Memorias resignificadas: el conflicto armado en las narrativas de inmigrantes colombianos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA)*
Re-signifying memoirs: Armed conflict in Colombian immigrants' narrative living in Buenos Aires Metropolitan Area
Memórias ressignificadas: o conflito armado na narrativa de imigrantes colombianos na Área Metropolitana de Buenos Aires
Claudia Milena Hernández**
*Este artículo presenta algunos resultados de la tesis de maestría titulada Colombianos en Buenos Aires: Experiencias y memorias del conflicto armado, presentada a la Universidad Nacional de Buenos Aires para optar al título de magíster en investigación en ciencias sociales.
**Magíster en investigación en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Buenos Aires y licenciada en Educación Básica con Énfasis en Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica Nacional. Docente del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica Nacional y profesional de acompañamiento de la Escuela de Derechos Humanos del CINEP. Correo electrónico: kamala778@gmail.com
Recibido: 31/10/11, Arbitrado: 23/04/12
Resumen
Las experiencias de los colombianos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) producen una serie de aprendizajes y de cambios en distintos órdenes de la subjetividad. Se trata de cambios subjetivos relacionados con la incorporación de nuevos saberes y conocimientos, la ampliación o modificación de los marcos interpretativos con que se da sentido a la realidad social y la relación de estos sujetos consigo mismos. El contexto de la experiencia es un aspecto relevante en la producción de los cambios subjetivos. Para los inmigrantes colombianos, el AMBA habilita una serie de reflexiones y discursos -propios de las corrientes de pensamiento que en este contexto circulan- que permean sus marcos de interpretación del pasado reciente. Además, sus experiencias significativas constituyen puntos de inflexión que amplían, modifican y movilizan sus memorias narrativas. Estos están vinculados con la posibilidad de tomar distancia física (y emocional) del contexto colombiano; y la interacción y el diálogo que se suscita -entre colombianos y nativos o residentes del AMBA- sobre las memorias de la violencia política y el terrorismo de Estado. A partir de estos puntos de inflexión, los colombianos manifiestan haber resignificado el conflicto armado colombiano en términos de desnaturalizar la violencia, reconocer la dimensión regional donde este se encuentra, renombrar esta experiencia colectiva y, en algunos casos, el surgimiento de una conciencia de cambio.
Palabras Clave Inmigrantes colombianos, experiencias, cambios subjetivos, memorias narrativas, conflicto armado colombiano.
Abstract
The experience of Colombian immigrants in Buenos Aires Metropolitan Area (AMBA) generates a series of learning and changes in several subjectivity areas. Indeed it is about changes related to incorporation of new knowledge and expertise, expansion or modification of interpretative settings to mean a specific social reality, and a relationship of these individuals with themselves. The context of experience is an important issue to generate subjective changes. For Colombian immigrants, AMBA enables a series of reflections and speeches -i.e. typical knowledge schools in this context- that permeate their interpretation settings to a recent past. Besides, their meaningful experiences are turning points which extend, modify and trigger their narrative memoirs. They are linked to distance physically and emotionally from the Colombian environment, and interaction and dialogue brought forward (among Colombian and native people or residents in AMBA) about memoirs of political violence and state terrorism. From them, Colombians have redefined the Colombian armed conflict in terms of a denatured violence, recognizing its own regional dimension, renaming the collective experience, and sometimes an emergence of change awareness.
Keywords Colombian immigrants, experiences, subjective changes, narrative memoirs, Colombian armed conflict.
