen el eje central de la metodología FPF.

La construcción de acuerdos para la convivencia pacífica es la estrategia más importante del proyecto, los acuerdos son eje central de la metodología FPF (y herencia de Fútbol por la Paz), se basan en una metodología constructivista (Ortiz, 2015), que implica una relación dialéctica entre el educador (líder deportivo en este caso) y el educando (deportista) y consiste en el establecimiento de normas para el desarrollo de la sesión de entrenamiento. Para ello, los líderes realizan una introducción sobre los valores y habilidades para la vida y la paz y sus significados, para que con posterioridad se construyan seis acuerdos de convivencia que orienten los aprendizajes.

Una vez se construyen los acuerdos de convivencia, se eligen dos capitanes que serán los que liderarán los dos grupos a los que se les aplicará la actividad. Esta elección está mediada por algunas cualidades, como la puntualidad, el seguimiento de los acuerdos, etc.

Con la elección de los capitanes finaliza la primera parte de la sesión. Esta fase es muy importante porque es la base de lo que será el transcurso del entrenamiento: orienta la pedagogía deportiva, los roles y dinámica interpersonal de la sesión, y la evaluación que se realizará al final.

La segunda parte es la sesión deportiva, un momento de aprendizaje de valores y habilidades para la vida. En este momento, denominado fase central, la sesión se desarrolla de forma similar a una sesión de entrenamiento deportivo convencional: calentamiento, fase central, y vuelta a la calma. Si bien esta sesión es planificada por los líderes y obedece a un entrenamiento deportivo convencional, también tiene unos matices pedagógicos direccionados a la conversación y reflexión de las situaciones que emergen en el juego y se relacionan con los acuerdos de convivencia pactados.

La tercera parte es la de evaluaciones y reflexiones de la sesión para la convivencia pacífica: en este tercer momento, finalmente, se realiza la evaluación de la sesión. Este momento se divide en tres fases: autoevaluación, coevaluación y evaluación. En la autoevaluación, cada deportista realiza una evaluación de su propio comportamiento y del cumplimiento de los acuerdos pactados en la primera fase; la coevaluación consiste en la evaluación del equipo contrario. Es decir, el equipo B evalúa el equipo A, y viceversa, también se evalúan los acuerdos; y, por último, en la evaluación, el equipo FPF (líder deportivo y coordinador presente) realiza una devolución de lo que observaron en la sesión y las orientaciones que se propongan allí.

METODOLOGÍA

El estudio se realizó bajo la metodología de estudio de caso “típico” (Stake, 1994, citado en Muñiz, 1994); desde la perspectiva de la investigación cualitativa, buscando profundizar en las experiencias y significados alrededor de los sentidos pedagógicos de los líderes y coordinadores del proyecto, la metodología y los impactos percibidos en la convivencia y la paz. Los datos se obtuvieron por medio de revisiones documentales, para aproximarse a la estructura del proyecto, y entrevistas semiestructuradas, para comprender su funcionamiento, participantes, objetivos, marcos epistémicos, metodologías y, sobre todo, como estrategia para identificar el impacto percibido por los líderes y coordinadores del proyecto.

La muestra poblacional del estudio estuvo compuesta por cinco personas: el coordinador territorial, el coordinador psicosocial (ambos comparten ambos roles), el coordinador deportivo, y dos líderes deportivos de dos territorios del proyecto en Urabá. Los datos se analizaron de acuerdo con el método de la teoría fundamentada. Se organizó y estructuró la información, agrupándola en unidades de análisis y categorías. Se identificaron más amplias, temas y patrones emergentes, los cuales dieron sentido a la construcción teórica, en coherencia con los objetivos de investigación (Hernández-Sampieri, et. al., 2010). Además, se realizó la triangulación de datos, que implica “la utilización de diferentes estrategias y fuentes de información sobre una recogida de datos [que permite] contrastar la información recabada” (Aguilar y Barroso, 2015, p. 74). De esta manera, luego de haber organizado y codificado los datos en unidades de análisis y categorías, se trianguló la información para mayor soporte en los datos mismos, y así construir categorías y teoría con fundamentos empíricos concretos.

