Artículo de investigación

Asociación entre afectos y optimismo en estudiantes del curso de Pedagogía

Relationship between Affection and Optimism in Students of Pedagogy

Associações entre afetos e otimismo em estudantes do curso de pedagogia

Andréia Osti*
Ana Paula Porto Noronha**

* Doctora en Educación de la Universidad Estadual de Campinas. Docente del Instituto de Biociencias de la Universidad Estadual Paulista (Unesp), Departamento de Educación. aosti@rc.unesp.br
** Doctora en Psicología, Ciencia y Profesión de la Pontificia Universidad Católica de Campinas. Docente del programa de posgrado Stricto Sensu en Psicología de la Universidad São Francisco. Bolsista Productividad en Pesquisa do CNPq. ana.noronha@usf.edu.br

Recibido: 25/06/2013 Evaluado: 29/09/2014 -12/10/2014-01/12/2014-15/12/2014


Resumen

Este estudio investiga la asociación entre afectos y optimismo en estudiantes del curso de Pedagogía de una facultad privada de la región metropolitana de Campinas. La muestra estuvo compuesta por 186 estudiantes universitarios, con edades entre 18 y 56 años, siendo 99,5% mujeres, del primer año al último año de graduación en Pedagogía y estudiantes de posgrado en Psicopedagogía. Se aplicaron la Escala de Afectos y Lot-r Brasil (Revised Life Orientation Test Brasil). Entre los resultados, se destaca que fueron mayores los niveles de afectos positivos y que hay diferencias entre los grupos. Los estudiantes de primer año y los que cursan la especialización tenían mayores niveles de optimismo y esperanza. Los estudiantes mayores difieren de aquellos participantes con edades intermedias por ser más realistas y tener menos esperanzas. En cuanto a la asociación entre los constructos, los resultados revelaron una correlación moderada entre el optimismo y los afectos positivos.

Palabras clave: Evaluación psicológica, psicología positiva, formación de profesores.


Abstract

This is a study on the relationship between affection and optimism in students of Pedagogy from a private school in the metropolitan region of Campinas. The sample is comprised of 186 university students aged 18-56. 99.5% out of the total are undergraduate women, from the first to the last year of Pedagogy, and graduate students of Psychology and Pedagogy. The Affection Scales and Revised Life Orientation Test Brasil (LOT-R) were applied. The results of the study showed higher levels of positive affections. They also showed group differences. Optimism and hope levels were higher for freshmen and graduate students. Older students are more realistic and less hopeful than those in middle-range age categories. In terms of the relationship between the constructs, the results showed a moderate correlation between optimism and positive affection.

Keywords: Psychological evaluation, positive psychology, teacher training.


Resumo

Este estudo pesquisa a associação entre afetos e otimismo em estudantes do curso de pedagogia duma faculdade particular da região metropolitana de campinas. A mostra esteve composta por 186 estudantes universitários, com idades entre 18 ate 56 anos, sendo 99,5% mulheres, do primeiro ano ao ultimo ano de graduação em pedagogia e estudantes de pós-graduação em Psicopedagogia aplicaram se a escala de afetos e Lot-r Brasil (Revised Life Orientation Test Brasil). Entre os resultados, destaca-se que foram maiores os níveis de afetos positivos e que tem diferenças entre os grupos. Os estudantes do primeiro ano e os que cursam a especialização tenham maiores níveis de otimismo e de esperança. Os estudantes maiores diferem de aqueles participantes com idades intermédias por ser mais realistas e ter menos esperanças. Em quanto à associação entre os construtos, os resultados revelaram uma correlação moderada entre otimismo e os afetos positivos.

Palavras chave: Avaliação psicológica, psicologia positiva, formação de professores.


La psicología positiva se define como el estudio científico de los afectos positivos de la experiencia humana, especialmente características individuales positivas, instituciones que facilitan su desarrollo y programas que ayudan a mejorar la calidad de vida de las personas, con el propósito de prevenir o reducir la incidencia de psicopatologías. Además, aborda de forma integrada las dimensiones cognitiva, afectiva y social de los individuos (Seligman, 1999).

