Revista Colombiana de Educación
0120-3916
Universidad Pedagógica Nacional de Colombia
https://doi.org/10.17227/rce.num92-17126

Recibido: 8 de agosto de 2022; Aceptado: 21 de junio de 2023

Percepciones de las familias campesinas sobre retos, necesidades y expectativas en la educación


Peasant Families’ Perceptions of Challenges, Needs, and Expectations in Education


Percepções das famílias camponesas sobre os desafios, necessidades e expectativas na educação

I. Moreno-Acero, 1 C. Vanegas, 2 R. Giraldo-Holguín, 3 A. Valero-Bejarano, 4

Doctor en Estudios Sociales, Universidad Externado de Colombia. Profesor-Investigador de la Universidad de La Sabana. ivanma@unisabana.edu.co Universidad de la Sabana Universidad de La Sabana Colombia
Magíster en Asesoría Familiar y en Gestión de Programas para la Familia, Universidad de La Sabana. Direc tora de la Fundación Fruto Bendito. camila.cooper@unisabana.edu.co Universidad de la Sabana Universidad de La Sabana Colombia
Magíster en Asesoría Familiar y en Gestión de Programas para la Familia, Universidad de La Sabana. Uni versidad de La Sabana. ruthgiho@unisabana.edu.co Universidad de la Sabana Uni versidad de La Sabana Colombia
Magíster en Asesoría Familiar y en Gestión de Programas para la Familia, Universidad de La Sabana. Uni versidad de La Sabana. alejandravabe@unisabana.edu.co Universidad de la Sabana Uni versidad de La Sabana Colombia

Los autores declaran que no existe ningún potencial conflicto de interés relacionado con el artículo.

Resumen

El artículo de investigación tiene como objetivo conocer, a través de la voz de las familias rurales de algunas veredas de los municipios de Cómbita y Sotaquirá (Boyacá, Colombia), los retos, expectativas y necesidades que vivencian en su cotidianidad frente a la educación formal e informal de sus hijos. La metodología es de corte cualitativa en perspectiva fenomenológica, se aplican entrevistas semiestructuradas a 8 familias campesinas biparentales, las cuales se codificaron e interpretaron según el análisis crítico del discurso. Como resultado, se evidencia que las familias campesinas reconocen que es importante brindar apoyo moral y económico a la educación de sus hijos, ya que, para ellos, es un medio para la construcción de futuro y de una mejor calidad de vida. En conclusión, se encontró que las familias desean que se fortalezca el trabajo entre ellos y los profesores, un mejoramiento de la calidad educativa de la escuela y colegios de sus hijos, un aumento de la oferta educativa formal e informal, técnica y tecnológica, así como de los ingresos económicos con los que puedan asegurar una mayor calidad de vida y de bienes y servicios a sus hijos.

Palabras clave:

educación formal, educación informal, familias, familia rural.

Abstract

The research article aims to understand, through the voice of rural families in some hamlets in the municipalities of Cómbita and Sotaquirá (Boyacá, Colombia), the challenges, expectations, and needs they experience in their daily lives regarding the formal and informal education of their children. The methodology is qualitative with a phenomenological perspective; semi-structured interviews are applied to 8 biparental peasant families, which were coded and interpreted according to critical discourse analysis. The results show that peasant families recognize the importance of providing moral and economic support to their children’s education, viewing it as a means to build a better future and improve their quality of life. In conclusion, it was found that families desire to strengthen collaboration between them and the teachers, improve the educational quality of their children’s schools, increase the offerings in formal and informal , technical and technological education, and enhance the income with which they can ensure a higher quality of life and goods and services for their children.

Keyword:

formal education, informal education, families, rural family.

Resumo

O artigo de pesquisa tem como objetivo compreender, por meio da voz de famílias rurais de algumas aldeias dos municípios de Cómbita e Sotaquirá (Boyacá, Colômbia), os desafios, expectativas e necessidades que vivenciam em seu cotidiano em relação à educação formal e informal de seus filhos. A metodologia adotada é qualitativa, sob uma perspectiva fenomenológica, com a aplicação de entrevistas semiestruturadas a 8 famílias camponesas biparentais, as quais foram codificadas e interpretadas de acordo com a análise crítica do discurso. Como resultado, evidencia-se que as famílias camponesas reconhecem a importância de fornecer apoio moral e econômico à educação de seus filhos, pois para elas é um meio de construir um futuro melhor e uma melhor qualidade de vida. Em conclusão, verificou-se que as famílias desejam fortalecer o trabalho entre elas e os professores, melhorar a qualidade educacional das escolas e colégios de seus filhos, aumentar a oferta de educação formal e informal, técnica e tecnológica, bem como a renda econômica, para garantir uma melhor qualidade de vida e acesso a bens e serviços para seus filhos.

Palavras-chave:

educação formal, educação informal, famílias, família rural.

Introducción

Son muchas y complejas las situaciones a las que se enfrentan las familias campesinas en la actualidad; uno de los retos, según Díaz et al. (2009), es la complejidad para acompañar los procesos académicos de los hijos de forma adecuada, debido a la poca preparación académica de los padres. Lastre et al. (2018) afirman, por ejemplo, que el analfabetismo se acentúa significativamente en esta población, lo que afecta la motivación de los padres para acompañar el desarrollo de las actividades propuestas por los docentes. De entrada, esto representa un reto considerable para la calidad de los logros académicos.

Pese a las dificultades a las que se enfrentan las familias campesinas, Azaola (2010) y Villarroel y Sánchez (2002) resaltan que los padres le apuestan a un objetivo principal, y es la terminación de los estudios secundarios y la continuación de la educación superior y o profesionalización de sus hijos; a lo que Tapia y Weiss (2013) refieren que los padres cumplen un papel importante en la visualización de futuro con posibilidades distintas a sus propias experiencias. Asimismo, Azaola (2010) refiere que el valor principal para que los padres le atribuyan a la educación un significado importante radica en que no se repitan procesos intergeneracionales de deserción escolar; además, el mismo autor es congruente en afirmar que la esperanza está fundamentada en la posibilidad de una mejor calidad de vida. Díaz et al. (2009) argumentan que la principal motivación de los padres en impulsar logros académicos en sus hijos está directamente relacionada con un mejor fututo y posición socioeconómica, en aras de una “superación de la pobreza” (Azaola, 2010, p. 69).

