Los espacios digitales en permanente definición y construcción. Un análisis desde los elementos formativos
DOI:
https://doi.org/10.17227/pys.num48-7374Palabras clave:
formación, participación, comunicación, espacio digital, TICResumen
Este artículo presenta una reflexión sobre elementos formativos que como la realización humana, el encuentro con otros y la participación aparecen dispersos en los espacios digitales, los cuales resignifican la vida de las personas e introducen prácticas de reconocimiento, colaboración y constitución de comunidades que comparten intereses y motivaciones. El texto se organiza en tres partes: en la primera se desarrolla la idea de formación con relación a las sociedades líquidas y la aparición de las nuevas tecnologías desde una mirada formativa; en la segunda se describen los elementos de la formación que aparecen intermitentes y “dispersos” en los espacios digitales; y en la tercera y última, se presenta una experiencia educativa con propósitos formativos apoyada en medios y tecnologías con mujeres en la vereda Granizal del municipio de Bello (Antioquia). En ella las manifestaciones del ser en la pantalla, con la disponibilidad de nuevos medios y modos, hacen posible decir lo que se piensa a través de imágenes, videos, o audios, a partir de sus saberes y de uso de las tic para construir significado y acciones colectivas que lleven a encontrar y reflexionar el sentido de la existencia.
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Recibido: 14 de agosto de 2017; Aceptado: 15 de noviembre de 2017
Resumen
Este artículo presenta una reflexión sobre elementos formativos que como la realización humana, el encuentro con otros y la participación aparecen dispersos en los espacios digitales, los cuales resignifican la vida de las personas e introducen prácticas de reconocimiento, colaboración y constitución de comunidades que comparten intereses y motivaciones. El texto se organiza en tres partes: en la primera se desarrolla la idea de formación con relación a las sociedades líquidas y la aparición de las nuevas tecnologías desde una mirada formativa; en la segunda se describen los elementos de la formación que aparecen intermitentes y "dispersos" en los espacios digitales; y en la tercera y última, se presenta una experiencia educativa con propósitos formativos apoyada en medios y tecnologías con mujeres en la vereda Granizal del municipio de Bello (Antioquia). En ella las manifestaciones del ser en la pantalla, con la disponibilidad de nuevos medios y modos, hacen posible decir lo que se piensa a través de imágenes, videos, o audios, a partir de sus saberes y de uso de las TIC para construir significado y acciones colectivas que lleven a encontrar y reflexionar el sentido de la existencia.
Palabras clave:
formación, participación, comunicación, espacio digital, TIC.Abstract
This article presents a reflection on educational elements that, like human realization, the meeting with others and participation, appear scattered in digital spaces, which redefine people's lives and introduce practices of recognition, collaboration and creation of communities that share the same interests and motivations. The text is divided into three sections: The first one develops the idea of education related to liquid societies and the appearance of new technologies from an educational point of view; the second one describes the educational elements that appear intermittently and "scattered" in the digital spaces; finally, the third part presents an experience with educational purposes supported on the media and technologies with women from the rural settlement of Granizal in the Bello municipality (Antioquia). The manifestation of the being on the screen, with the availability of new media and modes, allows people to say what they are thinking through images, videos or audio clips based on their knowledge and on the use of the ICT to build meaning and collective actions, which lead to finding and thinking about the sense of existence.
Keywords:
training, participation, communication, digital space, ICT.Resumo
Este artigo apresenta uma reflexão sobre os elementos formativos que, como a realização humana, o encontro com outros e a participação, aparecem dispersos nos espaços digitais, os quais dão novos significados à vida das pessoas e introduzem práticas de reconhecimento, colaboração e constituição de comunidades que compartilham interesses e motivações. O texto organiza-se em três partes: na primeira desenvolve-se a ideia de formação com relação às sociedades líquidas e à aparição de novas tecnologias desde uma olhada formativa; na segunda descrevem-se os elementos da formação que aparecem intermitentes e "dispersos" nos espaços digitais; e, na terceira e última, apresenta-se uma experiência educativa com propósitos formativos apoiada nos meios e nas tecnologias com mulheres na vereda Granizal no município de Bello, Antioquia. Nela, as manifestações do ser na tela, com a disponibilidade de novos meios e modos, possibilitam dizer o que se pensa através de imagens, vídeos ou áudios, a partir de seus saberes e o uso das TIC para construir significado e ações coletivas que levem a encontrar e refletir sobre o sentido da existência.
Palavras-chave:
formação, participação, comunicação, espaço digital, TIC.Introducción
Una mirada educativa a los espacios digitales entrega elementos para analizar la relación entre TIC y formación más allá del mundo escolar. También permite a los educadores estudiar las realidades sociales, en la medida en que se puede ver la existencia del sujeto en lo digital con sus intereses, deseos e incluso los peligros a los cuales está expuesto.