Resumo
As experiências dos colombianos na Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) produzem uma série de aprendizagens e de mudanças em distintas ordens da subjetividade. São mudanças subjetivas relacionadas à incorporação de novos saberes e conhecimentos, a ampliação ou modificação dos marcos interpretativos com os quais se dá sentido à realidade social e à relação desses sujeitos consigo mesmos. O contexto da experiência é um aspecto relevante na produção das mudanças subjetivas. Para os imigrantes colombianos, a AMBA habilita uma série de reflexões e discursos - próprios das correntes de pensamento que circulam nesse contexto - que permeiam seus marcos de interpretação do passado recente. Além disso, suas experiências significativas constituem pontos de inflexão que ampliam, modificam e mobilizam suas memórias narrativas. Estes estão vinculados à possibilidade de tomar distância física (e emocional) do contexto colombiano, e à interação e diálogo suscitados - entre colombianos e nativos ou residentes da AMBA - sobre as memórias da violência política e do terrorismo de Estado. A partir desses pontos de inflexão, os colombianos manifestam haver ressignificado o conflito armado colombiano em termos de desnaturalizar a violência, reconhecer a dimensão regional em que se encontra e renomear essa experiência coletiva, observando-se, em alguns casos, o surgimento de uma consciência da mudança.
Palavras chave Imigrantes colombianos, experiências, mudanças subjetivas, memórias narrativas, conflito armado colombiano.
Presentación
Me acuerdo que fui a un evento organizado por las Madres de Plaza de Mayo. En la publicidad decía que iban a presentar un video del camarada Palmera. Yo había ido con mi mamá, le dije que no abriéramos la boca, que nos hiciéramos pasar por argentinas. Nadie nos preguntó para dónde va ni de dónde viene, eso se me hizo extraño porque usted en Colombia en estos espacios le preguntan de todo, le sacan la ficha (...) Cuando empezó, ¡era el video de la mujer de Simón Trinidad, mi mamá y yo casi lloramos! Yo nunca había escuchado un video de la guerrilla y pensé: ¡Tienen razón en muchas críticas que hacen, muchas cosas que dicen! Al final, la gente hablaba, nosotras no abrimos la boca, luego salimos y nos fuimos mirando para todos lados medio paranoicas, sin saber si nos estaban siguiendo o alguna cosa, lo curioso fue que la demás gente salió tranquila. En ese momento a mí me cayó la ficha de que en Colombia sí había una dictadura, ya que un evento de este tipo allá nunca se va a hacer (...) En Colombia si usted habla de política contra Uribe, le dicen que es guerrillera. No existen las garantías democráticas para ejercer la oposición. Acá en Argentina yo vine a entender qué era una dictadura; en Colombia, cuando salía de una marcha, llevaba la camiseta debajo para cambiarme. Era incapaz de irme sola después de un acto político. (Patricia, 28 años, administradora ambiental)
En el relato de Patricia se pueden reconocer tres aspectos centrales: primero, la posibilidad de participar en eventos sociales y políticos -vetados en Colombia- como la presentación del video de "Camarada Palmera"; segundo, las reflexiones y los aprendizajes que se generan en estos eventos en torno a los niveles de censura, la participación social y política, las garantías para ejercer la oposición y la polarización política en Colombia; y tercero, los puntos de inflexión que movilizan y resignifican los modos -y lenguajes- con que se elaboran las memorias narrativas sobre el conflicto armado colombiano.
Este artículo analiza estos aspectos en relación con los puntos de inflexión en la experiencia de los inmigrantes colombianos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), los aprendizajes y los cambios en los marcos interpretativos con que se elaboran las memorias del conflicto armado colombiano.
Entender la memoria como elaboración implica reconocer el lugar activo de los sujetos en la construcción de los sentidos del pasado en el presente. Como elaboración no se refiere tanto a una cronología de los hechos fijados en el pasado, sino a su significación en el presente. La memoria se inscribe en una temporalidad compleja donde se vinculan el pasado vivido, el presente y el futuro esperado. En términos de Jelin, la memoria se ubica temporalmente en la experiencia presente, incorpora los recuerdos, los modifica y amplía en relación con nuevas experiencias; procesos de significación donde los sujetos se mueven "entre futuros pasados, futuros perdidos y pasados que no pasan" (2002, p. 13).
Las experiencias pueden ser vividas y percibidas. Según Thompson (1984), la primera hace referencia a aquellos conocimientos históricos y sociales que un individuo o grupo elabora en el curso de su vida, orientado por las cosmovisiones aprendidas y vividas en sus ámbitos sociales de interacción. La experiencia percibida, en cambio, se construye a partir de discursos y conocimientos formalizados que los individuos y grupos incorporan a partir de los medios de comunicación y de otros medios de difusión de la cultura letrada.
