EXPERIENCIAS
Hacia la intervención pedagógica de las prácticas delincuenciales que generan violencia en contextos urbanos
A To the pedagogical intervention of the criminal practices that generate violence in urban context
Héctor Alejandro López Joya *
Nikolai Alexander Narváez Caballero **
* Licenciado en Humanidades y Lengua Castellana. Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Estudiante de la Maestría en Estudios Culturales de la Pontificia Universidad Javeriana. Investigador Grupo Proceder: estudios interdisciplinarios sobre seguridad, delincuencia y justicia. Facultad de Derecho. Fundación Universidad Autónoma de Colombia. alejandrolopez@profesores.com
** Diseñador Industrial. Fundación Universidad Autónoma de Colombia. Candidato a Magíster en Diseño Industrial. Escuela de Arquitectura y Diseño de América Latina y del Caribe. ISTHMUS. Investigador Grupo Proceder: estudios interdisciplinarios sobre seguridad, delincuencia y justicia. Facultad de Derecho. Fundación Universidad Autónoma de Colombia. info@diniko.com
Texto recibido el 30 de septiembre, evaluado el 20 de octubre y arbitrado el 26 de noviembre de 2009.
Resumen
El presente documento hace manifiesta una nueva opción metodológica para el tratamiento de prácticas delincuenciales en entornos urbanos. Muestra la experiencia que ha llevado el Grupo Proceder: estudios interdisciplinarios sobre seguridad, delincuencia y justicia —de la Facultad de Derecho de la Fundación Universidad Autónoma de Colombia— en torno al trabajo adelantado en distintas localidades de la cuidad de Bogotá, (Colombia). Dicha experiencia se ha desarrollado a través de mecanismos que proponen complementar a la pedagogía con el diseño industrial en la producción de lúdicas para la descripción e interpretación de las problemáticas de violencia y delincuencia en contextos locales. Lo anterior bajo una metodología de descripción y re-descripción asentada en los trabajos del filósofo norteamericano Richard Rorty, lo que ha facilitado el diseño de una estrategia para la intervención y la prevención de la delincuencia, susceptible de ser aplicada en diferentes contextos atendiendo a sus necesidades, incluso, a las posibilidades de la comunidad.
Palabras clave: Educación popular, diseño industrial, didáctica, interface, marketing, descripción, redescripción, violencia, delincuencia.
Abstract
This text shows a new methodology for the study of delinquency in urban sets. It is an example of the experience of the research group PROCEDER: interdisciplinary studies on security, delinquency and justice. The group is sponsored by the Universidad Autónoma de Colombia Faculty of Law and has worked in the different city neighborhoods of Bogotá, Colombia. This experience has been developed combining pedagogy with an industrial design to develop ludic approaches for the description of delinquency problems. A description and re-description methodology proposed by Richard Rorty has been carried out. This fact has provided the possibility for the methodology to be applied in different contexts, in response to community needs.
Keywords: Popular education, industrial design, didactic, interface, marketing, description, re-description, violence, delinquency.
Introducción
En los contextos urbanos son diversos los factores que fomentan una serie de problemáticas delincuenciales, a saber: el desempleo, el hambre, la desigualdad y, en general, las necesidades básicas insatisfechas. Ante dichas problemáticas, los entes gubernamentales a nivel tanto local como nacional, aplican políticas que si bien tienden a reducir y a detener el crecimiento de los índices de inseguridad, en la práctica, proveen una simple dilación a la solución de tales necesidades básicas. Los comedores comunitarios o el programa familias en acción constituyen unas de esas iniciativas que terminan en muchos casos por estancarse en una forma de asistencialismo, toda vez que generan más co-dependencia que autonomía en la población beneficiaria. (Dower, 1995).