En cuanto a las expectativas con respecto a la educación, vale la pena resaltar el bagaje sociocultural atribuido por los padres; al respecto, Pino et al. (2017) hablan del mundo de significados que se tejen al interior de las familias que dan las bases necesarias para desenvolverse en sociedad. Según Bueno y Torres (2018), se evidencia un interés particular de los padres al acogimiento de la norma y la inclusión de las diferentes formas de pensamiento, así como el deseo de que sus hijos tengan la libertad de escoger lo que ellos deseen ser y hacer con respecto al futuro de sus vidas.

Sin embargo, para Díaz et al. (2009), los anhelos están condicionados por el alcance o no de una beca que les posibilite avanzar; autores como Ortega et al. (2014) consideran que la carente oferta educativa para las poblaciones rurales limita las condiciones de vida, así como la participación en la toma de decisiones, las cuales quedan condicionadas a lo que los recursos les permitan alcanzar.

La realidad de las necesidades de las familias rurales de los municipios de Cómbita y Sotaquirá, relacionadas con la educación formal e informal, es clara; es una población con falencias en recursos económicos, servicios públicos, vivienda, modelos educativos, acompañamiento psicopedagógico y orientación familiar, acceso vial, soporte tecnológico, logístico y ampliación de la malla académica con asignaturas deportivas y artísticas, empleo incierto y, además, inclusión de políticas públicas que acompañen la ideología del bienestar familiar y escolar. Las anteriores necesidades impiden el desarrollo integral de la relación familia/escuela, además que dificultan el nivel de calidad de vida de estos; en especial de los niños, niñas y adolescentes en función a su proceso de cuidado, crianza y socialización (Ospina, 2019).

La cobertura de educación formal en las zonas rurales ha cambiado en los últimos años; la infancia y adolescencia de quienes hoy son padres estuvo relacionada con la deserción escolar para suplir necesidades básicas de la familia. Ahora, desde el lugar de padres y madres se valora el nivel de bienestar de la educación informal impartida en sus familias, las cuales comprenden la importancia de la culminación de estudios de la educación formal, puesto que es considerado un canal para la transformación y mejoría de la calidad de vida. Es decir, en la actualidad las familias campesinas han incluido en sus propósitos comunes la profesionalización académica de sus hijos y, en algunos casos, los padres acuden a la reinserción escolar en etapa adulta; así, mantienen el vínculo familiar y el apoyo económico. En síntesis, el factor económico es la mayor dificultad para estas familias. Así lo expresan Díaz et al. (2009) cuando refieren que “las principales dificultades son económicas asociadas a la precariedad e inestabilidad de ingresos” (p. 447).

Para la construcción de sujetos que vivan en sociedad es importante la convergencia entre la familia y la escuela, ya que este vínculo se fundamenta en el bienestar académico, mental, social, recreativo y cultural de los niños, niñas y adolescentes; fortalecer esta necesidad es esencial para afianzar esta relación. De acuerdo con Arguedas et al. (2007), las relaciones entre docentes y padres de familia podría considerarse una “alianza educativa, ya que son responsables del éxito o fracaso escolar de los menores” (p. 3); en otras palabras, trabajar de la mano y bajo los mismos propósitos tiene reflejo en la calidad de vida de las personas.

La propuesta de implementar un constante acompañamiento psicosocial o de asesoría familiar, usando herramientas de reconocimiento y autoconocimiento del ser humano que suplan la necesidad comunicativa y relacional de la comunidad, trae consigo muchos beneficios a nivel individual, familiar y social; en efecto, la familia y la escuela pueden aportar al aprendizaje del otro. Ames (2012) refiere que el apoyo comunicativo entre escuela y familia contribuye al desarrollo integral de todos, sugiere “fortalecer la participación de talleres o programas de educación escuchando las expectativas de los actores, haciendo uso de la comunicación bidireccional” (p. 18). Entre quienes apoyan los anteriores argumentos se encuentran Lastre et al. (2018); Bustos (2013); Ortega y Cárcamo (2018), y Rodríguez et al. (2017).

En este contexto, los niños, niñas y adolescentes de las familias rurales tienen un gran potencial de adaptación al aprendizaje; por medio de la modalidad multigrado escolar los estudiantes reciben una educación formal compartida; es decir, aquí, un solo docente se encarga de impartir enseñanza a diferentes alumnos de varios niveles dentro de la misma aula. Sin embargo, persisten algunas carencias que afectan la calidad de los logros académicos; las cuales son de tipo económico, tecnológico, aspectos logísticos, material didáctico y bibliotecario, entre otros. Son factores que también están directamente relacionados con la exclusión o marginalidad rural (Bustos, 2013; Soto, 2012). Pese a esto las familias y la escuela son conscientes de sus necesidades, y trabajan día a día para mejorar su calidad en el acompañamiento a los niños, niñas y adolescentes.

En consecuencia, la transformación del desarrollo educativo es fundamental para la familia y la escuela, ambas aportan en la educación formal e informal. El fortalecimiento de modelos educativos sirve para mejorar los procesos de gestión en la educación rural (López, 2006), es decir, a través de la integración se podría encontrar un modelo académico favorable para todos y de esta manera fortalecer desde la escuela la cultura rural y la capacidad de la familia para gestionar los desafíos que atraviesa.

Metodología

Para el desarrollo de esta investigación se siguió un paradigma hermenéutico interpretativo (Arráez et al., 2006), un enfoque cualitativo (Castaño y Quevedo, 2002) y un método fenomenológico (Fuster, 2019; Van Manen, 2003). La población fue localizada en algunas veredas rurales de los municipios de Cómbita y Sotaquirá (Boyacá, Colombia). En total participaron 8 familias campesinas biparentales, que tienen características en común observables, como hijos en edad escolar. Cada grupo familiar comparte tiempo y espacio en casas heredadas o de arriendo, alejadas del pueblo y del centro urbano; acuden a una institución académica cercana y gratuita, debido al estrato socioeconómico predominante —Sisbén 1—. Para la selección de los participantes se utilizó un muestreo no probabilístico por conveniencia (McMillan et al., 2005; Salinas, 2004; Sampieri et al., 1998).