La apertura de nuevos procesos históricos, nuevas coyunturas y escenarios sociales y políticos, afecta las subjetividades, genera trasformaciones en los marcos de interpretación con los que se otorga sentido a las experiencias pasadas. La subjetividad se puede entender como un proceso permanente e inagotado en el que se articulan las experiencias y los aprendizajes de la vida social, los contextos, las prácticas y las relaciones sociales. Es en el plano social donde las personas conectan el pasado y el futuro, ya que la subjetividad se construye como elaboración del pasado y como apropiación del futuro (Zemelman, 1996).
Estos procesos de elaboración están mediados por el lenguaje y por el marco cultural interpretativo en el que se expresa, se piensa y se conceptualiza (Scott, 1999; Van Alphen, 1999). La experiencia necesita del lenguaje que la materializa y la ubica en el plano de lo social, con lo cual la mediación narrativa implica que cada memoria es constitutivamente de carácter social (Ricoeur, 1999). Además, se requiere un escenario que habilite el relato. Como señala Pollak, las condiciones sociales, políticas y culturales de determinado contexto hacen posible un proceso de elaboración narrativa de experiencias que en otro contexto se encontraba obturado o censurado (2006).
Puntos de inflexión
Las experiencias significativas en el AMBA se presentan como puntos de inflexión en las historias personales de los inmigrantes colombianos y modifican las formas de interpretar -narrar- el conflicto armado. A fin de entender los procesos mediante los cuales los sujetos van ampliando, modificando y movilizando sus memorias, es preciso ubicar los puntos de inflexión que se presentan en sus relatos. El primer punto de inflexión es la toma de distancia con el contexto colombiano y el acceso a nuevas fuentes de información; el segundo, el diálogo de memorias sobre la violencia política y el terrorismo de Estado entre los inmigrantes colombianos y los argentinos.
Tomar distancia y acceder a nuevas fuentes de información
El sentir el país desde afuera me sirvió mucho. Hay una frase que dice que hay que alejarse de las cosas para verlas más de cerca; el hecho de alejarme del país me permitió verlo más de cerca. (Enrique Ferrer, 40 años, comunicador social).
Para muchos colombianos, la posibilidad de salir del país y to-mar distancia del conflicto armado representa una posibilidad de descanso físico y emocional ante la angustia, el miedo y la desolación que este genera; para otros, salir del país se convierte en una estrategia para salvaguardar la vida. Para la Organización Panamericana de la Salud (OPS) los conflictos armados prolongados son causa de un conjunto de problemas sociales y de salud física y mental relacionados con el estrés y el sufrimiento (2002). Si bien no es el objeto de esta investigación analizar las consecuencias del conflicto armado en la salud mental de los colombianos, es preciso señalar este aspecto a fin de comprender por qué la toma de distancia con esta situación significa un punto de inflexión para los inmigrantes colombianos.
El sufrimiento social es entendido como el dolor emocional y físico causado por el estrés producido por la violencia, la guerra y el contexto de injusticia social. En Colombia el sufrimiento social, según Villa y Riaño (2008), está en correlación con el incremento de la violación de los derechos humanos, y tanto las causas como las consecuencias del conflicto armado cuestionan la existencia de una confianza en el otro semejante y en una ley o institucionalidad protectora que ejerza justicia -Estado Social de Derecho-, fundamentos éticos sobre los cuales se sostiene la sociedad y el deterioro del tejido social.
En este marco, tomar distancia de este contexto de perturbación social y política produce en el nivel subjetivo mayor tranquilidad y bienestar emocional. Dado que el sufrimiento social que se experimenta en el marco del conflicto armado tiene como efecto contraer los marcos de comprensión, el estar fuera de este marco permite reconocer nuevos elementos. Como señala Clara: "Sentí que necesitaba descansar un poco de tanto horror, de tanta tristeza, de tanta violencia, tomar esa distancia para ver esas cosas" (52 años, filósofa).