El problema del asistencialismo, que parece ser inherente a las políticas no represivas de seguridad, facilita algunos referentes que permiten orientar el diseño de otro tipo de mecanismos de solución a estos problemas, consistentes en desestimar la vía delincuencial como un proyecto de vida para quienes se encuentran expuestos a los factores de riesgo referidos. Esta propuesta no pretende criticar ni negar el valor de las opciones hasta el momento aplicadas, sino plantear una alternativa que tenga como interés el implementar acciones que hagan frente a la delincuencia, sin recurrir a mecanismos meramente policivos y coercitivos.
Este artículo pretende reivindicar el papel de la educación popular como opción pedagógica y didáctica para la transformación social, para lo cual se optó por definir una manera de complementar a la pedagogía que desarrolla una praxis de intervención con el diseño Industrial, diseñando espacios y servicios lúdicos para la descripción e interpretación de las problemáticas de violencia y delincuencia en contextos urbanos donde se encuentra una concentración significativa de población desescolarizada.
La presente aplicación de las estrategias lúdico-didácticas para la intervención y la prevención de la delincuencia en contextos urbanos se adelantó en la localidad de San Cristóbal, ubicada en el oriente de Bogotá. Para esta localidad se estimó en 2007 una población de 413.330 habitantes, lo cual representa el 5.9% de la población total de Bogotá. Según las proyecciones, en 2007, el 40.62% de los habitantes de la Localidad se encontraban afiliados al régimen subsidiado de salud, lo que representa el 10.04% de la población afiliada en la ciudad, indicador significativo en términos de pobreza de acuerdo con la clasificación del SISBEN (Censo Nacional 2005. Secretaría de Salud Distrital, 2007).
Según datos del Centro de Estudio y Análisis en Convivencia y Seguridad Ciudadana, en 2007, la Localidad registró una tasa de 19.11 homicidios por cada 100.000 habitantes que equivale al 5.64% de los homicidios de la ciudad. Estos datos justifican la necesidad de investigar el impacto de los fenómenos de pobreza y delincuencia sobre los usuarios de un entorno urbano, así como la de desarrollar e implementar estrategias de solución integradas que permitan operar un cambio en la percepción y el subsecuente aprovechamiento de las oportunidades que son inherentes a la comunidad, reconstruyendo así las capacidades para resolver de manera creativa los conflictos sociales.
El acercamiento con algunas comunidades que registran necesidades básicas insatisfechas de la Localidad de San Cristóbal fue adelantado por el Grupo Proceder: estudios interdisciplinarios sobre seguridad, delincuencia y justicia de la Facultad de Derecho de la Fundación Universidad Autónoma de Colombia, cuyos investigadores contactaron a los representantes de las siete organizaciones comunitarias de base que conforman la Unión Temporal de Comedores Comunitarios para la Inclusión Social -Utecis-, la cual reportó aglutinar el 21.2% del total de los comedores de dicha localidad, atendiendo diariamente a 1910 personas, 843 familias, en situación de vulnerabilidad, lo que constituía el 17.5% del total de los cupos de comedores comunitarios dispuestos por el distrito capital para la Localidad durante 2007.
En San Cristóbal se emprendieron una serie de ejercicios que tenían como objetivo proporcionar posibilidades para la percepción y el aprovechamiento de sus oportunidades productivas a las organizaciones comunitarias líderes de dicho sector. Así, se llegó a constatar que una propuesta de intervención pedagógica articulada con una metodología de investigación etnográfica y participativa facilita el diseño de una estrategia para la intervención y la prevención de la delincuencia en entornos urbanos, susceptible de ser aplicada en diferentes contextos, atendiendo a las necesidades y las posibilidades de la comunidad.
Conceptualización de la intervención
Para implementar una posible estrategia pedagógica para la intervención y la prevención de la delincuencia en contextos urbanos, se requiere reconstruir tanto los problemas relativos a las estructuras, instituciones y relaciones económicas de una sociedad, como las situaciones que encierran a gran escala cada uno de los problemas referidos, en aras de buscar mecanismos susceptibles de ser implementados por una comunidad, que sean acordes a sus necesidades y a sus capacidades.
