Revista Colombiana de Educación
Universidad Pedagógica Nacional
La colaboración en grupos
de investigación a través del análisis
de redes sociales
Collaboration in Research Groups through
Social Network Analysis
Colaboração em grupos de pesquisa por meio
da análise de redes sociais
Para citar este artículo:
Para citar este artículo: Martínez-Garrido, C. y Murillo, F. J. (2024). La colaboración en grupos de investigación a través del análisis de redes sociales. Revista Colombiana de Educación, (90), 80-101. https://doi.org/10.17227/rce.num90-14492
Resumen
La colaboración entre investigadores e investigadoras es esencial para el desarrollo de
su práctica profesional y del conocimiento. Esta investigación describe la colaboración
intramuros de diferentes áreas de conocimiento. Para lograr este objetivo, se seleccionaron
los cuatro grupos de investigación de mayor prestigio de las áreas de Ciencias de la
Educación, Psicología, Computación y Ciencias Físicas de la Universidad Autónoma de
Madrid. Mediante el análisis de la coautoría en los artículos de investigación publicados
en los últimos cinco años por sus miembros, se estimaron la densidad, distancia geodésica,
grado de centralidad, poder de Bonacich, grado de intermediación y grado de cercanía
de cada grupo utilizando como técnica el Análisis de redes sociales. Los resultados demuestran
la existencia de diferentes tipos de redes de colaboración y cultura colaborativa
para cada uno de los grupos de investigación. Destacan los grupos de Computación
y Ciencias Físicas como los más cohesionados, pero son los grupos de Ciencias de la
Educación y Psicología los más abiertos, diversos y con un especial interés en el establecimiento
de relaciones con el exterior. A la luz de los resultados obtenidos, se insta a
explorar la coautoría en el resto de áreas del conocimiento y se declara la necesidad de
apoyo de las administraciones y centros de investigación para potenciar la colaboración
entre investigadores.
Palabras clave
trabajo en equipo, autor,
grupos de trabajo, análisis de
redes, investigador
Abstract
Collaboration between researchers is essential for the development of their professional
practice and the development of knowledge. This research article seeks to describe the
intramural collaboration of different areas of knowledge. To address to this objective, the
four most prestigious research groups in the areas of Educational Sciences, Psychology,
Computing and Physical Sciences at the Autonomous University of Madrid are selected.
Through the analysis of the co-authorship in the research articles published in the last
five years by its members, metrics such as density, geodesic distance, degree of centrality,
Bonacich power, degree of intermediation and closeness of each group were estimated
using as a technique the Analysis of Social Networks. The results demonstrate the
existence of different types of collaboration networks and collaborative culture for each
of the research groups. The Computing and Physical Sciences groups stand out as the
most cohesive, but the groups of Education Sciences and Psychology are the most open,
diverse and with a special interest in establishing relationships with the outside world.
Considering the results obtained, it is urged to explore co-authorship in the other areas of
knowledge and the need for support from administrations and research centers to enhance
collaboration between researchers is denounced.
Keywords
teamwork; author; work
groups; network analysis;
researcher
Resumo
A colaboração entre pesquisadores e pesquisadoras é essencial para o desenvolvimento
da sua prática profissional e para o desenvolvimento do conhecimento. Este artigo de
pesquisa busca descrever a colaboração intramural de diferentes áreas do conhecimento;
para cumprir este objetivo, são selecionados os quatro grupos de pesquisa de maior
prestígio nas áreas de Ciências da Educação, Psicologia, Informática e Ciências Físicas
da Universidade Autônoma de Madrid. Por meio da análise da coautoria nos artigos de
pesquisa publicados por seus membros nos últimos cinco anos, seus membros estimaram
a densidade, distância geodésica, grau de centralidade, poder de Bonacich, grau
de intermediação e grau de proximidade de cada grupo, usando a Análise de Redes Sociais
como técnica. Os resultados demonstram a existência de diferentes tipos de redes
de colaboração e cultura colaborativa para cada um dos grupos de pesquisa. Os grupos de
Ciências Informáticas e Físicas destacam-se como os mais coesos, mas os grupos
de Ciências da Educação e Psicologia são os mais abertos, diversos e com especial
interesse em estabelecer relações com o mundo exterior. Face aos resultados obtidos,
urge explorar a coautoria nas restantes áreas do conhecimento e denuncia-se a
necessidade de apoio das administrações e centros de investigação para promover
a colaboração entre investigadores.