La técnica para la recolección de los datos, en este caso de las narrativas de las familias, fue la entrevista semiestructurada a profundidad (Robles, 2011). Así, los investigadores tuvieron contacto directo y cercano a las vivencias, significados, necesidades y retos que enfrentan las familias rurales con hijos escolares, donde fue posible reconocer la realidad de cada una de ellas; cada encuentro cara a cara posibilitaba comprensiones subjetivas, entrevista validada por pares expertos (Morales y Cooke, 2009). Para el cumplimiento de los criterios éticos de la investigación científica los participantes firmaron un consentimiento/asentimiento informado (Prats et al., 2016), a raíz de lo cual en este texto se omiten sus nombres reales y la ubicación y nombres exactos de sus veredas y hogares.

Luego de concluidas las entrevistas, se procedió con la transcripción y la codificación cerrada y abierta de las entrevistas, lo que dio paso a la realización de los análisis de las categorías emergentes a través del análisis crítico del discurso (Van Dijk, 1999). Para la codificación cerrada se tuvieron en cuenta las precategorías: familia, educación rural, educación formal, educación informal, retos, necesidades y, finalmente, expectativas. En este artículo se muestran las tres precategorías finales, pues son aquellas en las que se puede evidenciar completamente el cumplimiento del objetivo principal de la investigación.

Resultados

La educación rural

Según los hallazgos encontrados, las familias se asumen como un grupo social para la construcción de valores. La interacción basada en el amor, que se da en el interior de estas, es una riqueza educativa, así como la integración de los conocimientos académicos, lo cual es parte de la formación integral del ser humano:

Yo creo que la educación brinda todas las posibilidades en el mundo, yo pienso que la educación es lo más importante en una persona, eh, la educación, eh, abre nuevas visiones, abre las mentes a comprender a las personas que son diferentes a nosotros, nos abre caminos a conocer el mundo. (Mujer, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020)

Por tanto, los aprendizajes que se adquieren potencian las capacidades y posibilitan una mejor cosmovisión del mundo; mientras que con el aprovechamiento de los recursos adquiridos los niños alcanzan las metas propuestas, como parte esencial de su crecimiento y desarrollo:

Obtener conocimientos, experiencias, saberes, que nosotros los podemos utilizar como herramientas para lograr nuestras metas y sueños. ( Mujer, entrevista en zona rural, 1 de julio de 2020).

Ese estudio, esa educación sirve para aprender a medirte en tus sueños y en tus metas. Y desencadenar todo lo que quiere uno aprender, y sobre todo se da uno cuenta del valor de la disciplina. (Mujer, entrevista en zona rural, 1 de julio de 2020)

Por ello, la educación es la puerta de entrada en la construcción de un mejor futuro, los conocimientos que se adquieren son el medio para alcanzarlo y tener una mejor calidad de vida para las familias, quienes establecen una relación muy estrecha y significativa entre estudio y progreso:

Sin estudio uno no sale adelante. Yo digo que primero uno estudia para poder sostener y no tener tanto por qué sufrir en un futuro. (Mujer, entrevista en zona rural, 1 de julio de 2020)

Tener unas buenas posiciones de vida, tener un buen empleo, tener un techo donde vivir, y pues ayudar a mis hermanos, a mis papas y poder darles, como todo lo que, lo que ellos nos han brindado desde pequeños. (Mujer, entrevista en zona rural, 1 de julio de 2020)

Los entrevistados resaltan la importancia del tiempo que puedan dedicar a sus hijos, aunque las múltiples ocupaciones cotidianas no les facilitan llevar a cabo dicha función de la mejor manera, sin embargo, se resalta el lugar que tienen los padres en la formación educativa:

Yo los acompaño al medio día o después del medio día me siento con ellos, empiezan a estudiar y lo que no entienden entonces yo les voy explicando. O a mi esposo lo que ellos tengan que investigar, entonces cuando llega del trabajo y les presta el celular. (Mujer, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020)

Sí, es muy importante para ayudarles con las tareas, sino pues no tengo mucho tiempo, pero si en lo que se les ofrezca a los niños, yo estoy. ( Hombre, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020)

Lo dicho hasta aquí da cuenta de la satisfacción que algunos manifiestan con los procesos educativos, sin embargo, surge una voz a través de la cual una de las madres considera que la educación formal es de baja calidad, debido a la modalidad multigrado, en la que una sola docente acompaña los procesos de toda la primaria, considerada como una falencia para la educación de sus hijos:

Pues, a nivel personal, pienso que la educación en las escuelitas rurales es de muy deficiente calidad, yo realmente tengo a mis hijos estudiando en el pueblo porque aquí tenemos una escuelita en la vereda y para dictar de cero de preescolar a quinto solo hay una profesora, entonces es de pronto, si la cantidad de niños no es suficiente para contratar otros profesores. (Mujer, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020)

En síntesis, la educación que reciben los niños en la ruralidad es buena, según los testimonios de sus habitantes, aunque cabe resaltar que en algunos casos se hace necesario fortalecer la capacidad de atención en la modalidad multigrado o escuela nueva, tanto en los recursos humanos como los recursos locativos, que lleven a un acompañamiento integral a los niños, niñas, adolescentes y sus familias.

La calidad de la educación y los efectos que puede producir en los estudiantes están directamente relacionados con las estrategias de aprendizaje, las cuales están transversalizadas por el trabajo articulado entre la familia y la escuela; la relación que se establece entre ambos ayuda al aprovechamiento de los recursos dispuestos para este fin: “La relación entre el colegio y la familia es muy buena, los maestros buenos, por decir, ellos hablan con uno, cualquier cosa que al niño le ocurra, lo mandan a llamar a uno” (mujer, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020).

En este sentido, se puede afirmar que entre las familias y la escuela existen canales comunicativos, evidenciados en las relaciones cercanas que se han ido tejiendo mediante el trabajo mancomunado y gracias a la calidad de la educación y el acompañamiento de los padres en los procesos educativos. Además, para estas familias es importante la formación escolarizada como un medio de aprendizaje y como la forma de construir un proyecto de vida. Coinciden en afirmar que la educación recibida es de buena calidad, pero también se demuestra mediante discursos que la modalidad multigrado, o escuela nueva, no satisface las necesidades de todas las familias, para el logro integral de los fines propuestos de la educación.