Ese abordaje exige un ejercicio teórico y metodológico en el sentido de aumentar los fenómenos investigados por la psicología, una propuesta que evidencia los aspectos positivos y saludables del desarrollo. Algunos investigadores, entre ellos Contreras y Esguerra (2006) y Mensurado (2010), sostienen que uno de los caminos de la psicología en los próximos años será dedicar más atención al estudio de los aspectos positivos de la experiencia humana. Una tarea de la psicología positiva es entender y fortalecer aquellos factores que permiten prosperar a los individuos y las comunidades para mejorar la calidad de vida y prevenir patologías. Seligman (2004) y Ferrero y Rico (2010) creen que se pueden cultivar buenas características, de manera que la ciencia de las fuerzas humanas debe ser desenvuelta. Entre los constructos investigados por la psicología positiva, el presente estudio destaca los de afectos y optimismo. Con respecto a los primeros, según Vera y Ferreira (2010) constituyen un factor de gran importancia en el proceso de desarrollo del individuo y en la relación con el otro, pues las relaciones interpersonales permiten que los individuos se delimiten como personas. En este sentido, tomando como referencia la educación formal, es esencial que el profesor también conozca ese aspecto, toda vez que los afectos pueden contribuir a la formación integral de los estudiantes y a la vivencia positiva del aprendizaje (Monteiro, Tavares y Pereira, 2008).

Noriega, Quiñones y Guedea (2005) afirman que estudios recientes han sugerido dos factores dominantes en las experiencias emocionales, frecuentemente tipificados como afecto positivo y afecto negativo. Los afectos positivos (ap) son emociones como la felicidad y la alegría, experimentados en un determinado momento como un estado de entusiasmo. Los afectos negativos (an) corresponden a un estado de distracción que incluye emociones y sentimientos desagradables como tristeza, miedo, ansiedad, depresión, aburrimiento y pesimismo. Los niveles altos de afecto positivo se caracterizan por alta energía, concentración completa y agradable dedicación; el bajo afecto positivo se caracteriza por la tristeza y el letargo. El afecto negativo en niveles altos refleja una variedad de estados de ánimo que incluyen ira, culpa, temor y nerviosismo. El bajo afecto negativo es un estado de calma y serenidad (Alcalá, Camacho, Giner & Ibáñez, 2006).

Los afectos componen el bienestar subjetivo (bes), que a su vez se configura como uno de los pilares de la psicología positiva y trata de explicar cómo y por qué las personas encaran su vida de manera positiva. Las dimensiones del bes son la satisfacción con la vida y los afectos positivos y negativos (Diener, Suh & Oishi, 1997), pero especialmente consta de tres componentes: uno cognitivo y uno emocional, organizado en dos niveles (afectos positivos y negativos), que están relacionados, a pesar de ser distintos (Larsen, 2009).

Para tener acceso al bienestar subjetivo es necesario considerar que cada persona evalúa su propia vida aplicando representaciones, apoyándose en sus expectativas, valores, emociones y experiencias. Esas representaciones, según Diener y Lucas (2000), están organizadas en pensamientos y sentimientos sobre la existencia individual. Parece existir, por lo tanto, una representación mental sobre la vida personal, organizada y almacenada subjetiva-mente (Siqueira & Padovan, 2008). Cuando se estudian los afectos positivos y negativos, no se trata de identificar la presencia continua de sensaciones positivas en toda la vida, pero si se detectan, en su gran mayoría, son vividas de tal modo. Las personas acostumbran a relatar mayores emociones positivas que negativas en su vida. Mientras tanto, estudios han revelado que las personas que tienden a vivir emociones positivas intensas también relatan fuertes experiencias emocionales negativas (Andrews & Robinson, 1991; Diener & Diener, 1996; Diener & Lucas, 2000; Thomas & Diener, 1990; entre otros).

Con relación al optimismo, las personas con estas características son las que esperan que les pasen cosas buenas, en tanto que los pesimistas prevén cosas malas. Desde esta perspectiva, las expectativas son el punto central del optimismo y representan el punto hasta el cual las personas creen que el futuro puede ser bueno o malo. En lo que se refiere a la relación entre bienestar subjetivo y optimismo, los pesimistas manifiestan menos bienestar, mayor tendencia a experimentar sentimientos negativos y más estrés. En otra medida, los optimistas presentan menos hostilidad y depresión, y más satisfacción y felicidad (Scheier y Carver 2001).