Palavras-chave
colaboração; coautoria;
grupos de pesquisa;
análise de redes sociais;
pesquisadores
Introducción
El estudio de la colaboración entre los investigadores y el análisis de su
evolución se ha considerado por la revista Science como uno de los 25
grandes retos con las que la ciencia se enfrenta en el próximo cuarto de
siglo. Y es que, efectivamente, la colaboración entre investigadores e
investigadoras es esencial en el desarrollo de su práctica profesional y el
desarrollo del conocimiento (Pennisi, 2005). Existen varias formas de considerar
la colaboración en investigación, desde la pertenencia a grupos de
investigación o laboratorios pasando por la participación en proyectos
de investigación hasta, incluso, la coautoría en los artículos científicos
publicados. Esta última, la coautoría, se considera el indicador más fiable
para medir la colaboración científica (Kumar, 2015).
Uno de los primeros trabajos que abordó la coautoría como forma de
colaboración en la investigación fue el realizado por Smith (1958), que
analizó 4189 artículos de investigación publicados en la revista American
Psychologist entre los años 1946 y 1957. Sus resultados demostraron un
ligero aumento en la tendencia a colaborar entre los investigadores en
el área de psicología; concretamente, el número medio de autores por
artículo se incrementaba desde 1,3 a 1,7 a lo largo de los once años
estudiados. Algunos años después, Price (1963) estudió los artículos publicados
en la revista Chemical Abstracts entre los años 1910 y 1960. Según
el autor, mientras en el año 1910 el 80 % de los artículos se publicaban
exclusivamente por un único autor, cincuenta años más tarde, en 1960,
el 60 % de los trabajos publicados se escribía en coautoría. Estas cifras
incrementaron las expectativas hacia el aumento de la colaboración entre
científicos; tanto es así, que Price predijo que en el año 1980 los artículos
escritos por un único autor “se extinguirían” (Price, 1963 p. 91).
Existen dos grandes tipos de colaboración entre investigadores. Por un
lado, la colaboración “intramuros”, que se realiza entre investigadores de un
mismo departamento, institución o grupo de investigación y que es objeto
de esta investigación. Por otro, la colaboración “extramuros”, que hace
referencia a la colaboración entre estudiosos de diferentes instituciones o
sectores, ya sea a nivel nacional o internacional (Katz y Martin, 1997; Moya
et al., 2018; Olmeda-Gómez et al., 2008). Kretschmer (1994) refleja claras
diferencias en las relaciones que se establecen entre los autores en uno y otro
tipo de colaboración. Concretamente, el autor analiza la estratificación social
de la colaboración científica y destaca que en la colaboración intramuros
existen diferencias significativas en el estatus social de los coautores, mientras
que en la colaboración de los investigadores extramuros las relaciones se
producen de igual a igual. Otra característica de la colaboración extramuros
es, de acuerdo con Katz y Martin (1997), su decrecimiento exponencial
según la distancia física que separa a las instituciones de los autores. Según los autores, al menos el 15 % de las investigaciones escritas en coautoría
se deben al establecimiento de relaciones previas de colaboración entre
las instituciones de cada uno de los autores. Efectivamente, la cooperación
internacional requiere un conocimiento previo del socio y la definición
de áreas de interés mutuo, seguido de acciones exploratorias que pueden
dar lugar al establecimiento de acuerdos bilaterales (Chinchilla-Rodríguez
et al., 2010; Herrera et al., 2018).
La tendencia hacia la múltiple autoría difiere de manera significativa
entre las ramas de la ciencia. Por un lado, según Vabø (2017), las áreas de
conocimiento de Ciencias, Ciencias de la Salud, Ingeniería y Arquitectura
se caracterizan por una mayor colaboración internacional y una mayor
producción de artículos publicados frente a las áreas de conocimiento
propias de las Ciencias Sociales y Jurídicas y de las Artes y Humanidades.
Cronin (2001) indica que en estas áreas de conocimiento es común la
coautoría entre cuatro o más autores, y que en sus publicaciones es habitual
que ocurran situaciones de hiperautoría, es decir, artículos firmados
por un extraordinario número de autores procedentes de instituciones de
diferentes países. Analizar la contribución de cada autor en una situación
de hiperautoría, según Cronin (2001), requiere la consideración de que
“para ser un autor no es necesario ser un escritor del artículo”.
Los estudios más recientes que analizan la coautoría en las áreas de
conocimiento de Ciencias, Ciencias de la Salud, Ingeniería y Arquitectura
pueden organizarse como aquellos que analizan la colaboración entre
autores a través de las publicaciones realizadas en determinadas revistas
o los que la analizan a través de la publicación en campos interdisciplinarios
de estudio. Entre los primeros destacan, por ejemplo, el realizado
por Kiliç et al. (2019), en el que se analizan los patrones de coautoría
en los artículos publicados desde el año 2000 hasta 2016 en 22 revistas
de Contabilidad. También el trabajo de Moody (2004), que analiza las
publicaciones desde 1963 hasta 1999 de la revista Sociological Abstract.