En este sentido, se constata la utilidad de fortalecer en las comunidades los sentimientos de solidaridad y de re-describir sus prácticas de crueldad con el fin de adelantar la prevención y la intervención de la delincuencia, lo cual, desde Richard Rorty (1991), se logra cuando se considera que aquel con el que expresamos ser solidarios es "uno de nosotros". En consecuencia, sólo se muestra solidaridad cuando consideramos al otro no como uno de "ellos", sino en tanto "gente como nosotros", es decir, como personas que comparten nuestras creencias y prácticas sociales.
Partiendo de lo anterior, el trabajo de campo debe llegar a identificar y caracterizar las estrategias de acción emprendidas por algunas comunidades y las correlativas formas de solidaridad que son adelantadas desde las mismas para hacer contra a las prácticas delincuenciales que generan violencia, tales como el hurto o las riñas, para que así, posteriormente, se logre diseñar e implementar una serie de modelos pedagógicos que contribuyan, desde la lúdica y la didáctica, a su prevención e intervención.
Nótese cómo, desde Rorty (1991), se ha tendido a identificar a las prácticas violentas y delincuenciales con la crueldad, en la medida que semejantes prácticas causan dolor y sufrimiento, disminuyendo así la capacidad que quien las padece tiene de relacionarse con sí mismo, con los otros y con su entorno. El empleo de éstas herramientas y espacios resulta pertinente por cuanto se busca apelar a la sensibilidad del "nosotros" para lograr que los lazos de solidaridad que unen a sus miembros se amplíen hasta el "ellos", lo cual sólo se logra mediante la identificación imaginativa de lo que tienen en común, a saber: la capacidad de sentir. Entonces, esta metodología de la descripción y la re-descripción aplicada a la prevención e intervención de la delincuencia en entornos urbanos, muestra que cualquier actor social tiene la posibilidad de ver un "nosotros" en un habitante que comparte y sufre similares percances y tiene necesidades parecidas.
Hacia un enfoque preventivo a través de prácticas pedagógicas
La labor pedagógica juega un papel fundamental cuando se trata de la descripción y la redescripción de las prácticas y las creencias de los individuos y las comunidades. Ésta facilita los procesos de enseñanza y de aprendizaje requeridos para desarrollar las competencias necesarias para la utilización de los mecanismos que propicien la oportunidad de participación y formación de ciudadanos y ciudadanas en condiciones de aportar a la mejora de su comunidad, su localidad y, sobre todo, a la de los aparatos normativos y estatales.
Estas competencias ciudadanas sólo se desarrollan mediante su ejercicio y consisten en una serie de capacidades de lenguaje y acción que habilitan a los ciudadanos y ciudadanas para utilizar las herramientas éticas y legales que les permitan tanto comprender la importancia de reconocer y fomentar unas mínimas exigencias morales que constituyen una de las condiciones de posibilidad de la vida en sociedad, como para coordinar sus actuaciones en dicho contexto (Habermas, 1987). Por ende, semejantes competencias no se aprehenden; se comprenden y asimilan mientras se ejercitan, al punto tal que configuran un hábito de acción, un ethos o manera de ser y forma de actuar que, conjugados, determinan la pertenencia del ciudadano a un entorno.
Así, el diseño de la propuesta pedagógica se debe estructurar bajo una adecuada observación y caracterización de la población y los resultados diagnósticos, para no caer en el error de pretender adecuar a la población a cierta metodología pedagógica, lo que generaría, seguramente, resultados erróneos. De igual manera, es imperante que el diseño metodológico y didáctico se adapte a las necesidades de la comunidad que se requiera fortalecer, de modo tal que la misma pueda, autónomamente, responderse el por qué y el para qué se realizan semejantes actividades.