Asumiendo la perspectiva del optimismo aprendido, se puede afirmar que las cogniciones optimistas volcadas a objetivos distancian a la persona de los resultados negativos. Según Synder y López (2009) el optimismo aprendido tiene raíces en el ambiente o en el aprendizaje. En ese sentido, los alumnos precisan de profesores que los atiendan y estén disponibles; además, el ambiente de aprendizaje debe tener una atmósfera de apoyo, basada en el apoyo y la confianza. La educación positiva transforma a los estudiantes en profesores que continúan compartiendo con otras personas lo que aprenden. De esa forma, los beneficios del proceso de aprendizaje son retransmitidos a otro gran número de personas.

Con relación al proceso de escolarización, Seligman (2011) afirma que el bienestar mejora el aprendizaje, produce mayor atención y un pensamiento más creativo. Una de las formas como la escuela enseña la perspectiva positiva de los alumnos consiste en enseñarles a pensar de modo más realista y flexible frente a los problemas que se presentan. Se destaca también que tanto el modo de pensar positivo como el negativo son importantes, pero con mucha frecuencia las escuelas resaltan el pensamiento crítico y el seguimiento de reglas en vez del pensamiento creativo y del aprendizaje de cosas nuevas.

Presuponiendo que todo proceso educacional es necesariamente construido en un contexto relacional, se debe tener como preocupación la estrecha articulación entre la formación pedagógica del profesor y la formación de la persona. La educación en la perspectiva positiva considera tres elementos fundamentales: el componente emocional, el cognitivo y el de conducta. En ese sentido, la educación se entiende como un proceso continuo y permanente, potencializado por el desarrollo de la personalidad integral, con sus componentes emocionales y cognitivos, y cuya última finalidad es aumentar el bienestar personal y social (Vañó, 2010). En ese contexto, las relaciones interpersonales son fundamentales. Mientras tanto, estar con otras personas requiere habilidades interpersonales.

Uno de los aspectos fundamentales para establecer relaciones interpersonales es la atribución causal. Las personas realizan atribuciones de causalidad que funcionan como un lenguaje interno y tienen efecto sobre las emociones, el pensamiento, la motivación, el comportamiento y la autoestima (Martín, 2010). Así, se reafirma la necesidad de una toma de conciencia sobre la relación entre afectos y optimismo en el contexto del aula.

La verificación de las diferencias con respecto al optimismo entre edades fue objetivo del estudio de Bernardes y Lima (2005). Participaron dos grupos, uno de preadolescentes y otro de adolescentes, y no se encontraron resultados significativos para las edades. En relación con los afectos, se verificaron diferencias en razón del grupo de edad y de las variables contextuales analizadas. Rocke, Li y Smith (2009), por ejemplo, compararon jóvenes (20 a 30 años) y personas de la tercera edad (70 a 80 años), y los resultados no revelaron diferencias para los niveles medios de afectos positivos y negativos; hubo menor variabilidad para los individuos más ancianos. En la misma dirección, Charles et ál. (2010) no encontraron relaciones entre afectos positivos y edad, aunque entre las mujeres con edades de 63 a 93 años los afectos negativos han declinado.

Una investigación longitudinal en tres cursos de Educación y Pedagogía fue realizada por Rodríguez y Cruz (2009). La muestra estuvo compuesta por un total de 945 alumnos; de ellos se investigó al 80,4% del sexo femenino a lo largo de tres años, por medio de un cuestionario compuesto por palabras que reflejaban valores corporales, intelectuales, afectivos, individuales, estéticos, morales, sociales, ecológicos, instrumentales y religiosos. Los participantes debían expresar el grado de satisfacción, cambiando de muy agradable a muy desagradable, en una escala de 5 puntos. Los valores afectivos alcanzaron las puntuaciones más altas, de modo que los autores enfatizaron la relevancia del estudio de la afectividad en educadores, pues permite mejorar la relación educativa, así como establecer mejores planeamientos de contenidos y planos de enseñanza.

Entre otros análisis, Zanon (2011) investigó las relaciones entre los cinco grandes factores de personalidad (neuroticismo, extroversión, socialización, realización y abertura) y los afectos positivos y negativos en universitarios. Estudiantes determinados y persistentes viven más afectos positivos, aunque también experimentan los negativos. Una posible explicación es que estudiantes más perfeccionistas se sienten más insatisfechos con su desempeño académico y experimentan más sentimientos de incompetencia o frustración que otros estudiantes menos dedicados.