Los retos de las familias para educar en la ruralidad

Hasta el momento, las entrevistas han mostrado la responsabilidad de los padres en la educación informal de los hijos y el compromiso que ven en la institución educativa con la educación formal de los estudiantes. De esta manera, se da paso al conocimiento de los retos que las familias entrevistadas comparten, y se clasifican así: retos de los padres, retos de los hijos, retos de la institución educativa. Aparte de estos, las familias nombran desafíos para la población y, paralelo a ello, los niños expresan a los padres sus puntos de vista como principales actores de la educación. En cuanto a los retos de los padres entrevistados, se mencionó el propósito de mejorar el apoyo en las tareas escolares; para ellos, los profesores podrían brindar estrategias para este proceso y, así, sentir seguridad de realizar correctamente esta labor: “Cómo me gustaría, de pronto a veces deberían decirles a los papás cómo aprender a ser profesores (risa) tener esa capacidad de paciencia y pedagogía para enseñarle a los hijos” (mujer, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020).

No obstante, los entrevistados son conscientes de sus limitaciones y de la falta de recursos tecnológicos en el hogar; por ende, padres y estudiantes se adecuan a la situación, aunque resaltan lo que podría mejorar. En consecuencia, las iniciativas de los padres proyectan un interés genuino de evolucionar y de estar a la vanguardia o lo más cercano que puedan del mundo moderno. Proponen que este progreso se obtendría a través de la implementación de tecnología moderna, de vincular más docentes a la escuela, ampliar la malla académica, y mejorar algunas necesidades básicas:

Mejorar el acompañamiento de tareas. ¿En la casa? (Risa) pues que tuvieran su computador, tuvieran internet para que ellos, puedan realizar sus tareas mucho mejor. (Mujer, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020)

Pues yo cambiaría que (...) las condiciones de edificios de acceso a la educación. Por ejemplo, digamos, instalar internet en todas las casas. Porque dicen que es difícil, pero eso se puede hacer. Implementaría digamos más materias para que ellos profundizaran en diferentes áreas, implementaría más profesores, personas que estén más capacitadas para que ellos puedan aprender. También implementaría digamos el servicio público de transporte en las veredas. Mejoraría el plan de alimentación que ellos tienen. O sea, haría muchas cosas para que ellos pudieran acceder a una educación de buena calidad. (Mujer, entrevista en zona rural, 1 de julio de 2020)

Los padres esperan cambios concernientes a la educación formal, los cuales se relacionan con una educación que complemente la educación formal habitual para fortalecer competencias técnicas o tecnológicas, y sirva de formación para el trabajo, además sugieren que pueda ser complementada con educación deportiva y artística:

Ahorita le habíamos propuesto al señor rector que había que mirar una especialización para cuando terminen los grados décimos y once que siempre, pues, uno en los colegios que estudió uno sale con una, con un que, si con un tecnólogo o algo así, una especialización de algún tema. (Mujer, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020)

Me interesaría mucho en el colegio en que los niños recibieran una capacitación extra de un tecnólogo (...) haría mucho por las áreas de música o de la cultura, si, música, danza y escuelas deportivas. (Mujer, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020)

Danza, baile, canto, eh, música, natación, eh, deportes, bueno de todo. (Mujer, entrevista en zona rural, 1 de julio de 2020)

Estos retos mencionados dan a los estudiantes la oportunidad de desarrollar capacidades creativas y de libre expresión corporal, en suma, fomentan actividades físicas y comunicativas, necesarias para su crecimiento. Este tipo de aprendizaje sería conveniente para convertir una falencia en una oportunidad para mejorar la relación familia/escuela. Otros modelos de aprendizaje que los padres de familia implementarían tienen que ver con roles culturales, los cuales también serían de utilidad para el presente y futuro, sobre todo para la seguridad laboral y alimentaria:

Yo creo que en el colegio debía haber actividades de interacción una de esas actividades puede ser la siembra, porque les enseñan a ellos hasta donde vivir, medio ambiente; que le digo yo, actividades lúdicas donde ellos tengan que, por lo menos que las muchachas aprendan a coser. (Mujer, entrevista en zona rural, 1 de julio de 2020)

Por otro lado, hay padres que han observado carencias en la enseñanza de habilidades lectoras y bilingües. En este sentido, vale la pena mencionar que observan retos educativos como la incorporación de un idioma extranjero a la malla académica y actividades de tipo cultural. También consideran que hacer mejoras en la infraestructura de las escuelas motivaría el desarrollo académico de los estudiantes; además, facilitar el traslado de los estudiantes desde la casa a la escuela y viceversa, pues los largos trayectos que recorren los estudiantes dificultan el cumplimiento de sus deberes escolares y familiares:

A mí me parece que le falta mucho a la escuela en profundizarla en diferentes áreas (...) hábitos de lectura y de inglés. (Mujer, entrevista en zona rural, 1 de julio de 2020)

Deberían darles a los niños más incentivos para que estudien, como mejora de las aulas, baños y pues los pupitres, transporte gratis (...). Tener no sé, cómo mejores plataformas. (Mujer, entrevista en zona rural, 1 de julio de 2020)

Yo haría el colegio y pondría a los de secundaria en la Vereda X, y mejoraría las rutas aquí en Sotaquirá, porque como que se demoran mucho en los trayectos y todo eso, llegan muy tarde al colegio. (Hombre, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020)

Los padres encuentran alteraciones dentro de la distribución de recursos; para la comunidad campesina, al parecer, es un hecho que hace que las familias se desmotiven y al mismo tiempo consideran que es una oportunidad de cambio, propiciado desde la academia. Así, se reafirman las fortalezas y aptitudes de los estudiantes, quienes las encaminan para determinar sus vocaciones:

A pesar de que somos campesinos, somos personas vulnerables e inconscientes también, porque a veces hay apoyo pero entonces, eh, el apoyo se va para personas que no corresponden, aquí el apoyo del Gobierno por lo menos la devolución del iva , por lo menos lo del subsidio ese de los gremios de los 160, 120 como es, de tratando de dar un subsidio, le está llegando a pensionados, personas pensionadas, uno dice pero como así, entonces a veces los beneficios les llega a los hacendados, a las personas pensionadas, a personas que tienen como medio sobrevivir, y hay personas que realmente lo requieren y no les llega nada y uno dice pues eso es injusto. (Mujer, entrevista en zona rural, 1 de julio de 2020)

Mejoraría la vida en el campo, apoyaría más al campo, eh, buscaría proyectos, opciones, no sé en las que el campo se pueda seguir trabajando sin que salga tan costoso. (Mujer, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020)