La cibercultura (Rueda, 2012) y la inteligencia colectiva (Lévy, 2007) hacen un análisis de las potencialidades que tienen los soportes digitales para permitir el encuentro con el otro, aparecer como un sujeto con capacidad para diseñar espacios y lugares de acuerdo con sus deseos e intereses, y aun configurar nuevas formas de participación y movilización ciudadana. De igual modo, algunos de estos discursos analizan críticamente los problemas a los cuales se enfrentan las sociedades con la introducción de dispositivos y formatos digitales, lo que ha llevado a que en algunos casos se pongan en tela de juicio las ventajas de estas tecnologías que han transformado profundamente la cultura y la sociedad contemporáneas y que se constituyen en medios para el desarrollo de complejos procesos formativos.
La aparición de internet ha modificado las formas de relación social, facilitado la constitución de nuevas subjetividades y formas de organización social en donde se difumina la frontera entre lo público y lo privado, además de modos de enseñar y aprender con el uso de tecnologías que han permitido cambios en los procesos educativos. Según Doueihi (2010) el mundo digital implica nuevas alfabetizaciones que redefinen lo socioeconómico y genera cambios en las visiones del mundo que afectan concepciones como la identidad, las relaciones entre personas y comunidades, la circulación de la información, la propiedad o la territorialidad; en palabras del autor, "moldean la cultura" (p. 16).
A un clic de distancia se encuentran acciones que van desde cómo hacer figuras con papel, solucionar problemas matemáticos, ejecutar un instrumento, dominar un idioma extranjero, hasta encontrarse en lo digital (a través de modos como audios y videos). Estos elementos son objeto de análisis debido a su relación con las motivaciones de las personas, además porque implican el desarrollo de nuevas habilidades necesarias para desempeñarse en un mundo en constante cambio.
Muchos de los elementos que aparecen en el mundo de lo digital tienen una intencionalidad educativa, así inicialmente no hayan sido pensados con este propósito. De hecho, personas que no cuentan con experticia en el campo de la pedagogía terminan participando en la creación de contenidos con fines formativos. Por ejemplo, en la escritura digital Cassany (Valero, Vázquez y Cassany, 2015) describe nuevas formas escriturales, cambios de significados en la medida en que se vuelve a la utilización de imágenes y emoticones, con reglas específicas de la comunidad dialectal.
La existencia humana y las decisiones de ser en el mundo digital van más allá de la misma concepción digital de ceros y unos; la técnica en este sentido remite al aparecer de la subjetividad. Aquí, el concepto de formación emerge como proceso en el que la vida humana se resignifica a través del pensamiento y la acción.
Reconocer las acciones formativas de los sujetos en lo digital, el volver la reflexión hacia los saberes que se comparten y reconstruyen con otros en la pantalla, presenta rasgos de formación que no se imponen a los sujetos desde las instituciones, sino que surgen en el encuentro de los sujetos que se ven y se reconocen como educadores frente a un saber que poseen.
En el mundo digital es posible identificar las acciones formativas de los sujetos al volver la reflexión hacia los saberes que se comparten y reconstruyen con otros en la pantalla.
Este escrito se articula en tres momentos: primero se desarrolla la idea de formación con relación a las sociedades líquidas y la aparición de las nuevas tecnologías desde una mirada formativa; después se describen los elementos de la formación que aparecen intermitentes y "dispersos" en los espacios digitales; y finalmente, se presenta una experiencia educativa con propósitos formativos apoyada en medios y tecnologías con mujeres en la vereda Granizal del municipio de Bello (Antioquia).
Mirada a la formación y los elementos que configuran su esencia desde la actualidad "líquida" y los nuevos alfabetismos
La formación abre las posibilidades de la existencia del sujeto, en medio de los cambios sociales y culturales que caracterizan la sociedad líquida. Por ello, se analizan los espacios formativos que emergen en las relaciones de los sujetos con las tecnologías y las experiencias que reconfiguran su mundo; de allí que emerge la pregunta ¿Cómo se puede considerar la formación en el marco de la sociedad líquida?
Bauman (2000) caracteriza este momento histórico-cultural actual a través del concepto de sociedades líquidas, para describir cómo las fronteras que tenían límites establecidos, incluyendo lo educativo, se diluyen en medio de dinámicas sociales que agobian el pensamiento de los educandos y educadores en múltiples caminos.
La "disolución de los sólidos", el rasgo permanente de la modernidad ha adquirido por lo tanto un nuevo significado, y sobre todo ha sido redirigida hacia un nuevo blanco: uno de los efectos más importantes de ese cambio de dirección ha sido la disolución de las fuerzas que podrían mantener el tema del orden y del sistema dentro de la agenda política. Los sólidos que han sido sometidos a la disolución. (Bauman, 2000, p. 11).
Una de estas incertidumbres propias de un mundo cambiante está relacionada con la pregunta que tienen muchos jóvenes hoy sobre el para qué educarse. Si bien este cuestionamiento ha sido respondido desde lo institucional con "para ser alguien en la vida", "aportar y retribuir a la sociedad", dichas explicaciones son cuestionadas debido a las transformaciones de orden social, económico y cultural que emergen y no logran satisfacer completamente a los jóvenes acerca del porqué de su educación.