O el realizado por Erfanmanesh et al. (2017), que analiza la coautoría de
3125 artículos publicados en la revista Scientometrics. Entre los trabajos
que abordan campos interdisciplinarios de estudio destaca el realizado
por Chen et al. (2017), en el que se analizan la estructura y evolución de
las redes de coautoría en el campo de estudio interdisciplinar denominado
“evolución de la cooperación”. Los autores analizaron la autoría en más
de 2500 artículos de investigación de las áreas de conocimiento de Biología,
Matemáticas, Física, Ciencias Sociales, Ciencias de la Comunicación,
Medicina, y Gestión y Negocios, publicados entre los años 1961 y 2013.
Por otro lado, en las Ciencias Sociales y Jurídicas y Artes y Humanidades,
aunque cada vez es más común la colaboración entre investigadores,
la coautoría está limitada en número, tanto que superar los tres o cuatro
autores sucede tan solo en contadas ocasiones (Coccia y Bozeman, 2016).
Además, existen claras diferencias entre las áreas de conocimiento. Así
lo confirman los resultados encontrados por Endersby (1996), quien realizó
un estudio de los 9960 artículos publicados en las trece revistas de
mayor impacto de las áreas de Ciencias Políticas, Sociología, Economía,
Psicología, Historia y Administración Pública desde 1984 hasta 1994. Sus
resultados indican que la mayoría de trabajos publicados son firmados tan
solo por dos autores, y muy rara vez se llegan a superar los cuatro autores.
Entre las diferentes áreas de conocimiento abordadas en su estudio,
Endersby encontró que en Psicología parece haber una mayor tendencia
a la colaboración con casi el 40 % de los trabajos firmados por tres o
más autores. Esta cifra se reduce bruscamente en Sociología (el 15 %),
Ciencias Políticas (13 %), Economía (11 %), Administración Pública (7 %)
e Historia, donde tan solo el 1 % de los artículos se publican firmados
por tres o más autores. En el área de conocimiento de Ciencias de la
Educación, el reciente estudio realizado por Murillo y Martínez-Garrido
(2019) muestra que la colaboración entre investigadores es aún limitada
en número. Después de analizar los artículos de investigación educativa
empírica escritos por autores latinoamericanos, publicados en revistas
editadas en América Latina e indexadas en las bases de datos JCR, Scopus
o Scielo, los autores indican que el 66 % de los artículos publicados se
firman por uno o dos investigadores.
Independientemente de la tipología de la colaboración, sus ventajas
están bien documentadas en la bibliografía (Endersby, 1996). Por ejemplo,
permite el desarrollo de investigaciones más completas gracias a la combinación
de la experiencia de cada investigador y sus fortalezas; permite
desarrollar proyectos más ambiciosos que individualmente serían difíciles
de lograr; abre canales para la participación de los investigadores novatos
que se benefician de la experiencia de sus compañeros expertos; potencia
la producción de investigaciones y, además, da sentido al hecho de que la
investigación científica es un proceso social que permite el aumento de
los nuevos conocimientos a través de las interacciones directas entre los
investigadores (Mirc et al., 2017).
En España, no son tan comunes los estudios que analizan la colaboración
entre los investigadores, y los realizados hasta la fecha abordan
mayoritariamente la rama de Ciencias de la Salud (Alcaide et al., 2006;
Alonso Arroyo et al., 2010; Camí et al., 2003; Carretero et al., 2005;
García-Martínez et al., 2009). Por ejemplo, Carretero et al. (2005) analizan
la producción andaluza en biomedicina reflejada en la base de datos isi, el
realizado por la coautoría García-Martínez et al. (2009) sobre la coautoría en
las revistas de Psicología, o el estudio de Camí et al. (2003) donde se analiza
la autoría de los trabajos en el ámbito de biomedicina realizados por autores
españoles durante el periodo de 1994 a 2000. Los autores analizaron un
total de 56 872 documentos elaborados por 1940 grupos de investigación.
Sus resultados indicaron que los grupos de investigación reúnen menos
del 15 % del total de las firmas, es decir, el 85 % de los autores con los
que se publica son externos a los propios grupos de investigación. Aunque
también existen algunos trabajos que abordan el estudio de la coautoría
en la rama de las Ciencias Sociales y Jurídicas; por ejemplo, el realizado
por Cabrera (2016) en el que se analiza la coautoría en el área de Ciencias
de la Educación, concretamente, de aquellos artículos sobre rendimiento
académico. Sus resultados indican que el 87 % de los artículos están escritos
por un único autor, el 7 % de artículos son firmados por dos autores,
y el 6 % restante se escriben entre tres o más autores. Sobre Ciencias
de la Actividad Física y el Deporte destaca el trabajo de Valcárcel et al.