Si yo tuviera todas las posibilidades, lo que no haría es esa corrupción (...) creo que es lo que no deja avanzar este país. He estudiado el Gobierno manejado en China y allá los políticos que son corruptos porque los castigan fuertemente (...). China es la potencia más fuerte que hay en el mundo, ellos se dedicaron en la educación, yo creo que yo también me focalizaría en la educación, estimular a los chicos no sólo llegar a una escuela leer y aprender matemáticas y aprender historia, sino también, sino que digan: “!oh, mami, mira me enseñaron hoy esto en artes!”, por ejemplo a mi hijo que quiere ser futbolista, diga: “ay, mire hoy el entrenador estuvo buenísimo me enseñó nuevas técnicas de fútbol”, y por ejemplo en artes, hay muchos niños que tienen demasiadas habilidades para pintar, para dibujar, entonces yo creo que me focalizaría también en meterle un poquito de lo privado a lo público. (Mujer, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020)

Aparte de los retos educativos formales, se encontraron también los de tipo educativo informal; donde se le atribuye la responsabilidad del éxito académico a la familia. Estas formas de educación alternativa encaminan al ser humano a determinar su identidad, y son fundamentales en etapas tempranas del ciclo vital, ya que complementan y profundizan hábitos, prácticas y conocimientos de los hijos:

Pues debería intervenir todo el grupo familiar, cada uno en sus fortalezas. Por ejemplo, yo tengo un sobrino estudiando psicología, le habla a mi hija de psicología. Yo le enseño mucho de ciencias naturales. Mi mamá se encarga de hablarle de costura. Todas las personas que quieran intervenir, pero para aportar algo positivo. También le gusta mucho cocinar y le enseño a hacer panqueques. En la educación, como es integral, deben... que intervengan todos los componentes de la familia. El papá, el abuelo, el papá la mamá, como sea, pero para aporte de educación integral positiva. (Mujer, entrevista en zona rural, 1 de julio de 2020)

Las metodologías de cada familia son retos propios que encaminan la educación informal a desarrollar habilidades que requieren de mayor práctica que teoría, lo cual es un ejercicio de por vida. Las actividades deportivas y culturales son imprescindibles para los niños, ayudan a recrear su imaginación e inventiva; la falta de estas asignaturas en la escuela se hace evidente y se convierte en un reto para la relación familia y escuela, donde los principales actores son los estudiantes:

Entonces hay cosas que los niños quieren hacer, por ejemplo, un día vamos a hacer todos algo en este papel, y juegan por ahí un rato. Pero los niños tienen que desarrollar las habilidades que ellos tienen. (Mujer, entrevista en zona rural, 1 de julio de 2020)

A la escuela le falta enfocarse un poquito más en los gustos, me he dado cuenta que en los colegios privados (...) les enseñan arte, música; por ejemplo a mi hija también le gusta mucho la danza (...) al colegio, le falta lo que es arte, danzas, cultura, algo que les estimule el interés en lo que ellos aman. (Mujer, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020)

En síntesis, los retos de las familias rurales entrevistadas consisten en desafíos que se presentan en su diario vivir, comprometen sus carencias tecnológicas y los recursos en general. Los padres pretenden brindar apoyo a sus hijos con las tareas escolares, para lo cual solicitan ayuda o formación por parte de los profesores en este proceso. También, se halló el reto de mejorar la malla académica mediante la apertura de nuevas asignaturas deportivas, artísticas y culturales, además de un idioma extranjero, que beneficien la imaginación de los estudiantes.

Estas familias consideran que implementar el transporte escolar y mejorar la infraestructura de la escuela contribuyen al correcto desarrollo académico de los estudiantes. No obstante, se conoce sobre la indisposición de algunos padres respecto al manejo del erario; señalan que estos recursos de podrían invertir en mejorar la educación. A su vez, se analiza la importancia de la educación informal impartida en las familias, como reto transversal en el crecimiento de niños, niñas y adolescentes, donde se considera que se puede intervenir la relación familia y escuela.

Las necesidades de las familias ante la educación de sus hijos

Después del análisis, se da paso a las necesidades que sortean las familias rurales en lo cotidiano, entre las que la escasez económica es uno los factores coyunturales en la ayuda que estas manifiestan querer dar a sus hijos, en la realización de sus proyectos de vida, y principalmente en la educación como pilar en la construcción de futuro. Con ello, evidencian la urgencia, a corto plazo, de mayor acompañamiento de profesionales que canalicen correctamente las carencias en pro de mejorarlas, y a largo plazo, una solución participativa por parte de todos los implicados. Las familias entrevistadas tienen claridad de sus demandas y, a pesar de esto, guardan esperanzas en el desarrollo familiar y en la evolución educativa.

Las familias entrevistadas presentan diferentes requerimientos básicos e imprescindibles para la supervivencia, a pesar de sus esfuerzos ven inviables ciertos recursos. Ello da cuenta que, al no tener medianamente satisfechos sus requerimientos básicos, se produce una afectación psicológica en los niños:

Necesitamos el arriendo o ranchito, servicios, agua, gas, baño, alimentación y lo más importante es para invertir en los cultivos. (Hombre, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020)

Si no fuera porque somos guerreros, trabajamos y nos rebuscamos, estábamos sufriendo muchas necesidades (...). Aquí hemos tenido crisis económicas donde sinceramente a los hijos les afecta los problemas psicológicos. (Mujer, entrevista en zona rural, 1 de julio de 2020)

En consecuencia, además de las necesidades económicas aparecen las académicas, entre las cuales mencionan la falta de recursos tecnológicos que dificultan la realización de tareas en la escuela y en la casa, como herramienta indispensable para el buen desarrollo de los aprendizajes:

Me gustaría tener mi computador para poder explicarle mejor las tareas a mis hijos (...) tener mi propia casa, ese es mi anhelo. (Mujer, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020)

Y también las operativas:

Las dificultades que tenemos nosotros es para enviar los trabajos porque nosotros no tenemos internet (...). Me toca qué pedirle prestado a un hermano para enviarle los trabajos a los niños (...) y la diferencia en el colegio pues porque ellos aprenden más y en las clases les explican y aquí como no les están explicando, hay cosas que ellos no entienden. ( Mujer, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020)

A pesar de sus necesidades, se sigue observando una intención de acompañamiento de los padres en cuanto al beneficio escolar de sus hijos; ya que se observa que la educación formal es restringida por la escasez de recursos tecnológicos.