Las experiencias del conflicto armado que elaboran los inmigrantes colombianos en el marco social del AMBA están mediadas por la toma de distancia del contexto de sufrimiento social, la tranquilidad y bienestar emocional que esta distancia produce, y el reconocimiento de nuevos elementos antes inadvertidos o naturalizados. Esto último se relaciona con nuevas formas de interpretar la realidad social que aprehenden los inmigrantes colombianos en el AMBA y que modifican los sentidos que se asignan a las experiencias vividas y compartidas.
Sin duda la amplia oferta cultural y política que ofrece la ciudad cosmopolita de Buenos Aires permite a los colombianos acceder a diversas fuentes de información -producida por actores locales, académicos, políticos y periodistas sobre el conflicto armado. Estas fuentes amplían los conocimientos y presentan nuevas formas de analizarlo y comprenderlo.
Si bien son escasas las investigaciones producidas en el ámbito académico argentino -específicamente en el AMBA- que toman como objeto el conflicto armado colombiano, existe un grupo importante de producciones audiovisuales, periodísticas y militantes que analizan desde una perspectiva crítica este contexto. Así, en dicho escenario cultural, político e intelectual circula un conjunto importante de producciones nacionales y extranjeras que ahondan en temáticas como la lucha guerrillera en Colombia, el terrorismo de Estado y la resistencia de los pueblos. Además, los materiales bibliográficos, periodísticos y documentales sobre la violencia política, las dictaduras militares y la democracia permiten a los inmigrantes acercarse a otras corrientes de pensamiento en tor-no a estos fenómenos e incorporarlas en sus formas de comprensión social.
Diálogo de memorias sobre la violencia política y el terrorismo de Estado
Estoy viviendo con tres argentinos, dos de ellos son de Tucumán. Hemos tenido una relación muy mediada por lo político, por intercambiar experiencias y miradas. Ellos vienen de un proceso en Tucumán, una provincia que vivió cosas muy fuertes en la dictadura: desapariciones, tortura y desmembramiento de los grupos políticos en esa provincia que fue una de las que más sufrió la dictadura y donde empezó "Triple A", Alianza Anticomunista Argentina. Por esta convivencia he podido conocer mucho más lo que significó la dictadura militar. Otra cosa que me movilizó fue conocer el proceso de las madres de Plaza de Mayo y lo que generaron en la sociedad: hacer visible el terrorismo de Estado y todo lo que hizo la dictadura (...) Antes yo escuchaba el proceso de madres y lo escuchaba idealizado y pensaba que después de eso sí se había dado un proceso de transformación en Argentina muy radical, pero al llegar acá entiendo que eso también ha sido atravesado por momentos políticos. (Adriana, 30 años, psicóloga estudiante de posgrado).
Los aprendizajes de los inmigrantes colombianos no solo radican en el acceso a nueva información; la convivencia con los actores nativos y residentes en el AMBA y los procesos de diálogo que emergen sobre la última dictadura militar argentina, marcan un punto de inflexión importante en la experiencia de los colombianos. Bajo la experiencia del horror vivido, del miedo y la censura, nativos y residentes en el AMBA comparten con los inmigrantes colombianos formas de ver el mundo, procesos de interpretación, lo que les permite ampliar la perspectiva de análisis y los marcos de comprensión de los fenómenos de violencia política y del terrorismo de Estado.
Si bien existen diferencias y disputas entre los actores argentinos sobre la última dictadura militar, podemos hablar de un consenso social en torno a la consigna "Nunca más". Las proclamas de justicia y memoria frente a los crímenes cometidos durante este periodo se presentan como una bandera de las organizaciones defensoras de los derechos humanos y del grueso de la población -artistas, intelectuales, militantes- con la que se relacionan los inmigrantes colombianos.