Sobre las consideraciones éticas de la investigación, estas fueron abordadas de la siguiente manera: se obtuvo la autorización de la fundación para la realización de la investigación; luego, se procedió con el consentimiento informado de los líderes y coordinadores deportivos y psicosociales, quienes avalaron y autorizaron su participación en el estudio. Con el fin proteger la identidad de los participantes, se asignaron códigos (S1, S2, S3, S4 y S5) que se utilizaron al presentar los resultados relacionados con los datos recopilados.

RESULTADOS

El desarrollo de la inteligencia emocional y el desarrollo moral en función de la convivencia pacífica

El desarrollo de la autoconciencia, como componente de la inteligencia emocional, se ha identificado como uno de los impactos más importantes. Se ha logrado, principalmente, por la estrategia de los acuerdos de convivencia y las reflexiones de la fase de evaluación de estos acuerdos, especialmente por la autoevaluación; ya que permite a los deportistas desarrollar la capacidad de reconocer sus propias acciones y emociones. Este es un ejercicio introspectivo que les permite dar cuenta de sus estados, sentimientos, impulsos, etc., (Goleman, 2010), lo que representa un punto de partida para la autorregulación, la conciencia de los límites según las normas morales y, en última instancia, para convivir sin violencias directas, como mencionó el líder, “se ha logrado ver que los niños sí tienen esa capacidad de autoevaluarse, de reconocer los errores […] creo que ahí ya entraría a funcionar el tema de la evaluación, le ayuda al niño a reconocer el error que tuvo” (S1).

Los acuerdos de convivencia y la autoevaluación, que son “la magia del proyecto” según S3, permiten que los niños realicen una constante introspección y reflexión constante sobre sus comportamientos. Esto configura aspectos normativos morales personales en la medida en que los deportistas incorporan “reglas, expectativas y convenciones de la sociedad y de la autoridad, y defenderlas precisamente porque son reglas, expectativas o convenciones de la sociedad” (Linde, 2009, p. 8). Como lo expresó S2, “desde ahí se forma el tema de la moral, de saber qué se hizo bien, qué se hizo mal”, y S4 añadió que“ya ellos se sincronizaban u organizaban su mente de que ‘no puedo actuar de tal manera porque yo ya dije que no lo iba a hacer’… hacerse un estudio de reflexionar si lo que dije sí lo hice”.

Estas normas, relacionadas principalmente con la no violencia y guiadas por sentidos pedagógicos de la sesión, favorecen la convivencia pacífica. Los acuerdos de convivencia orientan a los partici pantes a adoptar comportamientos pacíficos; y la fase de evaluación les permite reflexionar sobre su cumplimiento durante la sesión de entrenamiento.

La convivencia pacífica también se promueve gracias a la ausencia de un juez en la práctica deportiva, pues, dada la metodología de Fútbol 3 adoptada, se prioriza la autorregulación del juego, esta se basa en el diálogo establecido en los acuerdos de convivencia y en la autoconciencia y autorregulación durante el aprendizaje, reflexión e introspección que la líder fomenta en el desarrollo de la sesión.

La formación en liderazgo para el proyecto de vida

Uno de los líderes manifestó que la fase de la construcción de los acuerdos promueve el liderazgo, pues son ellos quienes proponen “Nosotros vamos a hacer esto”; “Nosotros vamos a cumplir con esto”. Durante el entrenamiento, siempre se destaca alguien que dice: “Hey, estamos haciendo otra cosa, ¿qué pusimos allá? Vamos a hacer lo que pusimos allá” (S2). Se dio una práctica que también ha permitido el desarrollo de la autonomía y la autoconfianza de los beneficiarios y que se consolidó a lo largo del proyecto, esa que permite participar y tomar la palabra en el grupo: perder el miedo a dar la opinión, convencerse de que “si él puede, yo puedo” (S2); y la actitud de liderazgo que promueve el cumplimiento de los acuerdos de convivencia. Al respecto, S2 comenta: “en últimas, lo último que trabajamos, ya incluso no era el capitán solamente, sino que ya cualquiera tomaba la voz de mando y decía: ‘vamos a hacer esto’. Es como lo que he observado”.