El optimismo entre universitarios fue estudiado por Pérez (2009) y Tavarez y Pereira (2008). Los resultados de la primera investigación revelaron que el optimismo es determinante para la permanencia del alumno en la institución y para la disminución de la evasión. Monteiro et ál. (2008) encontraron una correlación negativa entre el optimismo y la sintomatología psicopatológica, así como correlación positiva entre optimismo y bienestar, y optimismo y rendimiento.

También se investigaron algunos profesores. La evaluación de la bes y de la personalidad fue el objetivo de la investigación de Albuquerque, Lima, Matos y Figueiredo (2011). Los resultados revelaron que neuroticismo y extroversión contribuyen más significativamente para explicar la variabilidad entre los afectos y la satisfacción con la vida. El neuroticismo se refiere a un ajustamiento crónico y a la inestabilidad emocional, es decir, está más presente en aquellos individuos que poseen un padrón emocional asociado a la angustia y al sufrimiento, por ejemplo. En otra medida, la extroversión se relaciona con cuán comunicativas, asertivas y gregarias son las personas.

Viloria, Yáñez y Vañó (2010), al discurrir sobre las aplicaciones educativas del optimismo, consideran que la conducta del profesor puede incidir sobre las atribuciones de éxito y fracaso de los estudiantes. Afirman que estudiantes optimistas tienden a ser más perseverantes y a ver sus proyectos realizados y disfrutar de gratificantes experiencias de éxito en mayor medida que los pesimistas. Los optimistas se estresan menos y enfrentan los problemas de forma más constructiva. Tanto el optimismo como el pesimismo son, en gran medida, padrones de pensamiento aprendido y, por lo tanto, modificable.

El presente estudio se destinó a analizar asociaciones entre afectos positivos y negativos y optimismo. Partiendo de una perspectiva positiva, se considera relevante estudiar esos constructos en estudiantes universitarios y profesores, pues los resultados pueden evidenciar la necesidad de reflexión sobre las condiciones de trabajo y enseñanza del profesor/estudiante.

Método

Participantes

Los participantes de este estudio fueron 186 estudiantes del curso de Pedagogía de una facultad privada de la región metropolitana de Campinas, en São Paulo. De ellos, 47 (25,3%) cursaban el primer año, 65 (34,9%) el segundo año, 42 (22,6%) el tercer año y 32 (17,2%) la especialización en Psicopedagogía. Los últimos actúan como profesores en escuelas privadas y municipales de enseñanza fundamental. Las edades varían entre 18 y 56 años (M = 30; DP = 8,426). La mayoría era de sexo femenino (99,5%), lo que inviabilizó el análisis de diferencia entre los sexos.

Instrumentos

Se utilizaron la Escala de afectos y el LOT-R Brasil [Revised Life Orientation Test Brasil], que se describen a continuación.

Escala de afectos (EAZ)

La Escala de afectos Zanon – EAZ (Zanon, 2011) se elaboró en forma de enunciados que evalúan afectos positivos y negativos. Consta de una escala tipo Likert de 5 puntos, que van desde "nada que ver con usted" (1 punto) a "todo que ver con usted" (5 puntos). Cuanto más cercano a 5, el ítem describe más al participante; cuanto más cercano a 1, menos lo describe. La escala está compuesta por 20 afirmaciones, 10 referentes a una subescala de afectos positivos y 10 a una de afectos negativos, que describen sentimientos y emociones pasadas y presentes, por ejemplo: "Soy apasionado por algunas cosas que hago". El instrumento es autoaplicable, apenas se necesita la hoja de respuestas, que contiene la descripción de los ítems. Las evidencias de validez se buscaron por medio de las correlaciones entre la EAZ y la Positive and Negative Affect Schedule (Panas). Se observaron índices altos de correlación entre los afectos positivos (0,73) y los negativos (0,74), lo que indica que las subescalas de EAZ miden el mismo constructo que las subescalas de Panas. También se realizaron estudios de precisión y se obtuvieron coeficientes excelentes.