Estas memorias que se comparten entre amigos, familiares de amigos que fueron víctimas directas o indirectas de la última dictadura militar, forman parte de un patrimonio común, del que se habla y se enseña como "deber de memoria" (Levi, 2006). Sumado a esto, las memorias que circulan entre los nativos y residentes argentinos son canalizadas a través de distintos vehículos con los que se relacionan los colombianos, como son: los medios de comunicación y los discursos estatales; la producción audiovisual y literaria de las organizaciones defensoras de los derechos humanos; los círculos familiares, sociales y profesionales, y los saberes disciplinarios producidos en escenarios académicos.
En este sentido, relacionarse con las diversas memorias que sobre la dictadura militar se presentan, permite a los inmigrantes colombianos comparar y contrastar los contenidos entre este periodo de la historia argentina y el conflicto armado colombiano. Un ejemplo de las comparaciones que se suscitan está en el plano de la política de seguridad nacional, asumida en defensa de la soberanía y la restauración del orden en el marco de la Seguridad Democrática del presidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2010) y de la Alianza Anticomunista Argentina -iniciada en el gobierno de Juan Domingo Perón- y radicalizada por el gobierno de facto (1976-1983) bajo el nombre "Reorganización Nacional". En ambos casos, la decisión de exterminio comprendió a la guerrilla y afectó a la militancia enfrentada al nuevo orden de seguridad nacional. Así, para la institución militar la subversión era la expresión de aquellos grupos sociales o personas que, en el plano de los valores se oponían al orden político, manipularan o no armas materiales (Crenzel, 2008).
A partir de esta concepción de seguridad nacional, ambos gobiernos entendieron la restauración del orden como control absoluto de la sociedad, para la cual fue necesario elevar el presupuesto militar a fin de garantizar la soberanía nacional. Se empleó la censura como dispositivo de disciplinamiento social y la desaparición, la tortura y la cárcel política como medidas de silenciamiento para aquellos considerados subversivos. Estos mecanismos contribuyeron a la formación de la "otredad negativa" (Feierstein, 2007), que consistió en legitimar ciertas prácticas discriminatorias y excluyentes para un grupo social. Esta concepción se puede identificar en los discursos de los actores estatales y sociales afines con Seguridad Democrática y la "Reorganización Nacional" con los que se asignó a otros -opositores, disidentes, militantes- la marca subversiva.
Aprendizajes y cambios en los marcos interpretativos
Yo creo que profundicé mucho la mirada porque empecé a comparar. Cuando uno está viviendo otra cultura, compara la de uno y empieza a hacerse preguntas. (Raquel Castro, 33 años, periodista, estudiante de posgrado).
Si bien un grupo importante de aprendizajes radica en el acceso a nueva información, es en el plano de los marcos interpretativos don-de se establece una movilización importante de los colombianos. Los marcos interpretativos son esquemas con los cuales los sujetos simplifican y condensan el mundo, mediante la selectiva puntuación y codificación de objetos, situaciones, eventos, experiencias y secuencias de acciones que se encuentran en el medio donde uno está presente (Snow & Benford, I992, p. 137).
Estos esquemas permiten "ubicar, percibir, identificar y etiquetar eventos del espacio vital del individuo o del mundo más amplio" (Goffman, 1974, p. 21). Además de los cambios cognoscitivos e interpretativos, la experiencia de la migración para los colombianos genera esquemas valorativos que reorientan las relaciones de los sujetos con ellos mismos y la posición que asumen en relación con el mundo. Es así como los colombianos entrevistados señalan repetidamente que a partir de la experiencia en el AMBA, han cambiado su mirada sobre el conflicto armado colombiano en varios sentidos: desnaturalizando la violencia, reconociendo la dimensión regional, renombrando el fenómeno colombiano.
Desnaturalización de la violencia
Uno acá visibiliza mejor el conflicto o se da cuenta de que uno no tiene muy claro lo que pasa en el país. Yo me acuerdo que cuando llegué, la gente me preguntaba por qué hay guerra en Colombia, y yo no sabía explicar muy bien. Me había dejado de hacer esa pregunta, había naturalizado la guerra (Marina, 36 años, psicopedagoga).