De allí que los sujetos quieran incluir otras respuestas que no sean impuestas dadas desde las instituciones, las formas concebidas y los fines identificados, es decir, reclaman participación en su construcción, en su lectura de mundo, incluso se llega a la reflexión de que las instituciones no pueden estar por encima de ellos. En términos de García (2013), asistimos a un retorno del sujeto que se configura desde su acción comunicativa.
El sujeto afronta dificultades en su existencia, porque no es sencillo asegurar para él un espacio y un reconocimiento en la sociedad como tuvo lugar durante la modernidad; con las certezas de los discursos que ofrecían seguridades para el sujeto en cuanto a su futuro (laboral y educativo). Por ejemplo, el desempleo entre los jóvenes recién graduados asciende como problemática mundial, es un elemento que hace visible las concepciones que se desvanecen en la sociedad líquida. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que durante el año 2017 se mantendrá la cifra de 71 millones de jóvenes en situación en desempleo en todo el mundo (OIT, 2016).
Así, llegamos a un no lugar del sujeto; lo que antes generaba seguridad para su vida, ahora representa incertidumbres frente a su realización personal. En la existencia del sujeto en lo social con las limitaciones de las instituciones (como la escuela, el Estado, la familia), este descubre otros caminos que se localizan en internet como otra oportunidad para darse una forma de existir.
Así pues, la sociedad líquida se reconfigura de forma continua con relación a la aparición y consolidación de las nuevas tecnologías y los nuevos alfabetismos. Por otra parte, el soporte digital remite a nuevos medios y modos que se usan en el espacio digital (Kress, 2010; Kress, Jewitt, Ogborn y Tsatsarelis, 2014), con múltiples propósitos, entre ellos el educativo, que a menudo puede acontecer por fuera de las fronteras de la escuela.
En este contexto, cobran mayor importancia las preguntas sobre ¿Para qué la formación con el apoyo de medios y modos? ¿Qué elementos aportan los espacios digitales para los procesos de formación? ¿Cómo acontece lo social en los espacios digitales, y por qué son de interés en lo educativo?
Desde estos cuestionamientos, se centra de nuevo la mirada en la formación, los medios, los modos y fines (si hay lugar a estos), las subjetividades y sus relaciones.
Con la aparición de nuevos y sofisticados dispositivos para la creación de textos multimedia en soportes digitales, con la combinación digital de diversos sistemas simbólicos, corremos el riesgo de volver a centrar nuestra atención en el estudio de las "formas" en detrimento del "contenido". No podemos caer en el error de quedarnos en el estudio de los "medios", sin llegar a los "fines". (Gutiérrez, 2003, pp. 54-55).
El concepto de formación aparece así para orientar las acciones que se dan con el uso de medios y tecnologías. Aparecer en la pantalla y tener un lugar en el espacio digital también estará atravesado por las preguntas para qué aparecer, cómo (a través de qué medios), con qué (contenidos, experiencias, temáticas). Todo esto para analizarlo desde las dinámicas sociales y culturales que configuran nuestra realidad local, con respecto a cómo son y se dan forma colectivamente los sujetos, cómo exploran el potencial del espacio digital, de los modos y medios de comunicación para existir y participar.
Por ello, en este artículo se centra el interés en los elementos formativos que aparecen en la pantalla dispersos, como son la realización humana, el encuentro con otros y la participación en los espacios digitales.
De acuerdo con Gadamer, la formación "designa en primer lugar el modo específicamente humano de dar forma a las disposiciones y capacidades naturales del hombre" (1993, p. 14) -similar a lo que significa la cultura-, de esta manera apunta al deber que tienen los sujetos para darse forma desde el lugar que ya ocupan, dar relevancia a su existencia. Esta no es una meta, sino un camino, en la medida en que es un proceso permanente que "surge del proceso interior de la formación y conformación y se encuentra por ello en un constante desarrollo y progresión" (Gadamer, 1993, p. 15), de allí que no se pueda percibir como un objetivo,
Precisamente en esto el concepto de la formación va más allá del mero cultivo de capacidades previas, del que por otra parte deriva. Cultivo de una disposición es desarrollo de algo dado, de modo que el ejercicio y cura de la misma es un simple medio para el fin [...] en la formación uno se apropia por entero aquello en lo cual y a través de lo cual uno se forma. En esta medida todo lo que ella incorpora se integra en ella, pero lo incorporado en la formación no es como un medio que haya perdido su función. En la formación alcanzada nada desaparece, sino que todo se guarda... (Gadamer, 1993, p. 15).
Desde esta perspectiva, la formación es importante puesto que le ayudará al ser humano a ser porque "él no es por naturaleza lo que debe ser" (Gadamer, 1993, p. 15), asociados al devenir y a la existencia humana. La formación aquí descrita se orienta desde el sentido humanista, no en función de un sujeto-objeto que es formado por el educador o por el Estado con unos intereses de control social, sino desde la que realiza el sujeto por sí mismo.