LOT-R Brasil – Revised Life Orientation Test Brasil

El LOT (Scheier & Carver, 1985, 1992) busca medir el constructo de orientación de vida, referente a la manera como las personas perciben su vida con relación a eventos futuros, de forma más optimista o menos optimista. El procedimiento de traducción y adaptación de LOT-R, así como los estudios psicométricos, fueron realizados por Bastianello (2011). Participaron dos traductores: el primero pasó del inglés al portugués y el segundo, realizó la traducción inversa, sin acceso a la versión original del test. Después de concluir que la traducción era adecuada y el test estaba listo para ser administrado, se aplicó en una muestra piloto de 15 estudiantes universitarios.

Enseguida, se investigó la validez por medio del análisis de la estructura interna. Se observó una estructura unifactorial, tal como se previó teóricamente, que explicó cerca del 48% de la variancia total. Con relación a la confiabilidad, el instrumento presentó consistencia interna satisfactoria (α = 0,82).

Procedimiento

Después de la aprobación del proyecto por el Comité de Ética en Investigación de una institución de enseñanza superior, los participantes fueron invitados a colaborar con la investigación. El estudio fue iniciado después de firmar los términos de consentimiento libre y aclarado. La aplicación de los tests la realizó de forma colectiva en el aula una de las investigadoras. Los instrumentos se aplicaron en el siguiente orden: Escala de Afectos y lot. La aplicación de todos los instrumentos duró aproximadamente 50 minutos. Los estudiantes fueron informados sobre la finalidad de la investigación y los objetivos de los tests.

Resultados y discusión

Con la finalidad de atender los objetivos propuestos, se realizaron análisis descriptivos e inferenciales. En la tabla 1 se informa sobre las estadísticas descriptivas (media y desvío padrón) de la Escala de afectos y del LOT-R Brasil.

Los hallazgos permiten comprender que los participantes experimentan más afectos positivos que negativos, tal como previeron teóricamente Diener & Diener (1996) y Thomas & Diener (1990). De acuerdo con estos autores, se desea que las personas vivan más emociones como la felicidad y alegría, aunque los sentimientos de malestar también son esperados.

A este respecto, cabe destacar que la capacidad de sentir emociones positivas, de percibir sentido en la vida, alcanzar objetivos profesionales y mantener buenas relaciones son actitudes que interfieren en el bienestar. Según Snyder y López (2009) el vínculo adulto seguro se caracteriza por baja evitación y ansiedad relacionadas con el vínculo, e implica un confort con la proximidad emocional. Sentirse seguro en el vínculo que se tiene con otros adultos importantes para el individuo trae varios beneficios.

En lo que se refiere al optimismo, los niveles fueron mayores que los del pesimismo. Así, se puede suponer que los estudiantes tienen expectativas favorables de que sucedan cosas buenas en sus vidas (Scheier, Carver & Bridges, 2001). En la tabla 2 se presentan los datos del análisis de variancia para la comparación de medias entre las edades.

Para la comparación entre edades, los participantes fueron organizados en tres grupos, de acuerdo con los cuartiles. El primero quedó compuesto por aquellos con hasta 22 años. En el grupo intermedio quedaron aquellos con edades entre 23 y 37 años y, finalmente, en el último grupo, los de 38 años o más. Los resultados indicaron diferencias significativas para el pesimismo. Con el fin de comprender cómo se agrupan las edades, se realizó la prueba de Tukey (tabla 3).

Como se muestra en la tabla 3, se formaron dos conjuntos. Los más viejos se diferenciaron significativamente de aquellos participantes con edades intermedias. Así, los resultados parecen sugerir que el pesimismo es mayor en las personas de más edad.

De acuerdo con Seligman (2011), las personas más optimistas tienen actitudes de estilos de vida más saludables. Las personas con alto grado de satisfacción con la vida tienen mayor probabilidad de cuidar de la alimentación y de la salud. La persona optimista hace atribuciones externas, variables y específicas para eventos con carácter de fracaso, en lugar de las atribuciones internas, estables y globales del pesimista. Los optimistas tienden a utilizar estrategias de aceptación, buen humor e interpretación positiva. Los pesimistas tienden a utilizar la negación de la realidad, y la desvinculación de los objetivos que persiguen, y se ven comprometidos por la presencia de situaciones estresantes o por las dificultades (Viloria, Yáñez, Vañó, 2010). Los hallazgos de Bernardes y Lima (2005) y Rocke, Li y Smith (2009) no revelaron diferencias entre edades en cuanto al optimismo y los afectos, respectivamente, lo que es parcialmente consistente con los presentes resultados.