(2010), que indica que el promedio de autores por artículo publicado es
2,5. Asimismo, se cuenta con evidencias previas de informes que utilizan
indicadores bibliográficos de las publicaciones científicas o el Análisis de
redes sociales para analizar e identificar la colaboración entre los centros
de investigación a nivel nacional y regional; por ejemplo, el análisis realizado
por Fecyt (2016) acerca de la actividad científica española o los
estudios de Moreno-Pulido et al. (2012), Olmeda Gómez y Lara Navarra
(2010) o Carretero et al. (2005).
Con base en la revisión de la bibliografía previa realizada, la presente investigación describe la colaboración intramuros en grupos de investigación de diferentes áreas de conocimiento.
Método
Para lograr este objetivo, se analiza la coautoría de los artículos publicados en los últimos cinco años por los miembros de cuatro grupos de investigación de reconocido prestigio, cada uno de un área de conocimiento: Ciencias de la Educación, Psicología, Computación y Ciencias Físicas, cada una de ellas correspondiente a una rama de la ciencia: Ciencias Sociales, Ciencias de la Salud, Ingeniería y Ciencias, respectivamente.
Variables
Las variables utilizadas en el estudio son el número de nodos, es decir, el número de miembros del grupo y el número de uniones o lazos entre los miembros de cada grupo. Mediante estas variables se han calculado los estimadores que tradicionalmente se utilizan en el análisis de redes sociales y que permiten determinar las propiedades descriptivas de las redes de cada uno de los cuatro grupos de investigación analizados (Freeman, 1978). Estos son: la densidad y la distancia geodésica como medidas de centralidad; además, el grado de centralidad (degree), el poder de Bonacich o vector propio (Bonacich power or eigenvector), el grado de intermediación (betweenness) y el grado de cercanía (closeness). Densidad (density) se define como el número de uniones (lazos) dentro de una red. Se expresa como la proporción del máximo posible de uniones. Su fórmula es:
(1) |
Donde es el número de uniones y n es el número total de vértices
de la red.
Distancia geodésica (geodesic distance) es una medida de distancia
social (cohesión) de la red. Los autores (nodos) de las redes están conectados
directamente entre sí, o de manera indirecta a través de intermediarios. La
existencia de lazos (uniones) en la matriz de adyacencia da lugar a conexiones
directas, mientras que una conexión indirecta sucede cuando uno o
más lazos existen uniendo un nodo a otro nodo. En este caso, se dice que
el último nodo es accesible a través del primero. Por ejemplo, la longitud
desde el nodo al nodo tendrá longitud 2, cuando exista un tercer nodo
que sea adyacente a y adyacente a y a un segundo, en cuyo caso se dice
que el último es accesible desde el primero. Existe una ruta de longitud 2
desde el actor i al actor j, cuando hay un tercer actor tal que i es adyacente
a h. La distancia geodésica de la red indica el número de uniones que hay
entre uno y otro autor. Por tanto, el número de intermediarios es igual al
número de lazos de la matriz menos 1 (Newman, 2004).
Grado de centralidad o rango (degree) hace referencia al número de autores con los que un autor concreto está conectado. Es decir, representa la popularidad o atractivo de los miembros dentro del grupo de investigación, al medir el número de relaciones de cada miembro con su entorno. Su medida permite determinar la influencia y la importancia de un autor dentro de la red. Se calcula como el número de uniones de un autor dividido entre el número posible de uniones. Su fórmula es
(2) |
Donde indica la existencia o no existencia de lazos entre el autor y el autor , y representa el número de autores. Si existe cualquier lazo de unión entre el autor y el autor , entonces . Si no existe unión, (Chung y Crawford, 2016). Grado de intermediación (betweenness) indica la frecuencia con la que aparece un nodo (autor) en el tramo más corto que une a otros dos nodos. Es decir, mide si uno de los autores actúa como intermediario de otros dos autores sirviendo así de conexión de manera que, de otro modo, ambos autores permanecerían desconectados. Se trata de un indicador del potencial control de comunicación de un autor dentro de la red. El grado de intermediación se define como la ratio del número de lazos más cortos (entre todos los pares de vértices) que hay que pasar a través de un número dado de vértices dividido del número total de caminos más cortos. Su fórmula es
(3) |
Donde es el número de nodos, es el número de caminos más cortos entre el nodo al nodo , y es el número de caminos más cortos desde el nodo hasta el nodo que pasan por el nodo (Robins, 2015).