En este sentido, los aportes de Freire están en clave de la formación por cuanto los sujetos pueden participar y tienen libertad para decidir sobre su vida. No se trata de una formación que se impone como algo inmóvil; a pesar de los cambios sociales y culturales, a pesar de los sujetos mismos, "la formación técnico-científica no es antagónica con la formación humanista de los hombres, desde el momento en que la ciencia y la tecnología, en la sociedad revolucionaria, deben estar al servicio de la liberación permanente, de la humanización del hombre" (Freire, 1975, p. 144), es el logro de la transformación, de la realización humana desde una perspectiva emancipatoria, de libertad y autonomía de los sujetos con una esperanza que se cultiva.
Quien forma se forma y re-forma al formar y quien es formado se forma y forma al ser formado. Es en este sentido como enseñar no es transferir conocimientos, contenidos, ni formar es la acción por la cual un sujeto creador da forma, estilo o alma a un cuerpo indeciso y adaptado. No hay docencia sin discencia, las dos se explican y sus sujetos, a pesar de las diferencias que los connotan, no se reducen a la condición de objeto, uno del otro. Quien enseña aprende al enseñar y quien aprende enseña al aprender. (Freire, 2004, p. 14).
Es así como el proceso de formación del sujeto social integra el ser, el saber, el hacer, el contexto, el otro, las formas culturales (Dussel y Quevedo, 2010), que terminan reflejadas en la sociedad, en la escuela, en la familia y en las personas.
La idea de formación desde la acepción de Bildung alude a procesos abiertos e inacabados (Vasco, Martínez y Vasco, 2008) que se construyen a sí mismos, en una cultura determinada. De allí que el carácter profundo de la formación se presenta a través de la determinación de elementos como la realización humana, la construcción del devenir, la estructura de vida misma, donde el objetivo es ir al encuentro de la vida para movilizarla y dotarla de motivación (Freinet y Salengros, 1976). En esta línea de pensamiento Altarejos y Naval (2004) afirman que la formación es la vida y cómo esta se dota de sentido.
Recapitulando la idea de la formación que se adopta, se podría decir que consiste en ser, vivir, actuar, dar sentido a la existencia, la felicidad, estar más allá de los contenidos específicos (y ocuparse de ellos), tener un lugar, participar para la acción social y transformar la sociedad. El sentido de la educación en clave formativa entrega estos elementos para pensar los espacios digitales desde la misma expresión humana, ser, vivir en la pantalla y actuar bajo un deseo.
Flórez señala que "formar a un individuo es facilitarle que asuma, en su vida, su propia dirección racional, reconociendo a los otros el mismo derecho y la misma dignidad" (Flórez y Vivas, 2007, p. 166). De acuerdo con este autor, la formación con soporte digital potencia, a través de la acción colectiva, el aprendizaje colaborativo y social:
...la actividad grupal y el desarrollo de proyecto en pequeños grupos de alumnos crean una situación de estímulos, imitación y emulación, de apoyo y crítica mutua, que estimula y enriquece el desarrollo intelectual y moral de los alumnos en la medida que la interacción y comunicación entre puntos de vistas diferentes propician el avance. (Flórez y Vivas, 2007, p. 172).
De acuerdo con Freire, a través del diálogo, decir la palabra y leer el mundo entre sujetos, se posibilita el paso hacia la concienciación (Freire, 1975, 1992, 2004). En este caso, la utilización de otros medios y modos entrega oportunidades para la expresión del pensamiento, compartir saberes y discutirlos, una lectura del mundo que tiene como espacio lo digital.
De tal manera, se identifican los siguientes elementos en los espacios digitales que aparecen de forma intermitente y dispersa: la realización humana, el encuentro con otros y la participación.
Espacios digitales: elementos formativos dispersos
Las interacciones en los espacios digitales hablan de los sujetos. Allí emergen deseos, intereses, experiencias, emociones, contradicciones que forman parte de las experiencias de vida de las personas.
Un elemento que caracteriza el espacio digital es la toma de decisiones frente a lo que se construye y publica a modo de contenido (texto, audio, video, imágenes, memes, música). El contenido, que puede pertenecer al campo de la realidad o de la ficción, adquiere sentido en la medida en que se comparte y aparece visible para otros. El reconocimiento, aquí visto, el intercambio con otros, el ser importante para otros, en el mundo digital estaría representado desde lo técnico con la "audiencia", el "tráfico de visitas", el "número de me gusta", el "número de visualizaciones", los "fans" y los "seguidores". No es un simple asunto de estadísticas, es cómo se constituyen comunidades alrededor de lo que un sujeto eligió como parte de su deseo y se materializa en la pantalla.
Estas acciones, si son potenciadas y llevadas a la reflexión por los mismos actores que participan en ellas, permitirían profundizar en su sentido, y analizarlas desde una perspectiva crítica. Los hechos que ocurren en las pantallas forman parte del contexto escolar y configuran la realidad de los educandos-educadores.