El ejercicio de los derechos fundamentales por parte de los colombianos en el contexto del AMBA produce una inflexión en la experiencia vital de estos sujetos, lo que eleva los niveles de criticidad, desnaturalizando la violencia colombiana en el marco de la Seguridad Democrática (2002-2010). El énfasis en este período radica en que: 1) es el último período en la historia reciente del conflicto armado y tiene una remembranza especial en los relatos de los inmigrantes colombianos; 2) durante este período, la mayoría de los inmigrantes colombianos desarrollaba sus vidas en escenarios sociales que fueron blanco de esta política de seguridad, como es el caso de la Universidad, especialmente la pública; 3) este período produjo la radicalización de la política de seguridad estatal -guerra frontal contra el terrorismo- y marcó un punto de ruptura con la política de negociación que lo antecedió (Gobierno de Andrés Pastrana 1998-2002); 4) es el período en que se produce la migración hacia el AMBA de los colombianos entrevistados.
La violencia física y simbólica experimentada por más de medio siglo, produce en los colombianos una suerte de adaptación -asimilación¬- que opera como estrategia de supervivencia o como mecanismo inconsciente de naturalización. Los efectos de la naturalización son múltiples y se pueden rastrear en el relato de Carmen: "Si bien tenemos conflicto en Colombia, nosotros hemos sabido sobrellevarlo, vivimos con eso, nacimos con eso, lamentablemente, pero nos criamos dentro de eso" (Carmen, 26 años, psicóloga).
A partir de las entrevistas realizadas, se puede reconocer que no haber experimentado la paz política en el contexto colombiano, conlleva a que muchos colombianos se habitúen a esta situación, en una suerte de desesperanza aprendida que deriva en la frustración e incluso resignación. La naturalización de la violencia se puede reconocer en la aceptación de ciertas prácticas y formas de comportamiento social que atentan contra los derechos fundamentales, por ejemplo: "Reservar al espacio privado ciertos temas de conversación, autocensurarse, las requisas militares y la represión policial, el maltrato por llevar el cabello largo o portar una dosis personal de marihuana" (Néstor, 29 años, psicólogo).
El discurso oficial no ha escatimado esfuerzos en legitimar el lenguaje antisubversivo en la opinión pública. El tomar distancia de la cotidianidad en el contexto colombiano y de los medios de comunicación, permite a los inmigrantes colombianos reconocer los dispositivos mediáticos que operan en el país. De este modo, se cuestiona el lugar de los medios de comunicación, la parcialización de la información y el silencio instalado frente a la violencia proveniente del Estado, como relata Andrea:
Hay cosas que siento que se han transformado. Por ejemplo, reconocer que los colombianos estamos subsumidos en una realidad que no queremos ver, enajenante, una anestesia colectiva con el gobierno de Uribe, un embrujo.
No hay una posición crítica fuerte, no queremos ver los muertos que tenemos atrás, no tenemos memoria en una guerra de más de 50 años, las muertes, las desapariciones, los desplazamientos y la violencia del Estado (Andrea, 34 años, psicóloga).
El reconocimiento de la "manipulación mediática" está relacionado con el control social y político de los medios de comunicación y el Estado desde el cual se construye la opinión pública y "el colombiano de bien". Como dice Ángela: "Si no le gusta Uribe, usted no es un colombiano de bien" (27 años, antropóloga).
Esta frase ha tomado fuerza en los últimos años a partir de las alocuciones presidenciales de Álvaro Uribe, que busca diferenciar a los buenos y malos colombianos y con esto instalar la otredad negativa. El colombiano de bien es el ciudadano deseado, que colabora con las autoridades civiles y militares, denuncia a los terroristas y acepta el statu quo; mientras que aquel que no lo hace, es considerado sospechoso, cómplice o auxiliador del terrorismo.