Poder de Bonacich o vector propio (Bonacich power or eigenvector)
es otra medida de centralidad de la red. El “poder” (ß) de cada nodo
(autor) indica su centralidad en comparación con la centralidad de los
nodos a los que está conectado. Supone que las conexiones con los nodos
centrales indican una mayor prominencia que las conexiones similares
que se establezcan con nodos periféricos (Bonacich, 1987).
Toma los siguientes valores, si , el nodo tiene una mayor centralidad cuando está vinculado a personas que son centrales. Por el contrario, si , entonces el nodo tiene una mayor centralidad cuando está vinculado a personas que no son centrales.
(4) |
Donde es el número de nodos, y es el número de lazos en camino más corto entre el nodo hasta el nodo .
Muestra
Los grupos de investigación se seleccionaron con base en cuatro criterios:
rama científica, área de conocimiento, número de miembros, trayectoria
del grupo y prestigio de sus miembros y pertenencia a la Universidad
Autónoma de Madrid (no a sus centros o institutos asociados).
De la siguiente forma, se identificó a las y los investigadores con
mayor prestigio (entendido como el mayor número de citas) de la Universidad
Autónoma de Madrid según la base de datos de Perfiles en Google
Scholar. A partir de estos, se identificaron los grupos de investigación más
potentes de esa universidad que tuvieran un número similar de miembros
(los grupos seleccionados cuentan con una media de 12 investigadores).
De entre estos, se seleccionaron aquellos que pertenecieran a una rama
de la ciencia y área de conocimiento diferente: Ciencias de la Educación,
Psicología, Computación y Ciencias Físicas (tabla 1).
Tabla 1. Grupos de investigación seleccionados
Trabajo de campo
Una vez identificados los grupos de investigación y sus miembros, se seleccionaron
aquellos trabajos publicados durante los años 2013 a 2017 que
correspondieran, exclusivamente, a artículos de investigación empírica,
descartándose ensayos, revisiones de investigación, editoriales, reseñas,
notas informativas, así como comunicaciones o conferencias publicadas
o no en libros de actas de congresos.
La diversidad de nombres por los que puede aparecer un autor en
la base de datos de Google Scholar se suplió revisando la variedad de
nombres asociados al autor y verificando su institución. Cada autor se
codificó de 1 a N, siendo N el número máximo de nodos de la red y
haciendo corresponder al primer autor con el Investigador Principal (ip)
del grupo de investigación, representado en forma de triángulo en el
diagrama de la red. El trabajo de campo realizado se representa en la
figura 1.
Figura 1. Diagrama de análisis
Resultados
La colaboración en los diferentes grupos de investigación se analiza a
través del número de nodos y uniones: los nodos representan los autores,
y las uniones conectan los nodos demostrando la coautoría (figura 2).
Existirá una unión entre dos nodos si, al menos una vez, los autores han
colaborado en la firma de un artículo científico en los últimos cinco
años. La potencia de un autor es, por tanto, proporcional a su número de
coautorías. Además, el tamaño total de la red generada se denota a través
del número de autores que la conforman (entre 9 y 15 investigadores) y
el número de uniones que lo conforman (tabla 2).
El grado de conectividad de la red viene dado por el valor de su
densidad. Los datos revelan claras diferencias entre los grupos estudiados,
y llegan a variar en más del 60 % (tabla 2). Por un lado, la densidad
del grupo de Ciencias de la Educación y de Psicología es de 0,371 y
0,333 respectivamente, lo cual indica que solo un 37 % y un 33 % de todas las posibles uniones (coautorías) entre los autores de esos grupos
están produciéndose. Mientras que, por ejemplo, la densidad del grupo
de investigación de Computación es 0,972, es decir, el 97,2 % de todas
las posibles relaciones.
Figura 1. Diagrama de las redes sociales de cada grupo de investigación
La distancia geodésica entre dos autores permite conocer cuánto de
común tiene la colaboración entre ambos; una menor distancia indica
una comunicación más fluida entre ellos. Como se aprecia en la figura 2,
existe una estrecha colaboración (distancias cortas) entre los miembros de
los cuatro grupos con mínimas diferencias entre estos. Destaca el grupo
de investigación de Ciencias de la Educación con una mayor distancia
geodésica entre sus miembros (2,13) frente al grupo con menor distancia,
es decir, el más cohesionado, el grupo de Computación (1,54).
El estudio de la popularidad de los autores de cada grupo refleja
claras diferencias (tabla 2). La mayor centralidad la obtiene el grupo de
Computación (41 %) seguido del grupo de Ciencias Físicas (31 %), que
duplican a la alcanzada por el resto de grupos. Sin embargo, es mayor la
capacidad que el grupo de Psicología tiene para vincular otros autores
que, de otro modo, quedarían desconectados; su grado de intermediación
es el mayor de los cuatro, un 32 %.