Se dio una actitud de liderazgo que se fomenta y se desarrolla a través de la identificación de los beneficiarios con el entrenador-líder: “Algunos ya van con esa intención de querer meterse en el cuento, estar al lado de uno, ¿cómo se hace esto? ¿por qué esto?’ Decir, incluso, ‘yo quiero entrenar este grupo, hacer lo mismo que realizan ustedes como entrenadores’” (S2). Este tipo de liderazgos promueve relaciones sociales sin violencias, configuradas a través del diálogo y las normas morales para la convivencia pacífica.

Contribuciones a la configuración de proyectos de vida fuera del conflicto armado

Finalmente, se reconoce una influencia significativa que la experiencia genera en la configuración de los proyectos de vida de los NNA, entendiendo estos como los “modelos ideales sobre lo que el individuo espera o quiere ser y hacer […] definiendo su relación hacia el mundo y hacia sí mismo, su razón de ser como individuo en un contexto y tipo de sociedad determinada” (D’Angelo, 1994, citado en Hernández y Ovidio, 2004, p. 5), pues, según los líderes deportivos, los NNA encuentran en la práctica deportiva del proyecto una actividad diferente a lo que, por ejemplo en San José de Apartadó, han realizado en otrora, como participar de grupos armados: “ya los niños no ocupan el tiempo libre en lo que ya se ha hecho años atrás en San José, como buscar grupos armados[…] los aleja de ingresar o estar en esos grupos” (S4).

Si bien el acceso a los grupos armados al margen de la ley obedece a diversos y complejos motivos y causas, la lideresa deportiva de San José de Apartadó reconoce que el proyecto “hace que los niños tengan un foco y empiecen a buscar qué los llena, qué los motiva; podrían ver la otra cara de la vida, […] de que el mundo no es la guerra” (S4).

DISCUSIÓN

En este artículo se ha compartido el análisis aplicado a una experiencia de deporte para la paz en Urabá, Antioquia, denominada Construir Jugando con Bancolombia, teniendo como ejes de análisis sus estrategias metodológicas y los impactos percibidos por los líderes y coordinadores del proyecto en la convivencia pacífica. Según los hallazgos, el proyecto se instala, en un sentido pedagógico, en la promoción de la convivencia pacífica entre los beneficiarios del proyecto; y en la deslegitimación de la violencia directa, resolviendo los conflictos interpersonales mediante el diálogo.

Este enfoque se basa en el desarrollo de la moralidad, de la inteligencia emocional (Goleman, 2010) y de las habilidades para la vida (FPF, 2020; y Gol y Paz, s. f.), tal y como la “resolución de problemas, comunicación efectiva, habilidades de relación interpersonal, y conciencia de sí mismo” (World Health Organization [WHO-OMS], 1994, p. 1), lo cual contribuye a la formación de NNA que conviven pacíficamente en el juego; que respetan y son solidarios con sus compañeros y adversarios, que son conscientes de sus comportamientos “buenos” y “malos”, y que pueden resolver, pacíficamente, mediante el control emocional y el diálogo, los conflictos interpersonales que surgen dentro o fuera del juego.

Este sentido pedagógico y sus impactos son evidentes, según la perspectiva de la ONU (2003), en tanto el deporte sea el espacio y actividad para la paz, ya que “ayuda a construir las habilidades y valores individuales necesarios para evitar el conflicto” (p. 18). Por ejemplo: el impacto del fútbol en Sierra Leona y su influencia en la reducción del conflicto y las vio lencias directas entre diferentes grupos étnicos (Lea-Howarth, 2006); en Israel, Palestina e Irlanda del Norte, el deporte promueve las habilidades de resolución de conflictos interpersonales “mediante el uso de ‘desacuerdos’ que pueden surgir entre los participantes durante las prácticas deportivas” (p. 13). En población cingalesa, tamil y musulmana en Sri Lanka (Schulenkorf, 2010), en Chipre (Lyras, 2007) y en Guatemala (Rato Barrio, 2009), el deporte representó un espacio de comunicación e interacción entre personas de distintos orígenes étnicos, fortaleciendo la diversidad, la confianza, el respeto y la resolución de conflictos. Así mismo, en Colombia en otras experiencias de deporte para la paz fue posible prevenir las violencias directas, promover la reconciliación, deslegitimar la violencia como forma de resolución de conflictos y generar espacios de convivencia pacífica.