La experiencia aquí expuesta pretende adaptarse al modelo de la educación popular en Latinoamérica, entendido como estrategia para la consolidación de espacios alternativos empleados en la resolución de conflictos referentes a la atención de necesidades básicas insatisfechas, pues, como se señaló con anterioridad, semejantes conflictos se constituyen como factor que fomenta las prácticas delincuenciales que generan violencia.
La educación popular ha sido criticada desde una perspectiva donde la práctica educativa sólo es legítima en un ámbito escolar que forma individuos con mínimos de competencias, cuando sus detractores la presentan como un proyecto para el fomento de ideologías o políticas en búsqueda de reconocimiento, y le niegan su característica educativa, en vista de que, para estos, únicamente se centra en pautas didácticas guiadas hacia el cómo llegar a la gente y modificar ideologías, principalmente políticas y económicas, aportando un mínimo de beneficio social y cultural para la comunidad (Gutiérrez, 1995).
Quienes adoptan una postura conservadora para criticar la educación popular parecen suponer que, al momento de acceder a la educación, "... se limita a una edad humana determinada: hay una época para educarse y otra diferente para producir."(Gutiérrez, 1995: 89). Las anteriores posturas, por su sesgo academicista, convidan a buscar modelos de educación en donde el sujeto pueda participar en la construcción de mundo desde su experiencia y sus necesidades.
Es así como se procedió a diseñar una estrategia pedagógica que, inspirada en los planteamientos de la educación popular, trabaje por el mejoramiento de problemáticas sociales y urbanas que afectan el desarrollo individual y comunitario, junto con una didáctica que proporciona herramientas prácticas y pertinentes para la resolución de conflictos, el trabajo colectivo, el comunitarismo, el cooperativismo y la solidaridad, herramienta que será producida con la participación de los mismos beneficiarios.
La educación popular -desde sus inicios en Latinoamérica con Paulo Freire, Henry Giroux o la escuela nueva- ha estado enfocada en procurar contribuir con el mejoramiento de la calidad de vida de los sectores populares y menos favorecidos; ha procurado dar respuesta a problemas relativos a algunos contextos locales latinoamericanos donde proliferan las desigualdades sociales y económicas.
Dichos propósitos son alcanzables, únicamente, si se parte de la realidad histórica de una comunidad, si se analiza y se vuelve a ella para transformarla. Lo anterior, en términos rortyanos, se origina en la tensión entre la descripción y la re-descripción de los juegos del lenguaje, donde en primer momento son presentados e interpretados en un contexto determinado, de manera tal que logren establecerse sus pro y sus contra, posibilitando así la emergencia de nuevos juegos del lenguaje que proporcionen herramientas más útiles para el afrontamiento de la realidad en la que los miembros de una comunidad se desenvuelven.
La didáctica dentro de la pedagogía popular, si bien es fundamental, debe estar soportada sobre un juicio crítico diferente al de los fines de la "politización", entendiendo que aquella, por sí sola, no promulga una guía clara y una base argumentativa propia de la comunidad que en términos generales se entendería como el proyecto pedagógico, es decir, como el por qué y el hacia dónde de la educación popular (Lucio, 1996). Por ende, resulta imposible "... separar a la didáctica del pensamiento pedagógico, convirtiéndola en una serie de recetas eficientes pero carentes de norte" (Lucio, 1996: 45), y se hace imperativo dejar de lado el prejuicio de la educación popular como una apuesta anarquista para asumirla como una conjunción entre dos cuestiones, a saber: el aprovechamiento del aparato normativo e institucional del Estado para la realización de los fines de superación real de desigualdades económicas y sociales.
La clave es buscar esa reflexión pedagógica que dice requerirse para completar dicho proyecto. En primer lugar, es necesario entender y comprender la diferencia existente entre lo pedagógico y lo didáctico: cuando se habla de pedagogía, se debe pensar inmediatamente en la reflexión hacia el hombre, principalmente hacia el que se quiere formar en sociedad, por lo mismo, la pedagogía se entiende como el saber que orienta la labor, el saber del cómo se educa y cómo es el hombre que se quiere formar, cuáles son sus necesidades y cuál es su contexto inmediato (Gutiérrez, 1995).