Tabla 2. Datos globales de los grupos de investigación
Las métricas micro de las redes sociales hacen referencia al estudio de
su centralización, esto es, qué tan relevantes son los miembros dentro de
cada uno de los grupos de investigación. En esta investigación, se utilizaron
las tres medidas más comunes para analizar la centralización: grado de
centralidad, grado de intermediación y cercanía. La tabla 3 presenta estas
medidas para cada uno de los miembros de los grupos de investigación,
siendo el id 1 el miembro ip. El grado de centralidad indica el número de
coautorías que tiene un miembro, de modo que un miembro con un alto
grado de centralidad ocupa una figura central en la estructura de la red y
tiene una gran capacidad de influir en los otros. Según los datos analizados
reflejados en la figura 1, en dos de los grupos la figura central coincide con
la labor de coordinación del grupo, y se trata de los grupos de investigación
en Ciencias de la Educación y en Computación. Es, además, en estos
dos grupos donde los ip obtienen un mayor grado de centralidad, lo cual
indica que su papel es clave en la robustez de la red y en la transmisión
de información dentro de esta.
El grado de intermediación permite interpretar la capacidad de los
autores para conectar a otros autores dentro de cada grupo de investigación
(tabla 3, figura 1). Aquellos autores con alto grado de intermediación
pueden considerarse altamente centrales porque controlan el flujo
de información en la red. Las puntuaciones estandarizadas del grado de
intermediación indican que del grupo de investigación de Ciencias de la
Educación el ip ocupa esta posición central (24,17); en Psicología, dos
miembros obtienen mayor grado, uno de ellos el ip (37,88). En los otros
dos grupos, el mayor grado de intermediación no lo obtiene el ip sino otro
de sus miembros: en Computación 22,62 (id6) y en Ciencias Físicas 27,27
(id2). Quizá lo especialmente relevante es que en el grupo de investigación
de Ciencias Físicas el ip no tenga capacidad para intermediar con el resto
de los autores que forman parte del grupo. En la tabla 3, columna 3, figura
un ranking que permite identificar a los autores claves de cada red, y que
sin ellos el grupo de investigación sufriría una fuerte fragmentación.
La cercanía de cada autor, también llamada la eficacia relacional
de cada autor, indica la distancia media de cada miembro con el resto de
los de su grupo de investigación. Cuanto mayor es su valor, más fácil
es para ese autor obtener y difundir información a través de la red. Los datos
obtenidos reflejan que los autores con mayor eficacia relacional son los
ip de los grupos, con la excepción del grupo de investigación de Ciencias
Físicas que, de nuevo, es el autor id2 el que obtiene mayor puntuación.
Existen investigadores que puntúan alto en su grado de intermediación,
pero relativamente bajo en su cercanía. Estos autores, como en el caso
del id13 del grupo de investigación de Psicología, actúan como puentes
entre lo que podría considerarse una subcomunidad dentro del grupo y
el grupo de colaboración más amplio (tabla 3).
Tabla 3. Resumen de resultados de los miembros de cada grupo de investigación
Discusión y conclusiones
Esta investigación analizó la colaboración intramuros entre investigadores
de cuatro grupos de investigación de diferentes áreas de conocimiento. Los
datos obtenidos permiten evidenciar diferentes tipos de redes de colaboración
y cultura colaborativa en cada uno de los grupos de investigación
seleccionado.
Efectivamente, los datos muestran claras diferencias en cuanto a las
medidas de cohesión de la red social que forman los miembros de cada
grupo, y su densidad es claramente diferente: el grupo de Computación es
el que mayor grado de densidad obtiene (0,97); a continuación, Ciencias
Físicas (0,50), Ciencias de la Educación (0,37) y Psicología (0,33). Esto
indica que, aunque en estos dos últimos existe una menor cohesión entre
los miembros, se trata de grupos más amplios, abiertos y diversos que,
además, se caracterizan por un especial interés en el establecimiento de
relaciones con el exterior (Raider y Krackhardt, 2017).
En cuanto a la distancia de sus miembros no pueden establecerse
diferencias determinantes en la colaboración. Además, los resultados
obtenidos no coinciden con la conocida norma de los “seis grados de
separación” que indica que en una gran red bien conectada cada uno de
los nodos podía estar conectado con cualquier otro a través de un número
pequeño –seis– de pasos (Travers y Milgram, 1969); tampoco, con la norma
de las “cuatro conexiones” establecida por Yu y Kak (2014) en su estudio
sobre redes sociales (Facebook y Twitter). Los datos obtenidos reducen a
más de la mitad este número máximo de conexiones entre autores (entre
1 y 2), fundamentalmente porque se trata de redes sociales pequeñas, con
entre 13 y 19 uniones en los casos estudiados.