A continuación se presenta la correlación entre los instrumentos. Para ello, se utilizó la correlación de Pearson. Los resultados están disponibles en la tabla 4.

Los resultados revelaron correlación moderada entre optimismo y afectos positivos, y baja y negativa con afectos negativos, a pesar de que los aspectos comunes hayan sido próximos (r = 0,40 e r = 0,34, respectivamente). En lo que se refiere al pesimismo, los coeficientes fueron bajos y, en el caso del afecto positivo, negativo.

Consideraciones finales

Esta investigación buscó verificar la asociación entre afectos y optimismo en un grupo de estudiantes del curso de Pedagogía. Se aplicaron la Escala de afectos, que evalúa los afectos positivos y negativos, y el LOTR Brasil, que evalúa la manera como las personas perciben su vida con relación a los eventos futuros, de forma más optimista o menos optimista.

Se considera fundamental comprender los afectos vividos por estudiantes del curso de Pedagogía, pues se cree que ellos desempeñan un papel esencial en la vida de esos futuros educadores.

Se puede deducir a partir de los resultados que los afectos pueden ser factor de influencia para la relación educativa, así como para la motivación del profesor en su planificación de las clases.

Los resultados encontrados permiten afirmar que los participantes experimentan más afectos positivos que negativos, tal como se previó teóricamente (Diener & Diener, 1996; Thomas & Diener, 1990). Con relación al optimismo, hubo diferencia marginalmente significativa, de modo que los grados parecen comportarse de formas diferentes. Los estudiantes del primer año y los que cursan especialización en Psicopedagogía presentaron mayor índice de esperanza.

Los datos permiten evidenciar que los alumnos que ingresan tienen más esperanza porque vislumbran mayores posibilidades de realización profesional. Ese sentimiento también es compartido por los alumnos graduados que vuelven a estudiar buscando una especialización y creen que esa cualificación posibilitará un cambio profesional. En contrapartida, los de más edad presentan promedios menores. Ese dato sugiere que los más jóvenes nutren muchas esperanzas con relación al futuro porque viven más afectos y sensaciones positivas, en consecuencia no solo de la edad y la serie, sino con relación al momento en que viven –la juventud– y en virtud de la poca (o nula) experiencia profesional y personal (Noriega, Quiñones & Guedea, 2005).

En otra medida, los de más edad son más realistas y tienen menos esperanza por poseer una mayor vivencia tanto profesional como personal.

Con relación a los afectos, los más jóvenes revelaron mayor frecuencia de afectos positivos mientras que los de más edad presentaron promedios menores. Esa diferencia se puede explicar mediante la psicología positiva, por el hecho de que los afectos se construyen y apoyan en las emociones, experiencias de vida y expectativas de los individuos (Noriega, Quiñones & Guedea, 2005; Pérez, 2009). En ese sentido, los más ancianos presentan promedios menores porque conocen más el contexto institucional y el rol docente. Sin embargo, también desarrollaron, a lo largo de su propia experiencia, un conjunto de esquemas cognitivos que les aseguran una tendencia a ser más estables y flexibles frente a los problemas y circunstancias de la vida, lo que puede asegurarles una mejor estructura emocional para hacer frente a los problemas de la profesión, aun siendo pesimistas.

Con respecto a las limitaciones de este estudio, ellas están relacionadas con la ausencia de análisis entre los sexos, una vez que la muestra fue predominantemente femenina y fue imposible verificar la existencia de diferencias significativas para diferenciar los grupos.

Esta investigación permite resaltar y situar la educación y los procesos de enseñanza en un contexto necesariamente relacional. Se destaca la importancia de investigaciones en el área de la psicología positiva, específicamente con relación al contexto escolar para que se pueda comprender mejor los factores que intervienen tanto en la práctica del profesor, como en su motivación para el trabajo y la relación con su grupo de alumnos. Se cree que nuevas investigaciones que enfoquen el análisis de los afectos positivos y negativos y el optimismo en estudiantes de Pedagogía y demás licenciaturas, como en profesores efectivos, puedan explicar mejor la relación entre los afectos, el optimismo y la esperanza de esos profesionales y la implicación de tales constructos para su práctica pedagógica.


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