Reconocimiento de la dimensión regional del conflicto armado
Otro de los cambios en la comprensión del conflicto armado está vinculado con el reconocimiento de su dimensión regional:
Me ha cambiado la percepción que tengo del conflicto colombiano en relación con otros países. Entiendo cada vez más el nexo que existe entre las políticas que se instrumentan en Colombia y las políticas que se instrumentan en el resto del mundo. He confirmado que la dimensión del conflicto supera muchísimo la situación de otros países latinoamericanos, que la situación es extrema y que requiere solución rápida porque le está causando gran sufrimiento al país y porque le está causando una gran pérdida al ecosistema, al planeta, pérdida política a Suramérica. Me di cuenta de que tiene unas dimensiones más grandes de las que imaginaba. Yo conocía la dimensión del sufrimiento de la gente, pero no las dimensiones políticas e ideológicas que tenía (Adriana Gutiérrez, 30 años, psicóloga).
El AMBA ofrece a los inmigrantes colombianos realidades distintas a las que experimentan en su contexto de salida y propicia el intercambio de lecturas de mundo entre sujetos de distintas procedencias: chilenos, mexicanos, venezolanos, bolivianos, españoles, franceses, entre otros. En el intercambio cultural y social que produce la experiencia de la migración, se afirman o cuestionan los saberes y los conocimientos desde los cuales los sujetos dan sentido al conflicto armado. En casos como el de Camila, el intercambio cultural con nativos y residentes en el AMBA, y la experiencia de la migración, produce una valorización positiva de la política de Seguridad Democrática en Colombia:
En los últimos años Colombia se ha sabido vender como un país mas seguro para visitar y muchos compañeros argentinos míos que han sido turistas en Colombia la recomiendan sin temor. Aquí he podido confirmar cómo con el último gobierno y con la ayuda internacional se han hecho avances en cuanto a la seguridad y se ha ido cambiando la mala imagen dada por la violencia y por los grupos armados (Camila, médica general, 32 años).
Esta valoración se sustenta en el reconocimiento de los esfuerzos gubernamentales por instalar la seguridad en el país y mostrar una imagen positiva, a fin de ganar confianza inversionista y fomentar la economía del turismo. Sin duda el fortalecimiento del pie de fuerza en el territorio nacional ha fomentado la inversión del capital extranjero y ha servido como factor de atracción turística; no obstante, esto ha sido a costa de la violación de derechos de poblaciones campesinas e indígenas, especialmente.
Re-nombrar
Comparar, cuestionar y criticar son habilidades de pensamiento que se ponen en juego en el momento de caracterizar la experiencia colombiana. La caracterización es la nominación que se le asigna al acontecimiento social. En los trabajos de memoria, la manera como se nombra determinado acontecimiento, fenómeno o experiencia connota una lectura política e ideológica que hacen los actores sociales. Nombres como Reorganización Nacional y dictadura militar hacen referencia a un mismo período de la historia reciente argentina, pero tienen un significado político distinto. Lo mismo ocurre cuando se habla de guerra contra el terrorismo, conflicto armado o terrorismo de Estado. Como señala Valensi, en los procesos de memoria una vez asignado el nombre, reconocible y memorable, se transforma en santo y seña para transmitir la memoria de dicha experiencia social (1998).
Son múltiples las denominaciones con las que se nombra y se da sentido a las experiencias de la historia reciente. En Colombia, los actores sociales disputan los modos como se denomina y se construye la memoria social: guerra contra el terrorismo a partir del 2001, por parte del Estado; conflicto armado interno, por parte de los organismos defensores de derechos humanos desde la normativa del Derecho Internacional Humanitario; Terrorismo de Estado y guerra sucia, por parte de algunas organizaciones de víctimas, especialmente. Para los inmigrantes colombianos estas categorías se cuestionan, se amplían y se desvanecen a la luz de la comparación entre los contenidos de la democracia colombiana, la democracia argentina actual y la última dictadura militar. De este modo, la memoria oficial sobre la dictadura militar sirve de espejo para reconocer en la experiencia colombiana elementos comunes que permiten equipararla y caracterizarla como dictadura enmascarada, dictadura civil, o como terrorismo de Estado.