Por su parte, la didáctica es la ciencia de la enseñanza que se concretiza en el campo, en el centro de interacción: orienta los métodos, las estrategias y la forma de accionar de la enseñanza para su eficiencia. Así, resuelve la pregunta al cómo enseñar y por tanto al cómo se aprende. En términos generales, o por lo menos en los que competen al presente texto, se está hablando de la relación entre pedagogía y didáctica como la relación existente entre la reflexión y la acción, en este punto, la didáctica sin pedagogía se convierte en la mera herramienta para enseñar de la manera más comprensible (Lucio, 1996).
Dado lo anterior, es pertinente señalar que la aparición simultánea de la pedagogía y la didáctica en la educación popular, permite una formación en conocimiento y, al mismo tiempo, en práctica contextualizada, que inmediatamente conlleva a un auto-reconocimiento y a una auto-resolución de necesidades básicas insatisfechas para el individuo y su colectividad.
Búsqueda de equidad en la distribución de beneficios
Para desarrollar herramientas en un proceso investigativo donde uno de los objetivos claros consiste en re-afirmar los lazos o círculos de solidaridad y re-describir las formas de crueldad que operan dentro de una comunidad, es pertinente hacer uso de la figura de descripción de los escenarios donde se tejen los léxicos comunes. Con el fin de obtener este logro, es determinante realizar un trabajo conjunto con los actores y con la misma comunidad, donde se configuren espacios de exposición y de discusión en los cuales sean evidenciadas las fortalezas y debilidades en materia de seguridad.
En este sentido, dichas herramientas deben ser diseñadas atendiendo a los parámetros que proporcionan la pedagogía y la didáctica, de manera tal, que al momento en que el individuo interactué con éstas, satisfagan y giren alrededor de conceptos de forma, estructura, comunicación visual y estética, economía, diferenciación de mercados y políticas gubernamentales, que en su transmisión y asimilación de unos contenidos informativos, estén actualizadas con tecnologías que vayan a la vanguardia y acorde a las necesidades y posibilidades de una comunidad competitiva.
Se parte de la idea de que dichas dinámicas o herramientas pedagógicas se podrán reproducir en cualquier contexto y, más aún, donde son evidentes los bajos niveles de escolaridad y en donde los procesos socioeconómicos no son los mejores. En este punto, se hace viable retomar la adaptación a lo que se impone en el marketing en cuanto al asunto formativo se refiere, entendiendo lo anterior desde el intercambio entre dos partes de modo que ambas resulten beneficiadas, colaborando con la consecución de sus respectivos objetivos para así satisfacer las necesidades y deseos de las partes. Tal proceso es pertinente, ya que en el presente caso se hace uso de un conjunto de herramientas encaminadas a diseñar estrategias, establecer parámetros, elegir canales de expresión y determinar las diferentes técnicas de comunicación.
Ahora bien, se retoman las herramientas para la difusión de elementos traídos tanto de la publicidad, la interactividad y los productos contemporáneos, con el fin de que la información y las tácticas producidas desde aquí, sean entendidas por léxicos particulares, obteniendo de esta manera una efectiva compresión y, mejor aún, una masificación del conocimiento y de los recursos presentes en la comunidad.
Entonces, se busca diseñar una estrategia pedagógica para la prevención e intervención de la delincuencia, replicable en otros escenarios de la ciudad y en otras problemáticas distintas a la delincuencial, donde se promueva una optimización de las prácticas de la comunidad, se proyecten las estrategias para el desarrollo comunitario, se mantenga un continuo proceso de aprendizaje, se describa en profundidad los acontecimientos que la afectan para su respectiva comprensión y se establezcan competencias comunes de lenguaje, aportando así a la creación y al intercambio del conocimiento. Tal pretexto permitirá a la comunidad lograr una socialización sistemática de sus principales problemáticas, en la cual sus individuos e instituciones participen de manera directa en el análisis y en la definición de las acciones orientadas a resolverlos.