En los diferentes espacios seleccionados por los sujetos se evidencian las habilidades, las destrezas, las opiniones, las creaciones, los aspectos que son el resultado de formaciones diversas. Se da así una construcción de lo que el sujeto quiere presentar con una intencionalidad de estar frente a otros para ser reconocido.
Entrar a navegar en lugares como YouTube, Pinterest, Flickr, Facebook, Instagram, Wix o WordPress es descubrir el mundo de las personas. Por ejemplo, el videojugador Felix Avrid Ulf Kjellberg comparte con millones de personas sus experiencias de juego, habilidades, consejos o sentimientos y experiencias al jugar; lo que antes pertenecía a su vida privada ahora lo comparte en la pantalla con la retroalimentación de miles de comentarios en su canal.
El canal de Julio el Profe Net, educador en matemáticas colombiano, registra 1 296 424 visualizaciones. En este caso, llama la atención cómo un padre de familia o un estudiante encuentran en YouTube un medio no convencional (en comparación con las tutorías presenciales), un profesor de matemáticas, y cómo a través del autoaprendizaje obtienen la satisfacción frente al saber. Aquí se evidencian elementos de reconocimiento, la extensión de la profesión a un espacio que tiene otras reglas. En el canal se observan miles de comentarios en los que se encuentran expresiones de los jóvenes y padres de familia con sugerencias de temas, de presentación de los contenidos y agradecimientos.
Estos comentarios hablan del reconocimiento de la comunidad y dan sentido a la labor realizada, le otorgan un lugar al creador y son el resultado de una formación continuada. Comentarios como "te amo Julio quisiera que fueras mi papá", "feliz día del maestro, al único que le entiendo matemáticas" presentan elementos de reconocimiento de un saber y relaciones con un profesor que se hace cercano a través de la pantalla gracias a la intencionalidad que tuvo de compartir su saber y a la disposición de otros para participar e interactuar con sus contenidos.
La experiencia de Khan Academy, reconocida a nivel mundial, ilustra desde una experiencia personal las posibilidades de construir comunidades de aprendizaje mediante videos de YouTube. Surgió a partir de la necesidad de enseñar la conversión de unidades aprovechando el teléfono celular, posteriormente se extendió a otras personas apoyada en Skype, y finalmente encontró en la publicación de videos en YouTube el medio adecuado para difundir su propuesta formativa. Este referente muestra cómo estos medios y modos seleccionados dieron las pautas significativas para la creación de un programa mundial sin ánimo de lucro. Este es un logro personal, que parte de la acción individual y tiene un efecto social que sirve a otros.
En los casos mencionados, aparte del reconocimiento del sujeto y la satisfacción frente a proyectos personales se destaca el papel de la interacción y los procesos comunicativos que tienen lugar de acuerdo a las características técnicas y a las reglas que la comunidad establece para su uso.
La acción de un "me gusta" en una publicación, o un comentario en un blog o post, pueden desencadenar discusiones, intercambios de opiniones, criticas, comentarios contrarios o de solidaridad, sobre los temas más esperados, como los de la vida política, e incluso los de ficción, acerca de un personaje de una película o novela, donde asoman expresiones del ser.
Estos procesos de dinámicas de interacciones a través de la pantalla nos permiten identificar los intereses que guían a las personas en diferentes temas y reconocer elementos colectivos que constituyen el todo social (Giroux, 2001), es decir, cómo se recrea y reconstruye el significado cultural. En especial, se resalta cómo el sujeto encuentra un espacio para aparecer con experiencias, saberes, conocimientos.
Pierre Lévy utiliza el término inteligencia colectiva para describir esa relación conocimiento-humanidad, en la medida en que todos podemos aprender de los otros; de allí que a elementos como el reconocimiento y el enriquecimiento que se dan de forma mutua se les otorga un lugar en la sociedad líquida, al comprender que el conocimiento está en la humanidad ya que "nadie lo sabe todo, todo el mundo sabe algo" (Lévy, 2004, p. 19).
Por mi experiencia de vida, por mi trayectoria profesional, por mis prácticas sociales y culturales y puesto que el saber es coextensivo a la vida, ofrezco recursos de conocimientos a una comunidad. Incluso si soy desempleado, si no tengo dinero, si no tengo diploma, si deambulo por un arrabal, si no sé leer, no soy por ello una nulidad. No soy intercambiable; poseo una imagen, una posición, una dignidad, un valor personal y positivo en el espacio del conocimiento. Todos los humanos tienen el derecho de verse reconocida una identidad de conocimiento. (Lévy, 2004, p. 19).
