TIEMPO Y MEMORIA EN ESPERANDO A GODOT

Autores/as

  • William Díaz Universidad Nacional de Colombia

DOI:

https://doi.org/10.17227/01234870.13folios39.51

Palabras clave:

Esperando a Godot, memoria, tiempo

Resumen

A mediados de la década de los cincuenta, el estreno de Esperando a Godot
produjo las más diversas reacciones entre el público y los críticos profesionales.
Las respuestas del quienes asistieron a las primeras funciones en París en enero
de 1952 fueron contradictorias. Algunos se quedaron dormidos en el primer acto,
otros chiflaron a los actores y unos cuantos salieron insultando en voz alta al
director y a los promotores al inicio del segundo acto, cuando Vladimir y Estragón
aparecen de nuevo, como en el primero, esperando a Godot. A pesar de ello, la
crítica en general se mostró bastante entusiasta, y la controvertida obra pronto se
convirtió en un acontecimiento en la capital francesa. En agosto de 1955, la mitad
del público que asistió al estreno en Londres abandonó el teatro en el intermedio,
y se cuenta que, en el pasaje en el que Estragon le pregunta a Vladimir si no tiene
un trozo de cuerda para ahorcarse, algunos espectadores ingleses gritaron: “Denle
la cuerda, por favor”. Al principio, la respuesta de la crítica inglesa fue mucho
menos positiva que la francesa. Un comentarista escribió que Beckett “debía dejar
de tomar del pelo al público y escribir obras de verdad”, y otro que la pieza era
“otra de esas obras que intenta darle importancia a la superficialidad a través de la
oscuridad.” Sin embargo, un crítico entusiasta comentó que la pieza lo obligaba a
“admitir que las reglas que habían gobernado el drama hasta entonces no eran lo
suficientemente elásticas” y uno más invitaba al lector de su columna a ver la obra,
diciendo que lo menos que se podría encontrar allí era “un trébol de cuatro hojas,
un tulipán negro; a lo mejor algo que seguramente se hospedará en una esquina
de su mente por el resto de su vida.” Sea como fuere, en muy pocos años la obra
se convirtió en un clásico y, gracias a ella, el nombre de Beckett —quien, al
estrenar Esperando a Godot tenía casi cincuenta años y había publicado sin éxito
ya tres novelas, un volumen de cuentos y un libro de poemas— pasó del casi
absoluto anonimato a ser uno de los autores más importantes del siglo XX.

Descargas

Los datos de descargas todavía no están disponibles.

Descargas

Publicado

2017-05-07

Cómo citar

Díaz, W. (2017). TIEMPO Y MEMORIA EN ESPERANDO A GODOT. Folios, (13), 39.51. https://doi.org/10.17227/01234870.13folios39.51

Número

Sección

Artículos

Métricas PlumX