Para llegar a tales proyecciones es evidente la necesidad de la intervención de componentes didácticos y pedagógicos, ya que es aquí donde se apunta a formar y a estructurar conocimientos disciplinares que exploren sistemáticamente soluciones para los problemas del entorno y participen, de manera concurrente,1 en el desarrollo de la comunidad; igualmente, y con el fin de adelantar tal proceso de diseño estratégico, se hace necesario buscar instrumentos o espacios amenos, divertidos, sustentados en los elementos comunes de los diferentes juegos de lenguaje que se encuentran en la comunidad, para así animar a los procesos de enseñanza-aprendizaje vinculados con las habilidades de los actores.
Modelo para la intervención
Entonces, para desarrollar e implementar una estrategia pedagógica encaminada a la prevención y a la intervención de la delincuencia en contextos urbanos, es pertinente trabajar de manera interdisciplinar, construyendo sistemáticamente y en forma simultánea, estrategias y procesos que abran nuevos espacios y herramientas los cuales proporcionen un valor agregado tanto para las comunidades académicas, gubernamentales y no gubernamentales, como para el ciudadano o ciudadana del común.
Por ello es preciso expresar de manera creativa y asertiva los contenidos informáticos que se desean transmitir a una comunidad determinada y, en este sentido, Proceder optó por utilizar el concepto de interface. Se debe tener en cuenta que una interface no constituye un objeto, sino un espacio de interacción entre el cuerpo humano, la herramienta (entendida como utensilio o como artefacto comunicativo) y la operación o acción que se pretende ejecutar (Bonsiepe, 1999).
Esta interface de aplicación eminentemente pedagógica, hace las veces de un espacio de formación interactiva, dimensionado por una serie de dispositivos de enseñanza-aprendizaje que, al ser desplegados, logran articular formal, estructural y estéticamente los contenidos informáticos a transmitir con las demandas cognitivas de la comunidad y con las necesidades narrativas del expositor. Así se integran en una interface una serie de contenidos informativos con estímulos que facilitan su trasmisión, configurando un artefacto que además sirve para explorar nuevas maneras de acercar a la educación a entornos informales.
Los espacios de formación interactiva semejantes, deben contener los elementos propios del lenguaje que se va a emplear (lenguaje en el sentido más amplio, que comprende no sólo a la palabra, sino a las imágenes, los gestos, los tonos, los colores y las prácticas sociales) y ser propicios para identificar necesidades sentidas por la comunidad, para así lograr la respectiva sensibilización e interpretación de las posibilidades de acción de una comunidad.
Experiencia en la metodología de descripción
Dichos procesos de descripción se adelantaron por el Grupo Proceder en la Localidad San Cristóbal gracias al apoyo y al conocimiento que tienen los líderes comunitarios, así como también a los funcionarios y las funcionarias de la Secretaría de Gobierno del Distrito y la Subsecretaría de Convivencia y Seguridad Ciudadana, que han contribuido a la consecución de los objetivos misionales del Grupo.
En la experiencia de Proceder en la localidad de San Cristóbal del Distrito Capital de Colombia, se procuró socializar un trabajo de diagnóstico realizado por el Grupo que se basó en insumos proporcionados por el Centro de Estudio y Análisis de Convivencia y Seguridad Ciudadana Ceacsc, tales como estadísticas y mapas donde se representaba la problemática en la localidad, que a la postre sirvió de pretexto para adelantar el acercamiento hacia la interpretación que la comunidad tenía de la problemática de seguridad.