Algunas de estas experiencias a nivel nacional son Baloncolí (Amaya, 2010), una apuesta deportiva para la convivencia pacífica en contextos escolares; el proyecto Fútbol por la Paz (Islas, 2018), una ini ciativa para la promoción de la convivencia pacífica juvenil en los barrios de Medellín; la Fundación Colombianitos y su enfoque para el desarrollo de competencias socioemocionales y ciudadanas para la no violencia (Colombianitos, 2018); y el Golombiao, con su enfoque en la convivencia pacífica mediante la construcción de acuerdos y la autorregulación del juego (Vega, 2017), que también hizo presencia en la región de Urabá. Esta región también ha tenido la presencia de otras experiencias, como el programa Diplomacia Deportiva (Mendoza, 2014), en el que se incentivó la pedagogía de los valores humanos y la prevención de la vinculación de NNA víctimas del conflicto a grupos armados; y el programa educativo, deportivo, artístico y cultural de la Diócesis de Apartadó y la cooperación de Sociedad Alemana de Cooperación Internacional (GIZ, 2018) en la que su metodología de deporte con principios propició espacios deportivos con enfoque de valores humanos, habilidades para la vida y para la convivencia pacífica en el territorio.

En cuanto a los aspectos metodológicos, la construcción de acuerdos de convivencia y la autoeva luación, según los líderes y coordinadores, genera en los NNA un comportamiento alineado con las normas morales, sobre todo a las que regulan las conductas violentas. La promoción de la auto conciencia como componente de la inteligencia emocional se facilita en gran medida gracias a los acuerdos de convivencia y a la fase de evaluación, especialmente la autoevaluación. Esta promoción ayuda a los deportistas a desarrollar la capacidad de reconocer sus propias emociones, lo que implica un ejercicio introspectivo que les permite comprender sus estados anímicos, sentimientos, impulsos, etc., (Goleman, 2010). Esta habilidad es un punto de partida para la autorregulación y la comprensión de los límites éticos, lo que, en última instancia, promueve una convivencia sin violen cias directas. Esta capacidad introspectiva, que se cultiva a través de los acuerdos de convivencia y la autoevaluación, les permite a los deportistas reflexionar constantemente sobre sus comporta mientos, y configurar normas morales personales con un enfoque particular hacia la no violencia.

Los acuerdos de convivencia y la autoevaluación son una herencia de la metodología central del proyecto, denominada Fútbol 3 tiempos o Fútbol por la Paz desarrollada en los años noventa en el proyecto Fútbol por la Paz de Medellín. Esta estrategia, que involucraba diferentes componentes, -como el carácter mixto de los equipos deportivos, la socialización y construcción colectiva de la normatividad del encuentro, la resignificación del árbitro, más como figura mediadora de conflictos que entidad castigadora, y la socialización después del partido- logró dejar una huella importante en las futuras iniciativas y proyectos que buscan la paz y la convivencia de las comunidades por medio del deporte.

Ha sido tal el impacto de esta metodología que se ha considerado eje de la red Gol y Paz (Gol y Paz, s. f.), constituida por organizaciones colombianas que utilizan el fútbol como herramienta para la transformación social. Entre estas se encuentra la Fundación Fútbol para el Futuro, que gestiona el proyecto Construir Jugando con Bancolombia en Urabá.