Acá he podido entender más el conflicto armado, desde otra postura, más cercana a la izquierda. He podido entender más la historia. He conocido un poquito de lo que fue la última dictadura y me he dado cuenta de que en Colombia estamos viviendo la misma cosa pero 30 años después. Las experiencias que tuvo la gente acá son muy similares a las que está viviendo la gente en Colombia. Antes yo de-cía Colombia está mal, ahora digo: ¡Está muy mal! Ahora sé que está viviendo una dictadura (Carmen, 26 años, psicóloga).
La democracia enmascarada o dictadura civil se sustenta en la permanencia y la sistematicidad de la violencia, ejercida por el Estado o por grupos paramilitares en nombre de la lucha contra el terrorismo. Esta caracterización está fundada principalmente en la violación de los derechos fundamentales de la población, como son el derecho a la vida, la libertad de expresión, la libertad de asociación, entre otros.
El surgimiento de la conciencia
Los cambios en los marcos interpretativos incorporan símultáneamente estructuras intelectuales, valorativas y prácticas. Estos dos últimos aspectos se pueden manifestar con el despertar de la conciencia de cambio en los inmigrantes colombianos, que en algunos casos se acompaña con un compromiso de transformación frente al "problema colombiano", como señala Martín a continuación:
Acá me he concientizado mucho de que en Colombia es necesario acabar la guerra para que la gente pueda salir adelante. Uno acá ve que la gente políticamente está mucho más organizada, más formada, y eso me ha aportado mucho y me ha motivado a asumir un compromiso con la militancia (Martín, 26 años, técnico cinematográfico).
Estos cambios en la vida de los sujetos no obedecen exclusivamente a la ampliación de los marcos de interpretación de la realidad colombiana. Las redes sociales que se van entretejiendo en la experiencia migratoria juegan un papel importante en el abanico de motivaciones y razones que conllevan a la participación en organizaciones sociales y/o políticas. En consecuencia, los proyectos de vida se colectivizan y se modifican los horizontes de futuro de los sujetos participantes.
No obstante, la participación en organizaciones sociales y/o políticas, se hace más visible en los casos de aquellos colombianos que tuvieron alguna experiencia organizativa anterior. Por otro lado, hay quienes después de haber pertenecido a organizaciones sociales reconocen tener mayor conciencia política, no participan en estos procesos, pero sí fomentan otro tipo de espacios en los que se discute la situación del país. Según Enrique, comunicador social:
Hay mucha gente que en el nivel personal no quiere estar con el Polo Democrático o con las organizaciones políticas colombianas porque consideran que son muy excluyentes. En la universidad hay un combo de amigos colombianos que no están con el Polo pero que son anti Uribe y están con una propuesta de país diferente. Son chicos que no quieren militar pero que son críticos frente a la política de Seguridad Democrática. Entonces muy bueno eso y corresponde al espacio que yo quiero motivar, que es el de renovación de las ideas, de las propuestas más allá del activismo de ¿dónde es el escrache? ¿A qué embajada hay que ir a protestar? Sin querer decir que eso no haya que hacerlo, pero no puede ser lo único (Enrique, 40 años, comunicador social).
En definitiva, como he tratado de plantear desde el inicio de este trabajo, las experiencias que construyen los colombianos en el contexto del AMBA producen una serie de aprendizajes que modifican los modos de interpretar el conflicto armado colombiano. Se incorporan saberes y conocimientos y se amplían los marcos interpretativos con los cuales se da sentido a la realidad y al conflicto armado colombiano. En lo que respecta a este último aspecto, dos son los puntos de inflexión más importantes que amplían su comprensión: la toma de distancia con el contexto colombiano y el diálogo de memorias sobre la violencia política y el terrorismo de Estado entre los argentinos y los inmigrantes colombianos. Los cambios en la comprensión del conflicto armado colombiano se pueden rastrear en varios sentidos: desnaturalizando la violencia, reconociendo la dimensión regional del conflicto armado, renombrando la experiencia y a partir del surgimiento de la conciencia. En este último aspecto se puede reconocer una serie de iniciativas colectivas que van desde la emergencia de las organizaciones políticas colombianas en Argentina, hasta iniciativas de orden académico o cultural.
Entrevistas
Referencias
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