Asimismo, la centralidad e intermediación de los grupos de investigación
reflejan claras diferencias entre estos. Los resultados acerca del grado
de centralización obtenidos indican que la capacidad de los autores del
grupo de Computación, para colaborar con el resto de autores miembros
del grupo de investigación, duplica de largo, por ejemplo, a la hallada
en el grupo de Psicología (41 % y 17 %, respectivamente). Una mirada
detallada a la capacidad de vinculación de los miembros a los grupos
de investigación deja ver que el grupo de Psicología (32 %), seguido de
Ciencias Físicas (25 %) son los más capaces de conectar con autores que,
de otra forma, quedarían desvinculados del grupo de investigación. Sin
embargo, no se pueden establecer diferencias determinantes en la colaboración
de los grupos de investigación en cuanto a la distancia social
de sus miembros.
El análisis de los autores que más centralizan las publicaciones en
cada grupo refleja un cierto parecido entre los grupos de investigación de
Ciencias de la Educación y de Computación, cuyos autores más potentes
firman 31 artículos; y entre Psicología y Ciencias Físicas, en los que se
firma en coautoría 15 y 13 artículos, respectivamente. La tabla 4 presenta
la información detallada de los tres autores con mayor grado de centralización
de acuerdo con el ranking establecido en la tabla 3. Se registra el
número de citas recibidas durante los cinco años estudiados, así como
el número de trabajos publicados en Google Scholar (en los que al menos el
autor aparece en coautoría con un miembro de la red), el número de firmas totales que hace referencia al número de firmantes total sean o no sean
miembros de la red, y, por último, el número de firmas de miembros del
grupo de investigación al que pertenece.
Tabla 4. Datos de los autores que más centralizan las publicaciones en cada grupo de investigación
Vale la pena destacar el número de colaboradores que tienen los
miembros, con independencia de si pertenecen o no al grupo de investigación.
Los datos hallados, de nuevo, reflejan que no podemos establecer
diferencias claras entre los grupos de las diferentes áreas de conocimiento,
pues los promedios de colaboración son muy similares, aunque sí se destaca
el reducido número de colaboradores del grupo de investigación en
Ciencias de la Educación (9). Por otra parte, la colaboración más intensa
refleja el artículo publicado con mayor número de firmantes. En este caso,
se aprecia de nuevo una tendencia a la colaboración de naturaleza totalmente
diferente entre los diferentes grupos. Mientras en Ciencias de la
Educación la máxima coautoría se produce entre cinco autores, en Ciencias
Físicas y en Psicología la coautoría alcanza entre 13 y 14 autores, respectivamente.
Por último, el promedio de firmas refleja la media de firmas
de los trabajos elaborador por el autor. Tal como indican los resultados,
los trabajos con mayor número de firmas se producen en el grupo de investigación de Psicología, con más de siete autores firmantes de promedio,
mientras que en los grupos de investigación de Computación y Ciencias
de la Educación menos autores firman juntos, entre dos y cuatro autores.
Los datos obtenidos permiten, aunque no se trata del objetivo del
estudio, analizar el comportamiento de los miembros de los grupos de
investigación seleccionados. Para esto, debe diferenciarse entre grupo y red
social. Un grupo se caracteriza por la vinculación entre dos o más personas
conectadas en torno a unos mismos intereses o relaciones (Mahoney y
Loskota, 2017), en el caso de este estudio, intereses profesionales en torno
a una línea de investigación. Cuanto mayor sea el tamaño del grupo, mayor
será el número de lazos de unión necesarios para vincular a sus miembros.
Concretamente, el número máximo de lazos dentro de un grupo en el
cual todo el mundo se relaciona viene dado por la siguiente ecuación
n(n - 1)/2, donde n es el número de personas que forman el grupo. De
esta forma, en un grupo de cinco personas se necesitan diez lazos; en un
grupo de diez personas, 45 lazos; y en un grupo de cincuenta personas,
más de cien lazos. Otro elemento que define los grupos es la condición
de membresía, es decir, la relación social de uno de los miembros del
grupo con el resto de miembros. En el caso de los grupos de investigación,
se trata de una relación, además, regulada por la institución en la que se
desarrolle el grupo.
Las redes sociales tienen un carácter más abierto que el de los grupos,
pues no existen límites que definen quién forma o se excluye por no ser
miembro, sino que para formar una red social un individuo necesita exclusivamente
establecer relaciones con algún individuo que ya forma parte
del grupo. Por tanto, si un grupo está formado por las personas A, B, C y
D, la persona E puede formar una red social estableciendo una relación de
colaboración con tan solo uno de los miembros del grupo (Forsyth, 2018).