Igualmente, expresan las demás demandas escolares, fundamentales para el rendimiento académico de los estudiantes. Es decir, la familia y la escuela tienen requerimientos paralelos, confluyen en las intenciones de progreso, las cuales se encuentran limitadas por la escasez de recursos económicos; esta situación contribuye al precario desarrollo académico y familiar de la población entrevistada:

La escuela necesita arreglo, (...) computadores, internet (...), dotación de la biblioteca y algo que ellos como que pudieran jugar, que pudieran experimentar muchas cosas. (Mujer, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020).

Sobre las carencias anteriores, tienen la esperanza de una ayuda que provenga de los entes gubernamentales, la cual consiste en estrategias de integración familia y escuela: “El gobierno debía buscar la manera de investigar y dar una solución, no dejar el problema ahí (...). Aquí ha pasado, los llevan que al psicólogo y es una amenaza, mas no es una solución. (Mujer, entrevista en zona rural, 1 de julio de 2020)

Otra estrategia que pretende el mejoramiento de la relación consiste en llevar a cabo proyectos complementarios a la educación formal, que brinden bienestar para todos los actores educativos; entre ellos resaltan la doble titulación de bachiller, asesorías familiares, talleres de reconocimiento y autoconocimiento del ser humano:

Me gustaría que el colegio apoyara a la familia, que les dictarán algo del sena. (Mujer, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020)

Deberían hacer (...) como una o dos reuniones mensuales de asesoría a los padres e hijos, para así mejorar el aprendizaje de los niños y el compromiso con su estudio. (Mujer, entrevista en zona rural, 1 de julio de 2020)

Que hubiera como talleres de integración de amor, disciplina y fe. ( Mujer, entrevista en zona rural, 1 de julio de 2020)

Es decir, existe una intención social y académica generalizada por parte de las familias entrevistadas, la cual consta de una inclinación colaborativa en beneficio de la comunidad campesina y en especial de los estudiantes. Surgen iniciativas para la solución de necesidades relacionadas con la disminución de distancias entre la vivienda y la institución educativa que disminuyan el tiempo invertido para la labor; es por esto por lo que estas familias proponen unir esfuerzos para trabajar en equipo: “Si logramos hacer la escuelita, nosotros mismos; el último viernes de cada mes entre niños y padres de familia” (mujer, entrevista en zona rural, 1 de julio de 2020).

Según ellos, esto facilitaría y daría solución a los largos trayectos que los estudiantes deben recorrer a la escuela más cercana. En otras palabras, las ganas de cambio y mejoramiento son características de los entrevistados, pues consideran que la educación formal para sus hijos es el instrumento que los guía a un futuro diferente.

Además de las necesidades académicas de los estudiantes, los padres presentan otro tipo de requerimientos para el ejercicio como proveedores. El municipio de Sotaquirá cuenta con dos industrias dedicadas a la transformación del acero y del hierro, lo que obliga a las familias a escoger entre las actividades independientes del campo y las actividades dependientes de una empresa:

Las labores del campo son muy bonitas y gratificantes, aunque requieren riesgo y esfuerzo físico, la labor inicia a las 5:00 a. m. hasta que se va la luz del día, 6:30 p. m. y solo hasta los 6 meses que vas a sacar el cultivo y les compran las cosechas a precios inciertos e inconstantes (...) entonces uno compara; en el trabajo de una empresa todos los jóvenes promedio de unos 20 a 40 años que van a trabajar allá, cumplen un horario de 7:00 a 3:00, o de 11:00 a. m. a 7:00 p. m. (...) cumplen su turno, inclusive los inscriben a salud y pensión, les dan todas las garantías, todo lo de ley. (Mujer, entrevista en zona rural, 1 de julio de 2020)

Es probable que el campesino elija el empleo que le ofrezca mayores garantías, en beneficio de su familia; ya que prefieren la estabilidad y fija remuneración económica de una empresa a la incertidumbre que ofrece el trabajo agropecuario, puesto que es la experiencia que han tenido a lo largo del tiempo. Así, los jóvenes y adultos de esta comunidad deben poner en la balanza la ocupación laboral agropecuaria o las garantías que ofrece la empresa para un empleado; es una decisión que dentro de su realidad deben tomar y asumirla.

En definitiva, las necesidades más importantes de las familias campesinas radican en aspectos familiares, académicos y de contexto. Las prioridades tienen relación con requisitos básicos de supervivencia y con el deseo de acompañamiento de asesoría familiar; las académicas evidencian la falta de recursos para el desarrollo educativo de los estudiantes, y las rurales coinciden con la falta de apoyo y baja remuneración de la ardua labor campesina.

Las intenciones de las familias campesinas para superar estas preocupaciones son incomparables con los deseos de mejorar su calidad de vida; los entrevistados dan señales de interés por la educación rural, convirtiéndola en un vehículo de progreso para los niños, niñas y adolescentes. Para ellos, el progreso significa mejorar sus condiciones actuales por medio de un trabajo digno y bien remunerado, el cual se adquiere por medio de la profesionalización.

Expectativas de las familias sobre la educación de sus hijos

Como parte fundamental de la vida se encuentra el alcance de sueños, anhelos y propósitos, motivo por el cual muchas familias orientan sus acciones. En este sentido, los padres se esfuerzan por impulsar, apoyar y motivar a sus hijos en el cumplimiento de estos; ellos consideran que es importante dejar que sean lo que deseen ser, siempre y cuando los medios se los faciliten:

Que aprendan de todo pero que fortalezcan lo que más les gusta, y que elijan lo que quieran estudiar como estudios superiores y especializados y ser magíster en algo especifico, pero que algo les guste. (Mujer, entrevista en zona rural, 1 de julio de 2020)

Me gustaría que ellos se enfoquen en lo que a ellos les guste, que ellos aprendan no sé así como dice el dicho, que, si van a hacer zapateros que sean los mejores, que quiere ser ingenieros o digamos que estudiar matemáticas o lo que sea. (Mujer, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020)

Estos discursos resaltan el valor de la individuación como una de las funciones principales de la familia con respecto a la educación y el desarrollo de la propia identidad, lo que motivará los aprendizajes desde la voluntad y el disfrute, en aquello que se quiere ser y hacer.

Algunos padres encuentran en el estudio una herramienta útil para no repetir las experiencias vividas, y también como una posibilidad económica. Por consiguiente, se comprende que las expectativas puestas en la educación abren las probabilidades de mejorar significativamente la calidad de vida, tanto del estudiante como de su familia; así, se estaría cumpliendo una de las metas de los padres: impulsar y apoyar a los hijos en el logro de sus objetivos:

Ellos van a tener más oportunidades para conseguir un buen trabajo. ( Mujer, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020)

Yo también veo a futuro, que la educación les va a permitir salir, conocer de pronto a otros países, otras áreas, otros idiomas y especificarse. ( Mujer, entrevista en zona rural, 1 de julio de 2020).