Con el uso de las tecnologías, los medios, y modos como los podcast o videos, y las imágenes es posible hacer visibles esos conocimientos, con exigencias diferentes a las que el texto escrito presentaba, en cuanto a directrices de estilo, redacción o publicación. Landow (2009) destaca el cambio de las relaciones de poder con el surgimiento de hipertexto y la redistribución de poder para el lector, es ese mismo propósito Dussel señala como
En efecto, los usuarios o consumidores están ahora llamados a la creación porque su vínculo con los productos digitales tiene siempre un horizonte abierto: ahora intervienen sus fotos, editan sus videos, se apropian y crean sus propias colecciones de música, y rearticulan textos que pueden contener varios modos de comunicación (palabra, música, imagen) al mismo tiempo. (Dussel y Quevedo, 2010, p. 23).
Por ello, encontramos que los elementos de formación asociados a la realización, el reconocimiento y tener un lugar del sujeto están estrechamente relacionados con lo colectivo y lo público. Es en ese compartir con otros, socializar y discutir donde se genera el sentido de sus acciones.
Existen contradicciones y límites en las vidas que acontecen en la pantalla. Este navegar es una mirada solo a través de los elementos formativos dispersos en los lugares más inesperados para los adultos, que también suponen retos, tensiones y problemas. El sujeto se forma y se da forma con otros, en espacios que tienen reglas, y a su vez puede generar nuevas; esta adición de reglas a los espacios los dota de sentido y particularidades de acuerdo con sus participantes.
Aquí se advierte sobre nuevas condiciones para ser, crear, transformar, para expresarse y compartir opiniones con otros. En el caso de Firechat, la aplicación utilizada por los jóvenes en Hong-Kong en el movimiento Occupy Central with Love and Peace, esta llegó en pocos días a tener registros de más de dos millones de chats; acordar un encuentro desde un usuario implicó la acción y el desplazamiento de miles de jóvenes para expresar sus deseos democráticos frente al gobierno central de China.
La aplicación Firechat, en este caso, no fue el determinante de este movimiento, sino un espacio digital que por sus características técnicas facilitó el encuentro de personas para pensar sus acciones y hacerlas públicas sin la restricción del Gobierno. Las mismas reglas de anonimato creadas por sus participantes dieron dirección a conversaciones que a pesar de no tener una estructura facilitaron el encuentro y la expresión.
La participación es uno de los elementos que se reivindica con fuerza en lo digital, bajo diferentes formas de expresión que se dan dentro de las funcionalidades de las herramientas que se utilicen para producir significado.
En el caso de Twitter, las expresiones y lo que se dice se limita a 140 caracteres, y su orientación está en el campo de lo textual. El uso de esta aplicación se ha extendido al campo de la política, donde se crean debates a través de preguntas y respuestas, aun de personajes reconocidos, que empiezan a ser parte de las tendencias, y son llevados a otros medios, como la televisión, la radio y los diarios.
El arte de crear en pocas palabras un discurso, de argumentar con un número reducido de palabras, hace que Twitter no sea de fácil uso para todas las personas. Se requieren habilidades para sintetizar argumentos y presentarlos de forma contundente, o también podría decirse que su uso continuo ayuda a las personas a desarrollar este tipo de textos. Estas discusiones son atravesadas por lo efímero, si bien su trascendencia puede ser planetaria; en términos de Echeverría (1999), quedan inscritas al tele segundo.
En el sentido de la participación hay unas permanencias, que tienen que ver con la acción social. Estas se circunscriben al dinamismo comunitario digital. Las prácticas de colaboración extendidas en los espacios digitales entregan formas de colaboración, cooperación y solidaridad.
Existen comunidades que buscan resolver problemas técnicos en diferentes niveles, por ejemplo, la comunidad de Open cv, los foros de técnicos de Microsoft MSDN o la comunidad de MonoGame presentan en su estructura el interés por los problemas del otro, que los reúnen para abordarlos desde las diferentes perspectivas de sus participantes. En este sentido, lo colectivo se fortalece a través de prácticas de colaboración y cooperación, habilidades que se busca desarrollar en los actos educativos.
Se destaca aquí cómo el espacio digital para la pregunta propicia el diálogo para la resolución de problemas que emergen en el mundo técnico digital. Un rasgo característico es que no hay una responsabilidad individual del sujeto, sino que los problemas son llevados al ágora pública, donde las personas comparten sus experiencias, posibles soluciones o dificultades.
Similares a estas comunidades, encontramos otras que tienen interés más allá de un tema en específico: las prácticas sociales, que comparten historias, significados, experiencias difíciles, ancladas a sus historias de vida; al finalizar este espacio se presenta el caso de las mujeres en la vereda Granizal de Bello. Este retorno cultural del sujeto en la pantalla deriva en acción comunicativa en términos de participación, también de transformación con respecto a las acciones colectivas que emergen desde estos espacios. De esta manera, se favorece "la construcción de colectivos inteligentes en los que las potencialidades sociales y cognitivas de cada cual podrán desarrollarse y ampliarse mutuamente" (Lévy, 2004, p. 17).