Los insumos proporcionados por el Ceacsc se incluyeron en una interface que poseía los dispositivos para facilitar la interacción de los usuarios con la información, los cuales fueron configurados atendiendo a parámetros ergonómicos como el color, la figura o la ubicación de una determinada función. Dichas funciones fueron construidas respondiendo a los núcleos informativos tratados con la comunidad. Este proceso de descripción mediante la aplicación de la interface, evidenció resultados que no se manifiestan en ninguna otra de las fuentes consultadas sobre la problemática de seguridad, quizás porque dicho utensilio facilitó que los actores de la comunidad se vincularan con la presentación de la información.
Así se observa la forma y la utilidad de un proceso de descripción de problemáticas delincuenciales adelantado con la ayuda de una interface, ya que a partir de los saberes locales se pueden definir, diagnosticar y generar nuevos mecanismos de solución a problemas donde medie el conocimiento de su respectiva causa, puesto que tales actores son quienes los vivencian directamente y algunos de ellos pueden llegar a conocer su respectiva génesis.
Al implementar semejante herramienta se suscitó un intercambio de experiencias a través de la proyección de mapas donde se referencian las diferentes practicas delincuenciales prevalentes en la localidad, a saber, homicidio, hurto agravado y lesiones personales, de manera tal que se resaltaba la concentración de estas prácticas en determinadas zonas. Fue en esta actividad que se llegó al intercambio de los saberes de los investigadores y de los líderes de la comunidad.
Se trató de lograr así una ubicación en una realidad que está en constante cambio y que exige que el ciudadano no sólo sea espectador sino actor de esta última, y que en cuanto tal proporcione a la comunidad pretextos que faciliten el acercamiento de las comunidades a los avances de la ciencia y la tecnología aplicados para ampliar las oportunidades con las que cuentan.
Para concluir, es imperativo destacar el carácter interdisciplinar del presente escrito, cuya intención ha sido mostrar una forma de conjugar a la pedagogía con el diseño industrial en un intento de renovar la concepción tradicional de la educación popular. Se pretende que la pedagogía popular no se conciba al margen de saberes externos que pueden enriquecerla. El intento de inmunizar a la educación popular frente a los avances tecnológicos y estéticos que se materializan en una disciplina como el diseño industrial, es el principal factor que la ha sumido en una suerte de inercia pragmática y epistemológica, que en el léxico rortyano puede ser una forma de crueldad en la que incurre dicha propuesta educativa, ya que se privaría a sí misma de las riquezas que representa otro lenguaje.
En consecuencia, la educación popular debe plantearse nuevos retos, de manera tal que no se piense a través de procesos sacados de la ficción o en el marco de regímenes que pretendan adoctrinar a unos sujetos. Dicho proyecto ha de partir de la realidad, de los problemas contemporáneos de los sujetos, de la política en la que están inmersos, no puede desligarse de sus prácticas reales y tiene que procurar significar la identidad del ser humano, no con el sometimiento o la simple aceptación, sino valiéndose del empoderamiento cívico que faculte al individuo para construir propuestas que favorezcan sus condiciones.
La educación popular, a lo largo de su constitución histórica, ha contado con posturas que han hecho que su fundamentación epistemológica se reduzca en múltiples ocasiones, a una descripción somera de una serie de prácticas que carecen de argumento, metodología y aporte investigativo. No obstante, se reconoce que existen diferentes experiencias alternativas que se han desarrollado desde la educación popular, las cuales constituyen un avance significativo para la reconfiguración de su aspecto epistemológico que, por su parte, requiere de una sistematización la cual traspase el simple informe de experiencias, volviendo su propia práctica objeto de una reflexión crítica donde se aporten espacios y herramientas para la constitución y la transformación de los individuos y de las comunidades.
Siguiendo la propuesta de Jorge Jairo Posada (1996), una tarea para la educación popular consiste en su reformulación, desde lo pedagógico, para no centrarse tanto en lo sociológico y lo político. Esto obliga a sus actores a que observen, críticamente, las diferentes propuestas que sobre educación popular se han llevado a cabo, los avances de otras disciplinas para su respectiva implementación, aporte y construcción, así como las tradiciones pedagógicas que la han determinado.