Esto permite analizar la relación de los grupos de investigación, como
grupos o como redes sociales, y, de algún modo, analizar su cohesión. El
estudio realizado permite identificar al grupo de Computación más como
grupo que como red. Efectivamente, se observa que una mayor cantidad
de miembros del grupo de investigación establece relaciones con otros
miembros, de manera que se observa una mayor cohesión e interrelación
entre los miembros, siendo id2, seguido de id1 e id6 los miembros que
más relaciones establecen (figura 2, tabla 3).
Sin embargo, los grupos de investigación de Ciencias de la Educación,
Psicología y, en menor medida, de Ciencias Físicas se comportan más como
una red que como un grupo. En los dos primeros casos, el ip ejerce una
posición central para el establecimiento de relaciones concentrándolas,
en mayor medida, a la vez que se establecen relaciones entre miembros
externos que colaboran independientemente con alguno de los miembros.
En el caso del grupo de investigación de Ciencias Físicas, ocurre que no es el ip el eje central de las relaciones, sino que id2 e id9 son los miembros que
más relaciones establecen. Este comportamiento es coherente con Leahey
(2016) y la definición aportada por Newman (2004) que establece que
las redes de colaboración científica son como “pequeños mundos” donde
parejas de científicos se mantienen próximas concentradas en clusters,
de forma que dos científicos tienen una probabilidad mucho mayor de
colaborar si tienen un tercer colaborador en común.
Los datos obtenidos son coherentes con los obtenidos por Chen et al.
(2017) o Cronin (2001), quienes señalaron que cada rama de la ciencia
cuenta con una cultura de colaboración diferente que, a su vez, se llena
de matices al analizar cada área de conocimiento y grupo de investigación
(Camí et al., 2003; Kiliç et al., 2019; Moody, 2004). Sin embargo,
los resultados contravienen a quienes establecen la clara supremacía de
la colaboración entre investigadores de Ciencias, Ciencias de la Salud e
Ingeniería (Vabø, 2017). Además, suponen un aporte más a la evidencia
sobre el análisis de la colaboración que se establece en cada área de
conocimiento que puede sumarse a los resultados aportados por Fung y
Wong (2017) sobre la cooperación científica en la investigación dentro
de la industria biofarmacéutica, o por García et al. (2015) sobre la colaboración
científica en la región latinoamericana en el área de Psicología.
Del estudio realizado, son especialmente reseñables la cuidadosa
selección de los grupos de investigación que, sin pretender arrojar datos
masivos, ha priorizado la selección de aquellos con mayor reconocimiento
y prestigio que representaran cuatro grandes áreas de conocimiento: Ciencias
de la Educación, Psicología, Computación y Ciencias Físicas. También
se destaca la técnica de análisis utilizada, el Análisis de redes sociales
comúnmente utilizada para medir la colaboración en las publicaciones de
ciertas revistas o países y que, en este caso, se ha utilizado para medir la
colaboración intramuros de los grupos de investigación. Como no podía
ser de otra forma, las limitaciones halladas son las mismas que las referidas
en estudios de las mismas características: la dificultad metodológica que
entraña el análisis sistémico de los grupos organizados y de las actividades
de investigación que desarrollan; problemas de escala, de nivel de
importancia de lo publicado para medir la cooperación investigadora; y
la forma en que esta cooperación al publicar varía con el tiempo.
A la luz de los resultados obtenidos, sería interesante analizar
un mayor número de grupos de investigación que aportaran datos del
resto de áreas de conocimiento, así como considerar la diversidad de
publicaciones que pueden realizarse (actas de congresos, ponencias,
exposiciones…), que se amplíe la horquilla de años cubierta y que se
utilice una fórmula que combine las citas como medida de calidad de
las aportaciones junto a otros métodos para la estimación, por ejemplo,
el número de descargas.
Este estudio pretende no solo reflejar la importancia de la publicación científica, tal como Murillo et al. (2017, p. 6) señalaron “aquello que no está publicado no existe”, sino que busca recalcar la relevancia de la colaboración entre los miembros de los grupos de investigación para el desarrollo del conocimiento científico. Para que esta colaboración sea posible, se requiere el apoyo de la administración educativa para que se reconozca la labor de transferencia de conocimiento de las publicaciones en coautoría, además del apoyo de las administraciones dentro de los centros superiores de investigación y universidades. Vivimos un momento en la historia de la publicación científica en la que la presión por publicar que reciben los investigadores atañe tanto al reconocimiento, el desarrollo profesional e incluso a su salario. Quizás haya llegado el momento de dejar de reconocer el cuánto se publica para pasar a premiar la colaboración con los pares, la difusión y el impacto de los resultados. Solo así estaremos permitiendo que investigadores e investigadoras de todas las áreas de conocimiento cambien el mundo.
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