Si lograran ser profesionales, cambiaría mucho, porque con ellos la prosperidad, el trabajo, todo mejoraría. Porque todo influye teniendo una carrera. Y para nosotros el orgullo de haber sacado a los hijos adelante (Mujer, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020)

Con todo y lo anterior, vale la pena resaltar el deseo de los padres en que sus hijos conserven los principios y valores enseñados en casa, así como la conservación de costumbres y creencias consideradas habilidades valiosas en la formación del ser:

Ojalá no cambien los modales, ni el pensamiento de estar siempre de la mano de Dios porque muchas veces una universidad cambia mucho la mente de una persona y ya se le olvida de donde están sus raíces, entonces ojalá no vayan a cambiar para mal, sino para bien. (Mujer, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020)

Que de aquí a mañana sean grandes personas y sean siempre así humildes. (Mujer, entrevista en zona rural, 1 de julio de 2020)

Se puede concluir que estas familias consideran que el estudio impacta de manera positiva al futuro de sus hijos como posibilidad de progreso; importa la conservación de los valores sembrados en casa, y por medio de la educación recibida tanto formal como informal, augurar un buen futuro para ellos.

Las necesidades manifiestas por las familias van de la mano de las aspiraciones y cambios que ellos consideran podrían aportar significativamente al aprovechamiento del tiempo y calidad en los aprendizajes de sus hijos; se da especial importancia y relevancia a la implementación del deporte, como parte fundamental en el desarrollo:

Me gustaría mucho que les enseñaran clases de música y danzas, puede ser también. Sobre todo, eso. Pues, para que ellos ocupen sus ratos libres después de la escuela, ¡eh!, para desarrollar más sus habilidades. ( Mujer, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020)

En el colegio, digamos una escuela de fútbol, algo así, sí señora, o digamos algún profesor de educación física o algo así. (Hombre, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020)

Lo anterior, si se tiene en cuenta que el juego, el tiempo libre y la diversión son una herramienta útil para el crecimiento físico e intelectual en los procesos de aprendizaje de los estudiantes, ya que posibilitan optimizar los espacios para convertirlos en entornos colaborativos de aprendizaje.

Desde la percepción de los integrantes de las familias, existe la ilusión de que el colegio fortalezca la parte recreativa como estrategia de aprendizaje y motivación, lo que da cuenta de la necesidad de potenciar los recursos económicos y humanos con miras a mejorar e impulsar las habilidades lúdico-deportivas de los estudiantes en población rural: “Me gustaría que me enseñaran clases de música, porque nunca la hemos practicado” (hombre, entrevista en zona rural, 29 de junio de 2020).

En síntesis, es notorio que las familias que viven en la zona rural enfrentan muchas necesidades en el marco educativo; una de ellas ha sido la economía como un factor fundamental en el logro de los objetivos propuestos; también, una mayor cobertura tecnológica y el acompañamiento profesional. No obstante, conservan la esperanza de un futuro promisorio gracias al esfuerzo y dedicación, tanto de los hijos como de sus familias, con la ilusión de un presente que les proporcione un acompañamiento articulado entre familia, escuela y entes gubernamentales, además de mejoras en la calidad de la educación.

Discusión

El propósito de esta investigación fue comprender los retos, expectativas y necesidades de las familias rurales de algunas veredas de los municipios de Cómbita y Sotaquirá (Boyacá, Colombia) frente a la educación formal e informal de sus hijos. Para ello se identificaron las categorías de familia rural, educación rural, educación formal, educación informal, retos, necesidades y expectativas, mediante las cuales se logra la profundización respecto a los sentidos y significados que cada uno de los integrantes de las familias entrevistadas otorga a sus vivencias.

Inicialmente, con respecto al significado de familia, emerge una novedad en la que los entrevistados relatan que la vida en el campo genera una contribución valiosa en la armonía que se teje en la construcción de vínculos relacionales. También precisan que el pilar en dichas construcciones es el apoyo y la solidaridad. Villarroel y Sánchez (2002) acuñan el término grupo primario unido por vínculos consanguíneos, y en la misma línea, Pino et al. (2017) reconocen a la familia como una institución y grupo social, para la interacción y socialización de sus integrantes.

La importancia que los padres dan al acompañamiento que brindan a sus hijos en las tareas académicas es otro hallazgo importante, así lo corroboran autores como Navarro et al. (2001); Lastre et al. (2018); Muñoz (2003), y Tapia y Weiss (2013), quienes afirman que la entrega y dedicación influye en los logros académicos de los hijos. Por esta razón, los padres manifiestan tener la intención de mejorar los canales comunicativos con la institución educativa; ya que para algunos la relación familia/escuela es débil (Ortega y Cárcamo, 2018). En contraste, Arguedas et al. (2008) y Lastre et al. (2018) consideran que no hay una clara definición entre la participación de las actividades propuestas y la relación de los padres con la institución.

En consecuencia, el principal reto de los padres frente a la educación formal de sus hijos está proyectado en que terminen los estudios superiores y se hagan profesionales, ya que así evitan repetir patrones generacionales como la deserción escolar (Villarroel y Sánchez, 2002; Contreras y Ramírez, 2009; Díaz et al., 2009). Se evidencia la importancia de la educación en la construcción de futuro, en el alcance de una mejor condición económica y, por ende, en una mejor calidad de vida (Díaz et al., 2009; Tapia y Weiss, 2013; Villarroel y Sánchez, 2002), la cual lleva a los padres a impulsar y apoyar a sus hijos como una meta principal en sus vidas. También es importante dejar que elijan lo que deseen ser, discurso confrontado por Ortega et al. (2014), quienes determinan que el contexto de la ruralidad no facilita esa elección.

En esta línea, lo que refiere a la educación informal, uno de los hallazgos relevantes es el interés de los padres en que sus hijos perpetúen valores, creencias y costumbres, como un insumo valioso en las pautas de crianza que ellos acogieron para la educación (Villarroel y Sánchez, 2002; Suárez, 2008; Méndez et al., 2006; Bustos, 2011). Además, la educación recibida en casa establece las bases educativas para desenvolverse en sociedad; en esta investigación se encontraron formas incluyentes que las familias campesinas han adoptado para ejercer la autoridad.