Una experiencia educativa: mujeres en la vereda Granizal
En la vereda Granizal, perteneciente al municipio de Bello en Antioquia, se desarrollan círculos de cultura orientados a la crianza de las hijas e hijos desde un proyecto de investigación en educación para la salud. El equipo interdisciplinario está adscrito al grupo Salud y Sociedad de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Antioquia, y los participantes pertenecen a diferentes facultades de la misma institución, como Ciencias Sociales y Humanas, Medicina, Odontología, Salud Pública y Educación. El proceso investigativo se desarrolla actualmente en la comunidad; en el escrito se presentan algunos avances que se han tenido siguiendo la metodología de investigación-acción (Ander-Egg, 2003; Bosco, 1987; Kemmis, McTaggart y Rhonda, 2014; Villasante et al., 2000).
La implementación de la reflexión acerca de las tecnologías como apoyo a las acciones educativas tuvo sus limitaciones, de allí que se desarrollaron diálogos permanentes en cómo esta podría ser útil en un contexto social caracterizado por las condiciones de injusticia social y ausencia estatal. Incluir a las comunidades permitió el diálogo y la construcción conjunta, en la medida en que las participantes tenían posibilidades de reconocer su contexto y leer el mundo que habitan para dar así un nuevo sentido a las TIC.
Durante la experiencia, se reconocieron primero los elementos del contexto, donde el papel de las tecnologías mostró cambios, permanencias, resistencia y oportunidades.
El primer hallazgo fue el reemplazo del teléfono fijo por el teléfono móvil (en cuanto al dispositivo, no a la función). Las tareas cotidianas de las mujeres eran atravesadas por el uso del celular, al que convirtieron por función en el teléfono fijo.
El segundo hallazgo estuvo asociado al uso de mensajes de texto, al estilo de buzón utilizado de forma frecuente. Las participantes no envían mensajes de texto, pero sí a través de chats. En cuanto a los mensajes de texto, los reciben y los leen; es un medio privilegiado por el cual las instituciones de salud y los programas de asistencia envían la información. Esta relación se comprende también desde las condiciones del territorio, ser habitado en forma de "asentamiento de desplazados", lo cual ocasiona que las mujeres no tengan acceso a una línea de telefonía fija en sus hogares o a otros servicios públicos.
Las TIC crean una relación de cercanía entre las mujeres participantes y también con sus familias, los nuevos medios abren un espacio para encontrarse con otros debido a las limitaciones que presentan los recursos tradicionales. Emerge la utilización de otros modos, una cultura de la lectura y la escritura surge con fuerza en el empleo de servicios en línea como WhatsApp; el uso del recurso de la voz como una forma natural y común empieza a tener una redistribución de poder con lo textual y el uso de la imagen para comunicarse.
El tercer elemento estuvo orientado desde la ausencia y la comunicación con sus familiares que no viven en la vereda. En sus relatos hacen alusión a cómo su llegada a la vereda por primera vez implicó ausencia frente a sus familiares, posteriormente con el uso de los celulares se hizo más fácil la comunicación para volver a estar en contacto con ellos. A través del envío de imágenes pueden conocer de una manera vivencial lo que ocurre con sus seres queridos, una imagen les comunica y les facilita estar cerca de las actividades que realizan con familiares. La presencia con estos medios y modos configura otras formas de estar y relacionarse aparte de la voz.
Estas dinámicas produjeron otras tensiones, entre ellas la económica, ante la necesidad de realizar compras de minutos en planes prepago para hablar con sus familiares, ya que los costos del servicio implicaron además autocontrolar el tiempo invertido para hacer las llamadas. También surgieron retos con respecto al aprendizaje con el uso de los nuevos dispositivos.
El uso de la aplicación WhatsApp, si bien no es generalizado, está presente como medio de comunicación y encuentro informal entre algunas de las mujeres participantes. Lo utilizan para conocer las fechas de los encuentros del círculo de cultura, enviar mensajes de amistad, hacer preguntas asociadas con la logística y el desarrollo de las sesiones de trabajo. A través de este medio comparten audios, videos e imágenes, que implican el desarrollo de habilidades para comunicar de una manera diferente a la voz (sin decir que esta desaparezca) sus sentimientos de alegría con emoticones, sus expresiones de risas con videos graciosos, su inconformidad con textos escritos, por ejemplo.
Después del reconocimiento de las condiciones iniciales que se desarrollaban con medios y tecnologías en el uso cotidiano, se analizó el espacio de los círculos de cultura con relación a los procesos educativos que pasan por la crítica colectiva, la reflexión y la valoración de sus saberes.
El uso de las TIC crea una relación de cercanía entre ellas, se convierte en un espacio para encontrarse y aparecer para otros. Al ser culturas básicamente orales, la cultura de la lectura se ve potenciada a nivel comunicativo de una manera diferente a la que utilizaban con el recurso de voz; existe un acercamiento a la cultura letrada, que de otro modo no se habría hecho presente entre ellas.