Tal podría ser el caso de la experiencia del Grupo Proceder en localidad de San Cristóbal, donde la preocupación transversal consistió en llegar a diseñar espacios que facilitaran la formación cívica, con lo cual efectivamente se logró integrar, en un proyecto de educación popular, herramientas y desarrollos tecnológicos como la cartografía, la ergonomía cognitiva, la diagramación digital y la animación en una interface pedagógica que articulaba a una serie de mapas interactivos, en los cuales se geo-referenció la distribución y concentración espacial de las prácticas violentas y delincuenciales de la Localidad, a partir de dispositivos que permitían operar la disposición, el tamaño y la presentación de la información.
Otra tarea inmediata de la educación popular consiste, como ya se decía, en romper la concepción de la educación que tiende a agotarla en formar al individuo para producción y para el trabajo. La lucha de la educación popular por la desescolarización radical ha generado la no especialización de los educadores, la implementación de técnicas transitorias para enseñar, así como la negación de su papel como intelectual y como agente externo facilitador de procesos (Bengoa, 1996).
No obstante, la pretensión de introducir una interface pedagógica para facilitar la formación de las competencias ciudadanas de sujetos que no ostentan un alto grado de escolaridad, en contextos extra-escolares, a partir de una temática específica, al saber, la seguridad y la delincuencia, consiste en proporcionarle a dichos sujetos, un objeto cuya manipulación implique emprender un proceso de enseñanza-aprendizaje, donde los individuos logren realizar una descripción detallada de sí mismos y de su entorno mediato e inmediato que, como ya se manifestaba, servirá de pretexto para adelantar una eventual re-descripción y, por ende, una transformación de los hábitos, las costumbres y las tradiciones donde los problemas de inseguridad encuentran su asidero.
Notas
1 Entiéndase por concurrente el desarrollo de un proceso integrado con planeación de los actores, fundamentado en valores como el trabajo en equipo, la cooperación, la confianza mutua y la participación.
Referencias bibliográficas
1. Bengoa, J. (1996). Educación para los movimientos sociales. Revista Aportes: pedagogía y educación popular No. 40, 41-42.
2. Bonsiepe, G. (1999). Del objeto a la interface: mutaciones del diseño. Buenos Aires, Argentina: Ediciones Infinito.
3. Dower, N. La pobreza en el mundo. (1995). En, P, Singer (Comp.), Compendio de ética, (pp. 377-395). Madrid: Alianza.
4. Gutiérrez, F. (1995). Pedagogía de la comunicación en la educación popular. Bogotá, D.C.: Magisterio.
5. Habermas, J. (1987). Teoría de la acción comunicativa, tomo I. Madrid, España: Taurus.
6. Lucio, R. (1996). La construcción del saber y del saber hacer. Revista Aportes: pedagogía y educación popular No. 41, 39-56.
7. Posada, J. (1996). ¿A qué le decimos que no y a qué le decimos que sí?, notas sobre la reflexión pedagógica en educación popular. Revista Aportes: pedagogía y educación popular, No. 41, 13-16.
8. Rorty, R. (1991). Contingencia, Ironía y Solidaridad. Barcelona, España: Paidos.
9. Secretaría de Salud Distrital. (2007). Censo Nacional 2005.
Bibliografía Consultada
10. Cardona, J. Individuo, comunidad y solidaridad: tres frentes de acción con las prácticas delincuenciales que generan violencia. Fundación Universidad Autónoma de Colombia, Sistema Unificado de Investigaciones, Facultad de Derecho. Edición en curso.
11. DIMENSIÓN EDUCATIVA. Pedagogía y educación popular. 1994
12. Elbert, C. (2002). La criminología del siglo XXI en América Latina. Buenos Aires, Argentina. Rubinzal-Culzoni.
13. Zaffaroni, E. (1988). Criminología, aproximación desde una margen. Bogotá, D.C.: Temis.