Asimismo, ha sido empleada por organizaciones como Fundación Colombianitos, Fundación Tiempo de Juego, Fútbol con Corazón, Spirit of Soccer, Con-texto Urbano, Fundación Talentos, Fundación Crecer Jugando, Fundación Juventud Líder y más (Cárdenas, 2015). También se encuentra en otras iniciativas como la pedagogía de compromisos de Lamoneda, et. al. (2015); el contrato de compromisos de Gairín, et. al. (2014) ; el Golombiao (Vega, 2017), que retoma la metodología de los acuerdos de convivencia del proyecto Fútbol por la Paz; el proyecto Goles por la Paz en Bogotá y en Bais, Filipinas (Cárdenas, 2012); y el evento Football for Hope Festival 2010 en el marco de la Copa Mundial de 2010 (Gannett, et. al., (2014) , entre otros.

Esta metodología ha demostrado importantes resultados, tanto así, que es nombrada como “la magia del proyecto” por el coordinador territorial de la Fundación. Sin embargo, emerge como una posibilidad importante para la promoción de la convivencia pacífica, que aún requiere una investigación más profunda para identificar sus impactos concretos. Es preciso que otras investigaciones vayan más allá de lo encontrado por Ramírez (2014) sobre sus impactos y profundicen en sus alcances y limitaciones en términos del respeto a las normas, las actitudes no violentas, la convivencia pacífica y el desarrollo moral de los deportistas. Este último aspecto puede verse afectado por la naturaleza competitiva intrínseca el fútbol, como han señalado Kavussanu, et al (2013) , Boardley y Kavussanu (2016) , Van de Pol, et al (2018) , Spruit, et al. (2019) , quienes destacan el concepto de ‘desenganche moral’ que genera la competitividad en el deporte y que afecta la convivencia pacífica.

Si bien los participantes del proyecto han identificado estos hallazgos, hace falta enfocarse más en el estudio de estos impactos; ejercicios investigativos que logren identificar los indicadores adecuados que den cuenta de estas perspectivas. Es importante considerar que la investigación en el campo del deporte para la paz requiere cada vez más de la presencia de las voces de los participantes, estrategias investigativas que reconozca en ellos las potencialidades del conocimiento sobre los impactos en la construcción de paz (Collison y Marchesseault, 2016).

CONCLUSIONES

La creación de acuerdos de convivencia previo a las actividades deportivas genera un compromiso moral y social basado en la no violencia y que rige la actividad; este se manifiesta en la convivencia pacífica y en la promoción de capacidad de resolución de conflictos mediante el diálogo, que a su vez se fomenta mediante el proceso colectivo de construcción de acuerdos.

La autoevaluación de las conductas en las actividades deportivas de la sesión permite que los participantes tomen conciencia de sus acciones. Asimismo, les ayuda a valorar los compromisos establecidos en los acuerdos de convivencia y a reflexionar sobre su responsabilidad en el cumplimiento. Esto genera un mayor compromiso con los acuerdos, una conexión ética y una adhesión a las normas, que devienen en la convivencia pacífica. Además de reconocer los límites y dinámicas relacionales, aprenden a conocer y gestionar sus respuestas emocionales en las situaciones de conflictos interpersonales.

El campo del deporte para la paz se beneficia de enfoques como el planteado en este estudio, ya que aporta evidencia científica sobre los posibles impactos y alcances de estas estrategias metodologías para los objetivos del campo. Sin embargo, es necesario realizar más investigaciones que vinculen, sobre todo, a los actores directos como los deportistas. Estas investigaciones deberían analizar la experiencia de los deportistas en relación con estas metodologías de manera naturalista e in situ, los que permitiría obtener información más profunda y válida. Esto contribuiría a generar aportes concretos sobre los impactos reales del campo, respondiendo a las inquietudes sobre qué deporte y procesos deportivos generan qué impactos, para quiénes y en qué circunstancias. También es esencial abordar las cuestiones planteadas por Coalter (2015) sobre la necesidad de preguntarse sobre qué deportes y procesos deportivos generan qué impactos, para quiénes y en qué circunstancias. Lo anterior con plena conciencia de que hay evidencias sólidas que demuestran el papel contradictorio de la actividad deportiva en relación con estos objetivos, especialmente con fenómenos como la violencia. Por lo tanto, vale evitar caer en lo que Schulenkorf (2015) denomina ‘optimismo exacerbado’, que consiste en exagerar las posibilidades del deporte y utilizarlo indiscriminadamente en función de objetivos sociales.