Con el apoyo de las tecnologías, la grabación y filmación de contenidos digitales creados por las mujeres se abre el espacio del círculo porque asoma la pregunta por lo que deseaban compartir y dejar salir. Se comparten en estos espacios preocupaciones, motivaciones, intereses comunes que forman parte de su existencia como madres, mujeres e hijas.
Dentro de los límites del círculo estaba la presencialidad: quien no podía asistir en el horario concertado, se ausentaba del encuentro. El espacio digital ofreció una oportunidad para recuperar la voz a través de podcasts, videos e imágenes, donde los elementos motivo de reflexión emergen sin las limitaciones de espacio y tiempo para ser reflexionadas, compartidas y comentadas a través de procesos de participación.
Se configuraron nuevos intereses con respecto a:
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La comunidad, por cuanto se identificaron temáticas en los círculos de cultura que pueden ayudar a otras mujeres que no asisten.
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El reconocimiento de sus saberes y preocupaciones, que son llevados a sus espacios comunitarios junto con sus experiencias. Estos saberes propios a través del diálogo se fortalecen, en otros casos se cuestionan, desde una mirada crítica que fue posible gracias a la reflexión y acción.
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La transformación de las prácticas sociales que se desarrollan en su vida personal. Las mujeres participantes argumentaron que su forma de relacionarse con los demás ha cambiado, encuentran valor en lo que dicen, en sus experiencias, de allí que comparten sus aportes con interlocutores de todos los niveles de formación sin temor. Existe mayor libertad para decir la palabra, escribirla, grabarla, hacerla vivencial a través de diferentes medios.
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La realización de contenidos digitales hizo visibles actitudes entre las participantes de reconocimiento, lo que podían hacer más allá, a través de otras formas de comunicación diferentes a las textuales. Compartir con otras mujeres ha sido significativo, porque les ayudó a superar entre ellas mismas situaciones difíciles de su existencia. Las educandas-educa-doras se convierten también en educadoras populares, y las tecnologías hacen posible que su palabra, la que se dice en el círculo, pueda llegar a otras personas y espacios; les permiten dejar salir aquellos contenidos valiosos que pueden ser reflexionados en comunidad, les implica reconocimiento.
Las TIC no reemplazan a los círculos, ni fueron el motivo por el cual emergen; ellas asisten a los círculos y fortalecen las dinámicas que estos presentan con las potencialidades de los modos en los cuales es más fácil expresar sus pensamientos.
La construcción de contenidos en su misma elaboración permitió la discusión del aparecer en pantalla, desde un sentido comunitario, abrir un espacio para la palabra que no tiene limitaciones en cuanto a lo espacial y temporal y que adquiere sentido para escuchar otras voces, tener un lugar para ser reconocidos y tener su palabra propia. Este aparecer ofrece motivaciones relacionadas con el reconocimiento comunitario.
Conclusiones
Serres (2013), en Pulgarcita, describe el modo esperanzador, el reto que nos queda a los adultos para comprender las dinámicas sociales que han implicado el uso de tecnologías por parte de los jóvenes y su papel transformador. También afirma cómo "por el tiempo de audiencia y de atención, por la seducción y la importancia, los medios se han apoderado desde hace tiempo de la función de enseñanza" (p. 20). Aquí vemos cómo en las interacciones digitales se recuperan aspectos formativos que están dispersos en las acciones que se desarrollan.
Los elementos de la subjetividad que emergen en los diferentes espacios digitales vinculados a la realización personal, la acción, a la expresión del ser en devenir, a la participación nos acercan a dar una mirada al acontecer de las expresiones culturales y sociales de forma integral. Los profesionales de la educación deben acercarse a esta realidad de los espacios digitales con sospecha, interés y una actitud reflexiva porque no todo lo que sucede en la pantalla ha de ser señalado como superficial, sin sentido o como un problema. En los espacios digitales encontramos construcciones colectivas, comunidades donde aparecen elementos de participación y formación de forma dispersa y esperanzadora.
Tener un lugar en la pantalla, a través de sus diferentes expresiones, como un perfil en Twitter, un canal en YouTube, un blog, una página web, es una oportunidad de encuentros con otros para ser y construir. Lo formativo se constituye desde el protagonismo de los sujetos educandos, desde la relación con el saber que poseen y que es valorado por pares, y al mismo tiempo transformado a través de la reflexión y acción. Se da un modelado participativo desde el mismo sujeto y de sus relaciones con otros.
Continúa como reto vigente desde lo educativo el fortalecimiento de las capacidades para el ejercicio de la ciudadanía y la convivencia en sociedad que garanticen una verdadera participación de las comunidades, con la visión de que son herramientas para el desarrollo social y humano (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 2010).
En cuanto a lo técnico, los avances en software y la integración de hardware (proyectores 3D, Kinect, HoloLens), la construcción de ambientes mixtos de realidad virtual y realidad aumentada generan desafíos para pensar su papel en el desarrollo del pensamiento y la formación en ciudadanía, pues las mismas características de las interacciones, del encuentro con el otro, la corporalidad y el gesto entregarán nuevos elementos para el análisis educativo.
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