Vergara (2007), y James y Guzmán (2016) corroboran dichos hallazgos, no obstante, se evidencian algunas prácticas patriarcales y matriarcales en la población rural.

Además, con respecto a las expectativas de las familias frente a la educación formal de sus hijos, se encontró el deseo tanto de los padres como de los hijos de ampliar la malla académica, el fortalecimiento institucional en la parte recreativa, deportiva, juego, las actividades físicas, aprender un idioma extranjero, actividades comunicativas, el uso de la tecnología y las capacidades artísticas como estrategia de motivación y aprendizaje. Estos requerimientos también fueron identificados por Pino et al. (2017); Bustos (2011); Villarroel y Sánchez (2002); Suárez (2008); Vergara (2007), y Bueno y Torres (2018), quienes consideran que la falta de aquellas asignaturas genera una afectación al cuidado y desarrollo de los procesos educativos.

En consecuencia, se evidencia el fruto del sacrificio familiar en el logro de las metas propuestas, en cuanto a la terminación de los estudios académicos. Villarroel y Sánchez (2002); Contreras y Ramírez (2009), y Díaz et al. (2009) explican la importancia de la educación en el futuro de niños, niñas y adolescentes para acceder a la profesionalización. Un hallazgo por parte de las familias es la gran importancia que encuentran en la posibilidad de que sus hijos obtengan doble titulación al terminar su bachillerato; además, se deposita una esperanza en la intervención gubernamental para que se genere una política de intervención acorde a las necesidades de la comunidad, que además esté articulada con los actores sociales y escolares (Pino et al., 2017; Bustos, 2011).

En este sentido, se encuentra que la principal solicitud está relacionada con la educación formal de las familias campesinas, ello da cuenta de las limitaciones económicas que impiden el cumplimiento de las obligaciones escolares. Bueno y Torres (2018); Ames (2012); Villarroel y Sánchez (2002); Díaz et al. (2009), y Lastre et al. (2018), expresan que los requerimientos de las familias rurales tienen directa relación con aspectos de supervivencia, allí, preocupa que en algunos de los casos la mayoría de las afectaciones son psicológicas; además, se interrumpe su camino a la profesionalización. Azaola (2010) contradice esta versión cuando refiere que no todos alcanzan los estudios superiores por los elevados costos. En cuanto a los aspectos relacionados con la escolaridad, los entrevistados resaltan la carencia de medios y aparatos tecnológicos, además de insumos y material didáctico e interactivo en las bibliotecas; tienen el interés de obtener un aprendizaje paralelo al académico que incluya formación técnica o tecnológica (Díaz et al., 2009; Lastre et al., 2018; Azaola, 2010).

Por último, otro descubrimiento en cuanto a sus necesidades académicas es la calidad de la educación. Al respecto, Méndez et al. (2006); Villaroel y Sánchez (2002); Lastre et al. (2018); Ortega y Cárcamo (2018); Ames (2012); Rojas (2007), y Azaola (2010) dan cuenta de la importancia de la educación formal para las familias rurales, donde los estudiantes deben adaptarse a modalidades de aprendizaje conjunto o bien llamado aprendizaje multigrado; para estas familias no es una opción, es la realidad existente. Esto genera que algunas familias analicen la situación como una ventaja para cruzar las fronteras del conocimiento, compartiendo con el único docente y al mismo tiempo con varios compañeros de otros grados dentro de la misma aula.

Otros autores, por el contrario, consideran que esta modalidad es de baja calidad, discurso apoyado por Corvalán (2006), Díaz et al. (2009), quienes refieren que la preparación de algunos docentes es baja o no cuentan con los conocimientos suficientes para el manejo de todos los niveles educativos.

Por último, los padres reconocen las limitaciones que tienen en cuanto a la poca preparación recibida para brindar un mejor acompañamiento en los procesos educativos tanto formales como informales de sus hijos. Lastre et al. (2018) refieren que los escasos estudios realizados por los padres limitan las comprensiones y, por ende, la calidad de ayuda que puedan brindar, quienes a su vez tienen el propósito de mejorar el rol de apoyo, pero consideran que los profesores podrían brindar estrategias para este proceso (Villarroel y Sánchez, 2002; Contreras y Ramírez, 2009). Este hallazgo radica en la necesidad que los padres manifiestan de incluir acompañamiento de profesionales psicosociales, asesorías familiares, talleres de reconocimiento y autoconocimiento del ser humano.

Conclusiones

En respuesta a la pregunta de investigación, se puede decir que los retos de las familias rurales de los municipios de Cómbita y Sotaquirá, frente a la educación formal e informal de sus hijos, radican en el deseo de los padres en brindar apoyo moral y económico hasta donde sea posible, con el fin de que sus hijos terminen sus estudios secundarios y profesionales. Las familias se impulsan por la visión que tienen de la educación como puerta de entrada en la construcción de futuro y la posibilidad de una mejor calidad de vida.

Según esta investigación, se percibe que las familias tienen bases sólidas en cuanto a las capacidades, recursos y herramientas, para desenvolverse en sociedad como buenos profesionales con calidad humana, y competencias que los cualifiquen como voceros de la pujanza campesina. Por otro lado, las expectativas de las familias rurales de dichos municipios son claras frente a la calidad de la educación; estas consideran que si los entes gubernamentales añadieran más docentes con las competencias humanas y profesionales para cubrir la demanda en la educación propuesta, multigrado, sería posible la ampliación de la malla académica que incluya clases lúdico-deportivas, así como la incorporación de la doble titulación o técnica, que les posibilite un mejor acercamiento a la adquisición de competencias laborales, tanto a los que no tengan la posibilidad de dar continuidad a sus estudios superiores como a los que sí la tienen.

Finalmente, las familias participantes en este estudio tienen como principal necesidad el fortalecimiento de la economía, que les ayude a suplir las carencias vitales, así como las responsabilidades académicas de sus hijos, con la posibilidad de acceder a los requerimientos tecnológicos que el contexto de hoy exige y los acerque a una mejor cosmovisión del mundo. Las familias denotan que afianzar la relación familia y escuela es apremiante, ya que garantizará un mejor acompañamiento profesional, que los capacite para cumplir mejor el rol de padres, tanto en la educación formal como informal que brindan a sus hijos